FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



viernes, 29 de enero de 2010

MIS DIBUJOS EXÓTICOS.






Bueno, bueno, hoy les traigo un post pequeñito, porque en realidad... no hay mucho que contar en él.



Pues aquí los dejo con algunos dibujos que yo hice:



El primero es un autoretrato mío... un poco exagerado, eso sí, porque yo no tengo gargantillas. De hecho, no me pongo nunca ni aretes ni pulseras ¬¬


El segundo es otro retrato, claro cuando tenía el pelo más largo... y obviamente el mechón es invento mío, jajaja. No me dejan pintarme el pelo u.u.


Típico. Y el último es un dibujo de Lobita con Hugh Jackman (noten la cara que pone el antes mencionado, parece Pucca y Garu jajajaja).

Así que, sin más por hoy, me despido.


jueves, 28 de enero de 2010

¿HABÍAN VISTO USTEDES ALGO MÁS TIERNO (EN UN HOMBRE) QUE ESTO?

Bueno, para los que no sepan mucho inglés o en su defecto no le entiendan, ahí les va la traducción (hecha por mi):

HUGH (Futuro esposo deLobita, por si les interesa): Hola, soy Hugh.

ELMO (marioneta con mucha suerte): Y Elmo es Elmo.

HUGH: Sí. Y hoy vamos a enseñarles algo verdaderamente importante: concentrarse.

ELMO: Sííí. Concentrarte, bebé (dirigiéndose a los niños).

HUGH: Exacto, niños. Ahora, concentrarse requiere de un gran esfuerzo, pero es algo sencillo de hacer luego.

ELMO: Sí, como esto: concéntrate, concéntrate, ¡concéntrate!

HUGH: Muy bien, ahora, díganlo con nosotros...

HUGH & ELMO: ¡Concéntrate!

HUGH: Concéntrate.

ELMO: Estuvo bien.

HUGH: (muy rápido): Concéntrate.

ELMO: Sí, concéntrense.

HUGH: No, en serio, concéntrate.

ELMO: Sí.

HUGH: Ok. Concentrarse significa pensar muy, muy fuertemente.

ELMO: Sí, Elmo puede pensar muy muy fuertemente.

HUGH: ¿En serio?

ELMO: Sí.

HUGH: Muéstranos.

ELMO: Sí, sí, Elmo va a concentrarse así... (empieza como a pensar).

HUGH: Muy bien.

ELMO: Oh, oh, y a veces Elmo se concentra así... (más todavía).

HUGH: Wow.

ELMO: Y a veces, Elmo se concentra así (todavía más si eso cabe).

HUGH (mientras Elmo todavía está concentrado): Eso es de verdad concentrarse, Elmo.

ELMO: Sr. Hugh, no puede hablar.

HUGH: ¿Porqué?

ELMO: Elmo se está concentrando.

HUGH: Ups, perdón (chequen cómo se tapa la boca y hace los ojos... ¡se ve taaaaaaan tierno!)

ELMO: Con... (mira a Hugh y le pega con la mano en el hombro porque él está mirando para otro lado).

HUGH: Perdón, me desconcentré.

ELMO: Jajajaja!!!

HUGH & ELMO: ¡Concéntrate!

HUGH: ¡Muy bien!

Bueno, yo estaba viéndolo ayer por la tarde y debo decir que... de todas las cosas lindas que he visto en la semana, esta sin duda es la más dulce. Hacía años que bo veía Plaza Sésamo, y ver ahora el programa con Hugh Jackman fue... ah, cómo decirlo, ¿infancia a medias? Digo porque, como hacía de niña, hacía lo que decían que hiciéramos, en este caso, concentrarnos. Pero yo, en lo personal, estaba concentrándome demasiado... en algo que una niña de kinder jamás se concentraría... es decir, en Elmo no. Ups, sí que sí, estaba yo concentrándome muuuuuuuuy fuertemente en Hugh... jajajaja!!! Sí, infancia a medias.

Adiosito!!!

HUGH:

lunes, 25 de enero de 2010

FANS DE LAS ESTRELLAS JONAS... ¡FAVOR DE NO VER ESTO!




Jajajaja, a petición de la población harta de los Jonas... ¡aquí tienen su sueño dorado!


Pues todo empezó como una broma (de mal gusto, lo seeeeee) en mi salón. Primero dibuje a Hanna Montana (¡claro! mi archienemiga) y luego a los Jonas.


Les diré, no tengo algo en específico en contra de ellos, pero es que... ¡aparecen en todas partes! En cuadernos, en lápices, en mochilas, en la sopa, en la tele, en la radio, en las revistas... ¡en los libros! Casi casi faltan los calzoncillos con sus caras pegadotas... jeje, olvídenlo.


Entonces, harta de esta injusta situación (para empezar porque los infelices son más queridos que Hugh... caso aparte), decidí hacer ésos dibujitos para desahogar un poco mi pesar.


Y ahí tienen mi arte. Se trata de Wolverina (naturalmente, novia de Wolverine) quien, cansada de las estrellitas Disney, decide matarlas.


Cualquier ser humano harto de ellos se lo agradecería, ¿no?


martes, 19 de enero de 2010

THE FOUNTAIN: VALIÓ LA PENA!!


Pues hoy decidí abrir una nueva sección llamada:

MORDIDAS DE LA LOBA: UNA CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA.

Y aquí va mi primera crítica, se trata de la película mega rara (y mega ignorada) llamada La Fuente de la Vida.

Pues fíjense que hace unos tres añitos más o menos la película se estrenó en los cines. Tenía todo lo que a mí me gustaba: una trama bizarra, juego de luces, Rachel Weisz (de La Momia, La Momia Regresa y El Jardinero Fiel) y claro está, Hugh Jackman (de uuuuuuuuuh, muchas películas). Y sinceramente yo quería verla, pero...

De la nada, la película desapareció de los cines y hasta de los mercados piratas. ¬¬ Qué coraje.

Pasaron tres años antes de poder conseguir la peliculita en cuestión y... bueno, ¿cómo explicarlo? Ah, ya sé, con una frase muy especial que describirá mi situación muy claramente:

De cada 10,000 paracaídas hay uno que no abre, y por supuesto, yo lo encontré!!!

Y sí, de cada ochenta DVD'S, hay uno que no funciona correctamente, y naturalmente...

Yo lo encontré!!!!

Anoche me dio el ataque cuando puse la dichosa película y zas, que el reproductor no lo reconocía. Encerré al DVD como castigo toda la noche y al día siguiente lo probé. ¿Qué creen? ¡Me mandó a ver si puso la marrana el maldito aparato! Pero se hizo la luz: en otro reproductor la película claro que servía. Y por fin puedo hacer mi crítica:

Tom Creo (alias Tomás, alias Tommy) es un médico casado con la bonita Izzy (alias Isabel), quien tiene un tumor encefálico o algo así. Tomasito anda como loco buscando la cura, alegando que "la muerte es una enfermedad y tiene una cura". Ok, mientras todo esto pasa Izzy se pone algo malita y le deja tarea en lo que se recupera: que lea un manuscrito que está haciendo de la conquista en Nueva España y que porfis lo termine.

TOMÁS: ¿Qué lo termine?

IZZY: Sí.

TOMÁS: ¿Qué lo termine?

IZZY: Síííííí, Tom.

TOMÁS: ¿Que lo termine?

LOBITA: ¡Sí! ¡¿Qué parte de termínalo no entiendes, chihuahua?!

TOMÁS (creo que oyó lo que dije): No sé cómo termina.

BARNEY: ¡Usa tu imaginación, uhuhuhuhuh!

(¡Zas! Lobita se harta y decapita a Barney.)

Bueno, pues Tomasito no quiere acabar el dichoso libro y lo avienta como chorrocientas veces. Pues total que efectivamente debe acabar el libro, porque Izzy pasó a mejor vida y... ah...

Ok, lo que sucede durante ésta trama es la historia doble de otro Tomás que es un españolete embobado con la reina Isabel (en definitiva no se quemaron el coco buscándoles nombre) quien lo manda de excursión a la selva maya y la de otro Thomas que ada flotando en una especie de burbuja al lado de... cha cha cha cha cha chan!!!! el árbol!!!

¿Que cuál árbol? Pues el árbol que es el centro de la historia, hombre.

Pues bueno, ya no le sigo al cuento porque si no la han visto (obvio se las recomiendo) no quiero echarles a perder el final, bastante confuso y como que no le entendí.

Ok, ahora ahí les va lo bueno, lo malo y lo feo.

LO BUENO es que es una historia fascinante, innovadora, que te hace pensar. Claro, es del director de Pi y Réquiem por un Sueño, y es ligerita (no tarda mucho), pero es mejor una joya que dure diez minutos que un pedazo de basura vomitada que dure ocho horas, ¿no?

LO MALO es que es extremista: o te gusta o te choca. Desgraciadamente mucha gente que la ha visto la odia, por fantasiosa, por patética, por yó qué sé. A mí me encantó, está muy bien llevada. Y otra cosa fue enterarme que, antes de Weisz y Jackman, el director quería hacer la movie con... Kate Blanchet (oh, bueno) y Brad "Soy un galán y con todas puedo" Pit. ¡Noooooooooo!

LO FEO en realidad... nada, a lo mejor comO yo sienten feíto en la parte que (lo voy a poner en color negro porque es casi un spoiler) Izzy se le muere a Tomasito y se pone a llorar súper angustiado mientras se corta un dedo con una pluma y se llena con tinta las heridas (súper peligroso, ¿no?). Y claro, ver a Hugh Jackman irse a lo xtremo: primero, con las greñas por ningún lado, y segundo, más siniestro aún, sin un mísero pelo en la cabeza.

Y como dijo la fan de Val Kilmer cuando vio una foto de él súper gordo en la playa: ¡Noooo, quítenmela, es horrible, nooo!

Pues los dejo, dándole a ésta película con un 5 estrellas en una calificación de 5.

Adiosito!!!

lunes, 18 de enero de 2010

NO HAY MARCHA EN AUSTRALIA


Fíjense que hoy me vino a la memoria uno de tantos deja vús que tengo con mi escuela. Resulta que mi clase favorita, por mucho, es el inglés: tiene de todo, maestra divertida, horarios flexibles y hasta películas. Pero en una ocasión me sucedió una desgracia. ¡Sí!

A la teacher Vi se le ocurrió hacernos un examen muy especial: elegir (por equipos, obvio) un país y hacer una exposición en inglés (naturalmente) de él. de todo a todo; nuestra oción fue más o menos así:

Van Cullen (fan de Crepúsculo): ¿Cuál hacemos?

Lobita: Hmm... no sé...

Fannie: Pues que sea rápido, porque no tenemos tiempo.

Van Cullen: ¡Ya sé! ¡Italia!

Lobita: Sip.

Ya íbamos a anotarnos en la lista de la teacher como "Team Italy" cuando:

Miss de Inglés: ¡Ya no está disponible Italia!

Van Culleb: ¡Oh! Bueno, Volterra...

Lobita: Van, Volterra es una ciudad ficticia.

Mon: Pues que sea rápido. ¿Cuál?

Se me vino a la mente una visión extraña: una mujer pálida como la porcelana y de cabello rubio corto mirando desde una tienda de campaña a un hombre alto, guapísimo y de aspecto salvajón (así como Juan del Diablo, pero el de Eduardo Palomo, ¿eh? no el chanchito salvaje del Yañes). Y se me iluminó el foco:

Lobita: ¡Australia!

Todas: ¿Queeeeeeeeee?

Lobita: A-US-TRA-LIA. ¡Australia! ¡Por Dios, nadie va a agarrar Australia!

Mon: Pues sí.

Entonces tuve que hacer mi parte de la investigación. Me tocó fauna, historia y personalidades (ajá, ¿lo escogiste tú?). Para esto entré a una página linda llamada http://www.yesaustralia.com/. Pero la jo&%$% página cerró y me redirigió a otra: http://www.portaloceania.com/.

Pasé al menos dos horas leyendo TODO, no sólo lo que me tocaba porque soy fan de leer todo. Y me encontré con una verdad muy simple que aquí puedo gritar a los cuatro vientos:

Australia es linda... ¡pero yo me volvería loca ahí!

¿Qué porqué? Bien fácil. Hay tres cosas que no van conmigo, o tal vez sí, pero luego como el vestido favorito que tienes desde los...digamos ocho años, ya no te queda a los diez. Ahí les va mi tour personal llamado:
AUSTRALIA, MÉXICO DE CABEZA... MUY DE CABEZA

VIDA SOCIAL: En portaloceania.com decían que "el aussie no se morirá de estrés". Y no, la verdad no. Son personas de temperamento tranquilo, juguetón y amable. Al menos en lo amistoso se parecen a los mexicanos, porque aquí es común encontrar quien te ayude si te pierdes o no sabes hablar español o lo que sea, y los canguritos son así de lindos. Ok, eso está excelente, muchos amigos y rápido, gente buena onda y un ambiente pacífico y festivo. Pero... luego de MESES de que no pase nada, yo enloquecería. El aussie no morirá de estrés... ¿pero qué tal de inanición? Al final me hartaría, haría una mini bomba molotov, la lanzaría al centro de la ciudad para tener mis cinco minutos de acción y al final, acabaría en la cárcel.

Otra cosa son sus leyes. Nada anormales ni exageradas, en serio, son muy lógicas y agradables. Pero a veces quisiera saber de cual fumaron cuando las escribieron, porque eso de que hasta los animales salgan arrestados (así como lo leyeron) suena... siniestro. Imagínate, tú vas a la comisaría:

Lobita: Comisario, creo que tiene a mi perro detenido.

Comisario: Sí. Lo arrestamos por estar mal estacionado.

Lobita: Por estar, ¿queeeee?

Comisario: Mal estacionado. Estaba del lado incorrecto de la acera.

Lobita (y de seguro ustedes también): ¬¬

Sí, hoy es de ésos días...

COMIDA.

Es un tema complejo. Mi estómago aguanta cosas verdaderamente pesadas, como mega dogos y tortas locas, pero jamás comería, ni aunque mi vida dependiera de eso, vegemita.

Vegemita, vegemita, yumi yumi, la semita...

La vegemita es como la nutella... pero con sal!!! Sabe espantosamente salada y hay dementes allá que la comen como yo como chocolates, ¡por litros! Aparte allá no cocinan mucho arroz que digamos porque se les bate. (¡Loosers!) Básicamente comen dos veces al día algunas galletitas saladas y hamburguesas de yo no sé qué, toman cerveza como perdidos en el desierto de Gibson y le dan con mucho amor a los platillos ingleses, región 4 obviamente. Lo único delicioso de allá (lejos de los asados de canguro y el cocodrilo a las brasas) son los postres. La tarta Pavlova es una pastel hecho de helado, chantilly y frutas, yumi!! y mi favorito: el lemon delicious. Es un pastel de limón ccuya preparación es muy estricta, porque si te equivocas en algún paso obtendrás un pan quemado y con sabor a limón, pero fermentado. Le rocías azúcar glass (muuuuuuuuuucha azúcar glass) por encima luego de cocinado y sabe a platillo de dioses. Yo hice uno para mi presentación de inglés, y les gustó a todos.

NATURALEZA.

En eso tanto México como Australia están totalmente en los extremos. Me explico: en México la gente es amable, pero también algo descarriada, y nuestro medio ambiente es bonito y apacible. Allá, la gente cae en lo pasivo y sus animalitos parecen hijos de Hannibal Lecter de lo agresivos que son.

Básicamente, allá en Australia es consigna amanecer con un cocodrilo en tu piscina, un koala en tu patio o una serpiente pitón de dos metros en tu WC (cortesía de noticias locas). Los animales hacen las veces de los psicópatas sociales, es imposible deshacerte de ellos en tu día a día. Aquí, lo más peligroso es un perro con rabia. Allá, lo más peligroso es una versión terrenal del arca de Noé con una pareja de cada uno de sus "niños". Ahí todo te puede matar: si vas a la playa, puedes quedar ahí gracias a la amable intervención de tiburones, mantarrayas (como este tipo, el cazador de cocodrilos... ¿cómo se llamaba?), aguamalas, caracoles corneta y claro, el favorito de la nación: cocodrilos marinos. Si vas a un paseo por el interior (llamado outback) olvídate de volver con vida si te encuentras con: canguros, emús, cocodrilos (¡vaya que abundan!), y claro, serpientes. Australia posee el 80% de las especies de serpientes en el mundo, y más de la mitad son venenosas. La más letal te mata en quince minutos. Y yo, que desde niña he adorado a las serpientes... Creo que ya no tanto.

Y en la ciudad, casos similares: una serpiente, un reptil (esto es como Jurasic Park muy modernizado), una araña de bola de algodón o algo así se llaman, o la muerte más estúpida: mordida de un koala rabioso. ¡Qué bonitas mascotitas? ¿Quién las quiere, quién las quiere?

Y pues luego de dos horas impactándome con el estilo de vida en Cangurolandia (el llamado Estilo Aussie), por fin saqué la tarea y la presenté al día siguiente. Mis compañeras y yo tuvimos que vestirnos de arrieras australianas, ya que todos los demás equipos también se habían vestido conforme a su país. El caso es que terminamos como una versión femenina de Drover (el personaje de Hugh Jackman en la película de Australia), y lo mejor fue que sacamos el trabajo adelante, tal y como debía ser.

Pero en serio, no me quedaron muchas ganas de ir a Australia. Es un paraíso con un precio elevado. Prefiero, entonces, vivir en mi México hermoso y pasar mis vacaciones en alguna de sus playas magníficas, lejos de tiburones y amenazas y más cerca del cielo.

viernes, 15 de enero de 2010

¬¬ ¿PORQUÉ TODO LO MALO ME PASA A MÍ, EH?


Hace tan sólo unos días me enteré de algo esencial: Ana de la Reguera es la mujer mexicana más consentida del destino. ¿Que porqué? ¡Ah, bien fácil! Porque ella se besó (obviamente era actuación, pero, ¡qué demonios importa?) con Hugh Jackman. Claro que sí. Obviamente me enteré del chisme mientras disfrutaba de un arroz mexicano con pipian y casi vomito del ataque de celos que padecí. Es decir, no es que yo no me hubiera besado el mismo día que ella, sí, me besé... con la banqueta embarrada de hojas podridas porque me resbalé en un escaloncito y di de bruces con el suelo. Parecía que me estaba postulando a papa, con eso de que ellos besan el suelo...

En fin, no me hagan mucho caso, por favor.

Pero bueno!!! Ése hombre está más que dispuesto a arruinarme la existencia, me he dado cuenta de eso!!! Primero: va a la premiere de su película al D.F, sitio al que yo no pude ir por cuestiones monetarias. Segundo: corren rumores (o sea, algo que suele contarte el amigo de tu amigo... o mi tío contrabandista) de que estuvo con George Clooney en Puerto Vallarta. Buen momento para cantar a todo pulmón la canción ésa de "Peligro" de Yuridia. Tercero: yo estaba ilusionada en volverlo a ver en los óscars este año. ¡Jaja! Dijo que no gracias y... ¿a quienes pusieron? ¡A un par de cómicos vejestorios que no ma harían pizca de gracia ni imitando la caída de Juanga! Arruinándome por completo el cumpleaños, que se celebraba a poquísimos días después de la ceremonia. Ahora con esto, ya va sobre la cuarta. Bueno, habrían sido cinco con lo de la película con Miley Cyrus, pero afortunadamente su voz de la conciencia (cof, cof, algún milagro divino, cof) le hizo saber que Wolverine nunca soportaría estar cerca de Hanna Montana pero si ni por error. Y luego tendría tan mala suerte que le dirían como al señor Polanski:

-Es menor de edad...

¡Pues eso ya lo sabemos, hombre qué crees!

Ok, me calmaré, aunque esta semana ha sido un via crucis. ¿Quieren saber porqué?

LUNES:

° Me jorobaron mis dos horas de libertad en casa.

° El pollo duró horas en cocinarse.

° Me enteré (cortesía de TV AZTECA, mejor conocida en el bajo mundo como TV APESTA) de la nueva gracia de Jackman.

° Me mandaron por mil mandados contra vienta y lluvia.

MARTES:

° Me aburrí en grande en la unidad mpedica viendo un programa chafísimo y sin dinero para comprarme un chocolate.

° Mi hermano practicó salto libre sobre mis tostadas.

° Se me armó la gorda con mi apá.

MIÉRCOLES:

° Estuve en promedio tres horas sentada como imbécil en un sitio X para que al final me dijeran que, por esta ocasión, no había manera de atenderme. ¬¬ gracias.

° El baño del terror, ¿lo recuerdan?

° No había nada decente de comer cuando llegué e intentaron retacarme por la fuerza unas enjitomatadas.

° Y sip... otro numerito de mi querido Hugh. (Ser fan de corazón tiene sus desventajas... aquellos que amen ese deporte bestial llamado futbol me entenderán).

° Me salió el agua de la regadera heladísima.

JUEVES:

° Mi perrita Canela decidió jugar conmigo a "la bolita" y casi me mata.

° Me desvelé porque se me tapó la nariz.

° El viento arreció y se llevó consigo una caja de cartón... que fue a parar a mi cara... de nuevo.

°¿Les comenté lo del apasionado beso que nos dimos el suelo y yo?

VIERNES (O SEA, HOY):

° Mi hermano estuvo a punto de morir por mis propias manos. ¡Ya me tenía harta!

° Jugando en la red, mi Mario Bros no pudo superar una barrera, su hermanito Luigi se suicidó en una cañada y el Guasón logró vadearme en una persecución y matarme de paso.

° Estoy constipada, ¿qué más quieren?

A veces pienso en las cosas buenas que me han pasado en la vida, y me doy cuenta de algo gracioso: por cada dos cosas buenas que me pasan, sucede una mala. Suena bien, pero esas cosas malas son de alto impacto. ¿La última? Perdí a un ser querido y ni siquiera tuve la oportunidad de despedirme. ¿El contraataque? Recuperé a una amiga y mi salud.

De esta manera pienso atentamente en que muchas personas que hayan o estén pasando por depresión (hace unos cuantos años me contaba entre sus filas) pensarían, con tanta desgracia que me ha pasado esta semana que la vida, literalmente, apesta (y no como yo creo que apesta, con glamour, sino de verdad); y la verdad es que mientras hay vida hay esperanza, y cuando la vida se acaba, contrario a lo que mucha gente cree, deja tras de sí un supermasivo hoyo negro lleno de angustia y tristeza a su alrededor. Y, como yo sé qué se siente estar así, tanto en lo personal como entre gente que he conocido y querido, quisiera hacer una invitación a que, a partir de ahora, cuando les pase algo malo o desagradable (desde algo irónico hasta algo de verdad trágico) piensen en voz alta: "Ya mañana saldrá el sol". A lo mejor no sale literalmente (con eso de que estamos en época de invierno) pero al menos déjenlo salir dentro de uno mismo, y sigan felices. ¡Pueden decir cuando quieran que están malditos y que siempre les pasan desgracias, pero díganlo con mucha alegría! ¡ARRIBA LAS DESGRACIAS QUE SAZONAN LA VIDA!



miércoles, 13 de enero de 2010

TOILETTEFOBIA: LA NUEVA MASACRE HUMANA


Hoy mientras comía en un restaurant x con mi madre santa mis intestinos decidieron hacerme una mala jugada, y tuve que correr a ése lugar sagrado de blancas paredes y sonidos silenciosos al que todos llamamos baño. Pues total que como no pude ubicarlo rápido pregunté. Y, ¿saben dónde estaba? ¡Pues hasta el fondo de un pasillo con una compuerta más rota que la de la barrera anti manifestantes! Pues total que ya entré y... ¡era el baño del terror! Tan minusculo que no había espacio para moverte con libertad (ahora sé lo que siente el mochaorejas en su prisión), la taza de un bonito color blanco cadáver y los focos de la luz amenazando con apagarse en cualquier momento. pues luego de sentir un escalofrío (y de salir bien librada de la experiencia) huí del pequeño y siniestro WC.

Sé bien que a todos nos ha pasado esto alguna vez: el lugar que debería ser de descanso se convierte de pronto en una verdadera historia de horror, igual que los panteones pues. Pero esta ha sido una experiencia light, sencillita y sin repercusiones. ¡No! Me han pasado cosas peores.

Por ejemplo, una vez fui a Puerto Vallarta y me fui en autobús (mis ingresos no alcanzan para un mísero avioncito) y me entraron unas ganas de visitar el.. ejem... cuartito mágico. Y pues ya caminé (más bien vadeé) el tramo del pasillo y por fin! alcancé la puerta. Bueno, el infierno no finalizaba: primero la taza parecía de la Guerra de las Galaxias, toda torcida y con un banquito en diagonal que no sé para qué demonios era, y ya con todo y los trompicones del camión logré sentarme y... bueno, el tambaleo del vehículo no me sirvió de nada. Cuando por fin terminé de hacer mi numerito y me levanté, pasó lo peor: de pronto el camión viró y caí con la cara a escasos centímetros de la taza, por no decir que el pie se me atoró debajo del banquito ese y estuve a punto de morir cuando mi cabecita chocó contra el lavabo de porcelana (a escasos veinte centímetros de la taza). Y entonces, ¡bendición! logré zafar el pie y salí huyendo como loca del cuarto asesino.

Cosillas como ésas me pasaban a diario. Esto incluye otros traumas relacionados con el toilette: la vez que me encerraron en el baño de hombres en la secundaria (era el foco de infección más grande, apestoso y aterrador que he visto en mi vida), cuando vomité todo un baño en un centro comercial luego de hacer lo mismo afuera de éstos, cuando entré al baño de la primaria y hallamos un "regalito" sobre la taza y claro está, cuando mi moneda de 20 pesos dio a parar al interior de la taza sucia del baño. Como era todo el dinero que tenía y debía volver a casa en camión tuve que meter la mano para sacarla. Los cinco minutos más horrorosos de mi existencia.

De este modo, uno se pregunta: si los baños son lugares acogedores donde puedes leer, meditar (¿a que no sabían en qué se inspiró Rodin para hacer "el hombre pensante"?), escribir una novela y (en el caso de los hombres) hacer competencias asquerosas con tus amigos del alma, entonces, ¿porqué el toilette causa tantas dificultades? La respuestas está en la ciencia.

El baño es un lugar bastante peligroso, el 95 % de los accidentes ocurren aquí. Y si al baño le sumanos que sea un baño público, el riesgo es mayor. Por no decir que el trauma. Ya sea que se te acabó el papel o que la cadena no jala o que haya una fila kilométrica delante de tí, el baño no es una opción de vida. Según los científicos, pasamos en promedio dos años dentro del baño a lo largo de toda nuestra vida (sin contar los episodios de estreñimiento o de diarrea), pero aún así, una amiga mía, a la que aquí llamaremos Mo, les tiene miedo. ¡Sí, tal y como lo oyeron! Una vez me dijo que los baños públicos la aterrorizaban. Así nació una nueva fobia: toilettefobia, o sea miedo al baño.

Pero no me hagan mucho caso, por favor. El baño sigue siendo producto de primera necesidad (como la comida, y Hugh Jackman), así que debemos firmar un pacto de no violencia contra éste lugarcito donde, seamos sinceros, descansa en paz nuestra alma.

domingo, 10 de enero de 2010

ELEMENTAL, MI QUERIDA LOBTA... : P




Es como una especie de maleficio que me persigue incanzablemente cada vez que me acerco al cine. ¿Es que acaso una bruja cihpewa o algo así me hechó una maldición de recién nacida o qué? ¿Porqué siempre he de terminar enamorada-flechada-encantada-idiotizada del tipo rudo de la película de acción ambientada en una época pasada?


Nooooooo, aún no he visto la película, pero de que quiero verla, quiero verla.


Todo empezó en el cine cuando fui a ver Harry Potter 6 (¡sí, lo juro, he visto todas y cada una de sus películas desde chiquita!) y pasaron el trailer de la película. Al principio no me llamó la atención en absoluto (vamos a ser sinceros, no tenía más ojos que para Hugh Jackman) y entonces hice como que no los había visto, ni a Robert Downey Jr. ni a Jude Law.


Y entonces... recientemente fui a ver una película cuyo título no mencionaré por dos razones: la primera, que no puedo creer todavía que me dejé arrastrar al cine a ver tal tontería, y segundo, porque estaba más emocionante lo que sucedía en la sala que en la cinta, ya saben, un montón de niños corriendo, lliuvia de palomitas, risitas, celulares, etc. Ahí, mientras esperaba que la lenta fila se moviera para entrar a ver la función, miré de un lado a otro. Ahí estaba todavía el mega póster de Avatar, los carteles de próximo estreno (¡Dios santo, qué onda con Johnny Depp!) y por fin mis ojitos se toparon con el otro mega cartel casi casi en 3D de Sherlock Holmes.


Pensé atentamente, pasando de Jude Law a Robert Downey Jr.:


Nah, está horrorosa la película, bastante, no vale la pena verla, nah nah, bueno a lo mejor vale la pena por Jude Law, digo está más o menos guapo, y eso que no es el protagonista, el protagonista no está naaaaaaada lindo, bueno sí, un poqioto, pero no más que Jude Law. Hmm... pensándolo bien sí tiene su encanto, noooo, para nada, sí, pensándolo bien, pero no como Jude Law... ¿o sí? Jude Law es guapísimo, y Robert Downey... un poquito, tiene un no sé qué que qué sé yo, pero... hmm... sí, está guapo... no, no está guapo, ¡está buenísimo! ¡Oh, Dios, los dos están guapos! ¡Hugh, perdóname!


Y así fue como, al llegar a casa, con todo y el estómago a punto de reventar por tanto refresco, mareada del sueño y harta de oír las canciones idiotas de la película, supliqué histéricamente en casa:


-¡Por favooooooor, llévenme a ver Sherlock Holmes!


Todavía no me dan el sí, pero tampoco la negativa. ¬¬ ¿Porqué siempre me pasa lo mismo?


Ok, nunca vi Ironman (ya lo he dicho, los superhéroes de Marvel APESTAN, excepto Wolverine y sólo porque sale Jackman), pero pues el tipo en cuestión no me cae mal, y se ve muy interesante, casi misterioso, así de Sherlock Holmes. Así que, como diría James Bond:


Debo irme, tengo una cita con el peligro.


jueves, 7 de enero de 2010

ANIMAL I HAVE BECOME


El título de la entrada no es sólo el nombre de mi canción favorita de Three Days Grace, sino también una realidad en mí. Efectivamente, soy una personita tranquilita y de temperamento dulce, pero ¡ay de aquel que se atreva a alterarme! No tiene un final feliz.
Como hoy no hay nada interesante de lo cual platicar, debido a que los Reyes no me trajeron nada de regalo (bueno, básicamente los reyes NUNCA me han traido nada)mi hermano está batiendo su propio récord de accidentes que le puede provocar a una sola sala usando sólo su entusiasmo, pues decidí escribir algo personal respecto a lo que me pasa.
Todos sin excepción tenemos un animal interno, una esencia puramente bestial que define nuestro comportamiento en la sociedad (ok, muy filosófico, ¿no?), y bueno, supongo que tambien aparece en situaciones de gran tensión emocional, ¡si, igual que los poderes mutantes en X Men!
En lo personal, creo que mi animal interior es... no, no es un cochinito como cree mi mamá, tampoco un oso perezoso, mucho menos un ornitorrinco (digo, ya soy lo suficientemente rara como para añadirle algo más), no, más bien soy un lobo.
¿Que porqué un lobo? Ok, los lobos gustan de aullar, correr en manadas, comer en familia y cuidar a sus bebés. A mí me gusta cantar en la regadera, correr tras alguien cuando estoy jugando con mis amigos, comer muchas hamburguesas cuando salgo de paseo y cuidar de mis mascotas como si fueran mis bebés.
Y aparte, cuando los lobos pelean, se gruñen y muerden, y se dan un revolcón de miedo en el piso, ¿no? Pues yo, cuando era más pequeña, literalmente le brincaba encima a mis enemigos que, de hecho, eran unos cuatro años mayores que yo, los rasguñaba, los mordía y les gritaba histéricamente. De más niña, digamos a los, ejem, seis o siete años, era una minúscula máquina de pelea digna de enfrentarse a Hulk, digo porque de verdad a la primera burla dejaba al gracioso o graciosa en calidad de papilla, una masa de carne tirada en el piso y con el aspecto de haber sido atacado por un gato rabioso. Así, de buenas a primeras, me expulsaron del colegio católico (bueno, por eso y por otras razones fuera de mi control, digamos, problemas morales que las monjas tenían conmigo, jeje), y terminé en una escuelita de gobierno donde mis artes, ejem, marciales fueron mal apreciadas, pero al menos eso me libró de una vida de humillación a la cual, por mi comportamiento, estaba destinada. Síiiiiii, estaba condenada a la humillación por mi amor por la naturaleza, digo, mientras muchos niños patearían a un perro, yo le daba un pedazo de mi lonche.
Ah sí, tambien me gusta rondar de noche... por la casa en busca de comida para robar. Una vez me dejaron sola en casa porque se fueron de vacaciones, eso fue hace unos dos o tres años más o menos, y por la noche me agazapé como gato en la ventana de mi mamá (la más grande y la única que no tiene protección) y miré la calle. Total que me aburrí, me vestí (¡eran las tres y media de la mañana!) y me salí a caminar por la cuadra. ¡Oh, cuánta calma y belleza! Efectivamente, estoy bien loca. ¬¬
Pero en fin, ¿porqué no se sientan un día a pensar cuál será su animal interno? Tal vez es un elefante fuerte, un tigre elegante o una mariposa bondadosa. O tienen tan mala suerte que son un elefante gordinflón, un tigre al que le ruge la boca o una mariposa... ustedes entienden ¿no?

martes, 5 de enero de 2010

PERSONAJES DE MIS AMORES, O COMO PERDER LA CABEZA EN EL CINE


Ok, ¿asi o más confuso el título? Pero es la realidad, es MI realidad.

Todos alguna vez hemos ido al cine, yo en lo personal he ido 7 veces este año. No importa, una conocida mía va cada fin de semana (¬¬, ¿con un sueldo de maestra de inglés puedes hacerlo?).

Entonces, ¿en qué íbamos? Ah, sí, el cine. Bueno, a mí me gusta el cine, está ubicado en el tercer puesto de lugares a los que me gusta ir en mi top 5.

5° Parque o cualquier zona natural, como un bosque.

4° Albercas.

3° Cine.

2° Plazas, de preferencia en el atardecer para salir de noche. ¡Amo la noche! (efectivamente, estoy bien loca).

1° Playa. Claro, dos veces en la vida no es mucho... :(

Volviendo a lo que nos concierne, ¿quien no ha disfrutado estar sentadit@ en una sala a oscuras con sonido digital y viendo a su actor/actriz preferid@ haciendo proezas físicas o emocionales dignas de un premio o ver en acción en vivo a sus superhéroes de la infancia? ¿Quién no ha gozado comer palomitas de a montón con un refresco que parece traído de la Antártida de lo helado que está y se ha reído al ver una película de caricatura en una pantalla gigante?

Pero el cine tiene sus riesgos, como todo: que una palomita asesina se te atore en la garganta, que te toque estar sentad@ adelante de un mocosos desgraciado que no para de hablar o llorar a lo largo de la película, que no te alcance el dinero, que la cinta se dañe y el cine no te reembolse tu lana, o peor: que entres al cine en tus cinco sentidos y salgas... enamorad@.



El año antepasado (2008) yo, una niña dulce, tierna y hogareña (ajá, si como no) pasó sus días de verano atascadísima en la cocina, cocinando y lavando trastes con singular alegría, aprendiéndose de memoria los éxitos del verano gracias a su siempre útil radio de Hello Kitty (¡si, tengo cosas de Hello Kitty, y que!). Ahí, de buenas a primeras, anunciaron y reanunciaron el estreno de la controversial Batman: El Caballero de la Noche.

Me gusta Batman, cuando yo era peque era mi suerheroe favorito, tal vez porque los personajes de Warner Brothers siempre me han parecido mejores que los de Fox (excepto Los Simpson, claro), tal vez porque yo no crecí como una persona normal, tal vez porque siempre anhelé ser una heroina que vagara por las noches viviendo aventuras alucinantes... o tal vez porque de cada diez episodios, en cuatro vencía a mano limpia a mi enemigo natural: un payaso. Pero detesto con todas las letras a Christian Bale, porque ¿qué se siente el tipo ese, eh? A mí me cae de lo peor su espantosa cara de caballo y su peinadito, y su pose de "soy un super galán y con todos puedo". Pero, oí el rumor de que salía en la película Gary Oldman (alias Sirius Black, alias Drácula, alias... etc), uno de mis actores consentidos, y claro que yo iba a ver su película solo por eso.

A la entrada me hallé de frente con mi enemigo mortal: un poster tamaño familiar de El Guasón. Yo, desde pequeña, lo detesté, al mismo tiempo que me hacía reir. Mi primera pesadilla que recuerdo fue con ése payaso psicópata desgraciado, entonces, como yo ya no tenía cuatro años, miré con fijeza ése rostro mal maquillado, más demente que el de Nicholson, más siniestro que el de la serie animada, y dije:

-Ya no te tengo miedo.

No, miedo no. ¿Pero qué tal obsesión?

Fueron seis meses en promedio de investigar todo sobre él. Ya no se trataba sólo de una tirsteza psicótica de la inesperada muerte de un tipo de cara linda que logró hacer un personaje aterrador y encantador a la vez, se trataba de un fanatismo en su más puro (y retorcido) estado, del cual sólo salí cuando mi santa madre me advirtió que o le bajaba, o me llevaba al psiquiatra. Y, siendo sincera, los psiquiatras me dan más miedo que el Guasón.



En fin, entonces el 22 de febrero del año pasado fueron los óscares. Yo, sentadita, esperaba el momento en que el muerto favorito de la nación ganara su premio. Pero antes... una sorpresita. Apareció de la nada Wolverine, vestido de traje, sin garras y con el pelo bien peinado. Pff, pensé, recordando a Van Helsing (si se dejara el pelo largo se vería de lujo, pero allá el), y me senté a aburrirme en grande. ¡Pues no! Verlo dar saltitos, y cantar y bailar (con todo y el Zanessa incluido) fue suficiente para olvidarme del payaso homicida y decir:

-Oh, Dios mio. Creo que me voy a mudar a Australia.

(No me pienso mudar a Australia, ahí todo te mata).

Y... sucedió.



Fue un bonito y estival día de principios de junio. Mi vida estaba en equilibrio, tenía muchos amigos, un hijo al cual cuidar (mi pez Apolo, que falleció trágicamente hace unos tres meses) y mucha energía extra. Y, un domingo que marcó el final del fin de semana más perfecto de mi vida, fui a ver X Men Orígenes: Wolverine.

Aclaro: nunca me ha gustado X Men. Al igual que Ale -Chan, yo conocí de pequeñita a los X Men, una caricatura medio chafita (cof, cof, Batman tenía mejor animación, cof) con un Guepardo (más tarde averigüe que Wolverine en realidad significa Glotón, un animalito precioso que parece de peluche pero que es tan agresivo como un oso pardo, y cuando se enojan hacen un ruidito chistosísimo, mezcla de ladrido de french poodle y rugido de oso, se oye como grrrrrrrrrrña, grrrrrrrrrrrrrña) y Tormenta, y Titania (bueno, pues, Rogue, pero yo la conocí por Titania), y Jean Grey (¿esa salía en la original?) y Magneto (mi mamá siempre se burla de él porque se llama como grupo musical) y un pelon muy inteligente que diario andaba en sillita de ruedas, o en un cochecito flotante, o algo así (tú si te acuerdas, ¿no, Ale -Chan?), ejem, total, los X Men siempre, pero siempre me provocaban una cosa: sueño. Empezaba la serie y de pronto mi cabecita chocaba con el suelo o el colchón de la cama y: zzzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZzZZZZzzz.

Pero, un buen día, no me acuerdo cuando exactamente, en la escuela estábamos viendo (¡si, en la escuela!) X Men 2. Bua, dije, efectos especiales, superpoderes, bla bla bla... y luego me fijé en el tal Wolverine. No, no se parecía en nada al sujeto cabeza hueca que vestía en mallas amarillas, este era más... más... wow. Sí, es la única palabra que se me ocurrió para describirlo, yo todavía era una criatura de mente pulcra (lo que me hace pensar que fue en primaria, más o menos, cuando la vimos...). Y entonces compré las tres películas (bueno, la tres se la robé a mi tío contrabandista del que les hablé en Navidad) y las vi, cada día más sorrpendida por el mutante de las garras de metal. Cuando me enteré que Wolverine era en realidad mi querido Van Helsing hasta me saqué de onda. Pero su nariz de alcanza queso y sus ojos color miel son inconfundibles, así que me resigné. Luego supe cómo se llamaba: Hugh Michael Jackman Watson. o Hugh, pues.



Entonces, fuimos al cine. Era lo mínimo que podía hacer por Hugh, luego de que nos defendiera durante las "vacaciones a fuerzas", y lo mínimo que podía hacer por mí misma luego de no poder asistir a la premiere. Pues luego de chorrocientos anuncios, dos campañas del Verde Ecologista con Maite Perroni y un agarrón por parte de un menso que se me cayó encima por andar con tres paquetes de palomitas acarameladas, empezó la película. Por cierto que como era matineé éramos como veinte personas, pero de esas veinte personas sólo tres eran hombres: un papá, su hijito de siete años (el muy desgraciado se sentó atrás de mí y estuvo hablando TODA la película) y un novio que salió con cara de asco. Digo, porque su novia salió en las nubes. El resto éramos mujeres de entre quince y veinticinco años... ah, sí, y una señora de unos treinta y tantos que fue con su hija (pobre del esposo).

Pues ya, empezó la acción, el niñito se pone agresivo le salen las garras y se escabecha a su padre que no sabía que era su padre (qué padre, infidelidad en pantalla Imax), créditos de inicio padrísimos, muchos mutantes, bla bla bla, más acción, poquita comedia, bla bla bla, el niño emíeza a platicarle a su papá quien es quien en la película y se avienta sus biografías, bla bla bla, sale Hugh Jackman (oh my god), sale la Kayla Silverfox (le pregunta a Wolverine: ¿qué estás haciendo? y yo mentalmente le respondo: ¿y a usted qué le importa? órale, regrésese a la cabaña y déjeme admirar el, ejem, paisaje). Más acción, golpes, muerte, bla bla bla, a Wolverine le ponene el adamantium (oh, escenita bendita en el tanque de agua, y de la cascada, y del granero... una muchacha de atrás suspiró y se oyó graciosísimo). Pasan muchas cosas, más acción, conoce a Gambito (precioso Gambito, se me hizo muy lindo el actor... ok, la palabra correcta es guapo pero así soy cuando estoy sentimental), los mata a todos, le matan a su vieja... el niño que está sentado atrás de mí sigue hable y hable, el novio de la fila ocho está a punto de pedirle a su novia que corten porque sus palomitas están llenas de baba... y a mí hasta se me olvidaron las ganas de ir al baño, al menos hasta que se encendieron las luces.
Ahí mismo me compré una revista especial de Cine Premiere con un póster de Hugh Wolverine tan grande que, de no ser porque es papel plastificado me serviría como cobija para echarme una siesta, y volví a casa, curada de mi manía a un enfermo mental de DC cómics para traumarme (aunque no al mismo extremo) con un mutante desmemoriado de Marvel. ¡Oh, cambio de casa productora, Dios mío!
´
Así que, ya saben, cuando vayan al cine, prepárense porque uno nunca sabe lo que pueda pasar. Desde tener el día más increíble de su vida hasta terminar hasta el cuello de desgracias y vomitarte sobre las palomitas (ojalá nunca les pase eso!! es repugnante).

domingo, 3 de enero de 2010

CUANDO ESTOY DE BUENAS... ME INSPIRO

Creo que a todos por aquí les quedaron claras tres cosas sobre mí:
1. Soy demasiado demente para la sociedad, pero demasiado cuerda para el manicomio.
2. Considero que el amor apesta, pero por alguna extraña razón lo fomento (es igual a fomentar la creencia en el Monstruo del Lago Ness, con la diferencia de que Nessie existe... ¿o no?).
3. A veces soy pesimista, pero con gracia (como diría un amigo mío al que su novia lo dejó planatado por ir a la premiere de Wolverine: "Soy un cornudo, ¡pero con glamour!")
Pero... cuando estoy de buen humor (como hoy) hay algo que siempre me gusta hacer:

¡¡CANTAAAAAAAAAAAAAAR!!

Si creen que ya perdí la cabeza, no se preocupen, es una de esas ocasiones en que, como ya dije, uno está de buen humor y se lleva bien con todo el mundo, hasta con el vecino de la esquina al que casi nunca ve, pero sabe que le trató de vender unos caramelitos medio raros a tu primo de seis años a la salida del kinder vestido de payaso.
Ok, a lo importante. Cuando me inspiro, me pongo a cantar. ¿Lo han hecho? Es muy saludable, después de todo al cantar tienen el derecho supremo de agarrar cualquier objeto cilíndrico, fingir que es un micrófono, desgañitarse dando de saltos en su habitación y gemir (porque cantar no es la palabra correcta para el montón de sonidos siniestros que se oyen salir de nuestras gargantitas) las canciones de moda, otras que ya no están de moda y alguna que otra de su invención. Como esta que yo escribí hace algunos meses (dedicada con mucho amor a la pizza):

Pizza, hermosa pizza,
tu me alimentas, me rellenas y me haces llorar
Pizza, hermosa pizza,
deliciosa, nutritiva ¿qué mas puedo rogar?
eres hermosa, hermosa pizza
exquisita, suculenta y con queso de a montón
pizza, ¡amada pizza!
treinta minutos son nada en comparación contigooooo....

Después de eso, comprendí que nunca tendría carrera artística y lo deje por la paz.
Y otra cosa que me gusta hacer cuando estoy inspirada es dibujar. Dibujo de todo: plantas, animales, paisajes, personas y... otras caricaturas. La que mejor me salía era la del Guasón, pero un buen día me di cuenta que mi cuarto estaba literalmente forrado de su imagen, y decidí mejor dejarlo hasta ahí. Y, ahora, quisiera hacer un dibujo de un licántropo (no, no los de Luna Nueva, que están medio chafas) sino un hombre lobo así, decente, como el de Van Helsing. Ah si, tambien quiero dibujar a Van Helsing, sólo por practicar.
Básicamente dibujo mucho al son de la música. Puede ser clásica, rock o pop, pero jamás de los jamases reggaeton o banda. Porque, después de todo, ésa música me inspira... ¡pero me inspira para cometer homicidio al que está oyendo las rolas a todo volumen! O suicidarme, en caso de no conseguirlo. En fin.
Finalmente, para concluir, estoy muy feliz por mi nuevo post. Y de verdad deseo que este año mi computadora no me falle, porque si me falla otra vez... la aviento por la ventana.

viernes, 1 de enero de 2010

FELIZ CRUDA NUEVA!! NO, PERDÓN, AÑO NUEVO... JIJIJIJI

¿Les digo qué pasa? Me duele la cabeza!!! No me dolería tanto si me hubiera golpeado de frente contra una valla de seguridad, jugado al futbol americano, aterrizado de cara en el pavimento y aspirado alcohol de hospital combinado con pegamento del 680 8si se dice así, ¿no?).
En mi casa nunca de los nuncas celebramos el año nuevo. En 365 dias solo tenemos una celebración: la Nochebuena. Ahí está terminantemente prohibido hablar de año nuevo, san valentin, dia del niño, dia de las madres, independencia, dia de la raza, revolución, etc. Entonces se preguntarán: ¿y porqué está con cruda si no tomó?
¡Ah! Pues porque mis vecinazos de mi vidaza tuvieron la ocurrencia de empezar su fiesta... ¡A las cuatro de la mañana! Y adivinene a qué horas terminaron... a las seis.
Fue una noche larguísima. Mientras una servidora estaba calentita debajo de tres cobijas, soñando con algún paraje secreto repleto de manzanas de dulce y huevos kinder, ¡pum! oí de la nada el inconfundible sonido de la música de banda, repiqueteando contra mi ventana con todas sus fuerzas. Abrí un ojo así como los buhos y vi las luces encendidas en la casa de al lado. Me tapé las orejas con dos pedazos de algodón y no sirvió, me tapé la cara con una almohada y casi me ahogo (sí, soy medio tonta cuando tengo sueño). Total que me levanté como zombi y encendí la tele, echándome un tour (traducción: echarse un tour significa cambiar y cambiar canales hasta encontrar algo bueno), vi un pedazo de La Ley y El Orden UVE (la favorita de mi madre solo porque sale Christopher Meloni... ups, hablé de más), recorrí junto a Sean Connery un largo tramo comunista en una de sus James Bond-venturas, y exploré de cerca Australia Indomable antes de decidir que se me estaban cerrando los ojos y ya no podía distinguir si eso que se veía en la pantalla era el Monte Olga o la oreja del narrador. Y la música seguía...
Me hice bolita bajo las sábanas y de pronto, n sueño deliciosos se apoderó de mí. Y, cuando de nueva cuenta las manzanas y los huevos kinder aparecían a mi alrededor... a mi vecino se le ocurrió hacer estallar un cohete. Me entró un susto tal que brinqué igual que los gatos (sólo me faltó maullar, de hecho) y me escondí atrás de mi póster de Wolverine tamaño XXL (oigan, me costó 20 pesos, que sirva de algo el muy inútil), con la esperanza que el monito cobrara vida y fuera y abriera a todos los fiesteros en canal. Sí, fue una de ésas noches en que deseas matar a todos... así podrías dormir en paz, ¿les ha pasado? Naturalmente, el poster se quedó tal y como estaba, mudo y quieto, espiando la pared de enfrente con malas pulgas y amenazando con sus garras de adamantium mientras yo... echaba pestes detras de él.
El reloj dio las 5: 50. El repertorio de banda se les acabó y empezaron a cantar de Yuridia. medio adormilada tarareaba las letras, mientras mis ojos se ponían más y más rojos y la cabeza me retumbaba como si bailara un punchis punchis interno. Las 5: 55, empezaron a tocar a Chente, ya no me pude dormir porque las carcajadas de ebrios y los cohetes siguieron y con amor. Por fin las seis, bendita hora en que se les acabó la cerveza, la música y hasta las ganas de seguir ch...enteando,y por fin!! A dormir. el coro de Aleluya me acompañó y, por fin, descansé.
Claro a las ocho ya estaba despierta, cortesía de mi hermanl monstruoso que se puso a correr de arriba abajo como cabra descarriada y precisamente fue a estrellarse de cara contra mi puerta.
Pues ni modo. ¡Feliz Año Nuevo! Y que la cruda se nos baje a todos.