FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



domingo, 23 de diciembre de 2012

EL ORIGEN DE LOS GUARDIANES: COMO LOS VENGADORES, PERO PARA ESCUINCLES

No andaba muerta, andaba estresada, no andaba muerta, andaba estresada...
Bueno luego de aclarar que mi desaparición forzada se debió a un trágico incidente relacionado con la escuela (sobreviví, señores...pero me pudo haber ido mejor, eso sí) vengo con una nueva lobireseña de una peliculita que a mí, personalmente, me había llamado la atención desde hace ya varios días. Pos bueno, para no hacerles el cuento más largo y estando a un sólo día del mega boom (o sease la Nochebuena, época de paz, amor...ebrios, tráfico, bengalas asesinas, regalos innecesarios y demás) les entrego mi linda reseñita.
Si alguien vio el trailer y sintió como que un deja vú que los lleva hasta el 27 de abril de este mismo año, están no muy lejos de la realidad, porque El Origen de los Guardianes, una simpática película de la infravalorada DreamWorks que hasta la fecha se había sostenido de Shrek, casi casi nos recuerda a Los Vengadores, con Loki pálido de pelo negro y toda la onda. Pero bueno, a lo que venimos:
Todo comienza en una fría noche donde un muchachito llamado Jack Frost hace su aparición en el mundo, teniendo el poder de crear nieve y hielo a su paso; el único problema es que nadie parece capaz de verlo, lo que lo preocupa durante más o menos 300 años hasta que llegamos a la época actual. Ahí nos encontramos con un Santa Claus que goza de oír a Stravinski y trabaja en su súpertaller con ayuda de peludos y bigotudos yetis; un hada de los dientes muy alegre que tiene a su control cientos de miles de haditas que hacen el llamado trabajo de campo (a.k.a la transacción legendaria de diente por moneda); un conejo de Pascua con mala leche (no podíamos esperar otra cosa...en inglés Hugh Jackman le dobla la voz) y un sandman de...digamos...pocas palabras. Estos cuatro son los guardianes elegidos por la Luna encargados de proteger la esperanza y la ilusión de los niños en el mundo, chamba que como todo tiene un gaje, en este casi un tipejo misterioso llamado Loki  digo, Pitch, o el Coco para los amigos. Este tal Pitch es un personaje molón de risita fácil que vive del terror nocturno de los peques, y su pasatiempo es esconderse abajo de las camas, esperar a que caigan en el feliz mundo de los sueños y convertirlos en pesadillas horrorosas, cosa que por supuesto los guardianes no pueden permitir; preocupados por la gravedad de la situación (ya que, con el miedo abundando los niños dejan de creer) van y consultan a la Luna respecto a lo que deben hacer, y ella elige a un nuevo guardián que es...ajá, Jack Frost.
Éste por cierto, al principio se niega, pues no se considera apto para ser un guardián ya que ello implica responsabilidades que la mera verdad no quiere tener que soportar. Pero dado que las cosas se ponen graves y Jack se entera, cortesía del hada de los dientes, que Pitch tiene un modo de revelarle su pasado amnésico, se les une en la batalla donde veremos huevitos con patas, yetis infravalorados, trineos, golpizas, mordiscos, patadas...y todo lo que una buena película de acción debe tener. Excepto un beso, aquí no hay besos, así que ni los busquen.
Ahora...¿qué es lo bueno? En un mundo monopolizado por Disney podría parecer una locura concebir películas infantiles decentes en otros sitios, pero eso está mal dicho. DreamWorks ha hecho buenos trabajos para niños en muchas otras ocasiones (El Camino hacia El Dorado, Simbad, Cómo Entrenar a tu Dragón...bueno, hasta El Príncipe de Egipto que no es precisamente infantil entra en la categoría, aparte que la animación y la música están de lujo), dejando a un lado Shrek que a estas alturas ya estaba hartando. Otra cosa: NO ES UNA PELÍCULA SOBRE LA NAVIDAD, así como Los Vengadores no es una película sobre Iron Man, no se me confundan. Que aparte del gordito de la barba no hayan explotado cinematográficamente a los demás protas es otra cosa, pero no se vayan con esa finta. Y por último, no tiene chistes estúpidos como otras producciones, es incluso cruda en algunos aspectos, pero no por eso molesta ni perturbadora (es que aún ahora hay cada chiquillo histérico...).
¿Lo malo? Hmm...déjenme pensar...Bueno, personalmente siento que hay un huequito sin cubrir, no sé si me explique. Siento que algo muy pequeñito faltó ahí...a la mejor darle un incentivo más decente al villano en vez de decir "pos nació así malo malote y ya". Pero bueno...yo llevo nueve meses abogando en favor del hermanastrito de Thor así que quizá es pura idea mía. Saquen ustedes sus conclusiones.
Y entonces...¿qué calificación de la la Lobita? Por la empatía con los personajes, la animación menos infantilizada, Santa Claus con sus súper espadas de bolchevique y con mi mini Lobeznita interna llorando de felicidad durante toda la proyección, la Lobita le da un...*chan chan chan* 9.9
Y bueno, ahora sí los abandono, pero no se preocupen porque luego de las Navidades habrá algo mucho...mucho...mucho más épico...muajajaja...
¡¡Adiosito!!

sábado, 1 de diciembre de 2012

MEMORIAS DE MIS LOCOS TRISTES

Mientras la capital de México se revuelve entre un montón de histéricos corajudos, un presidente con taras y el Centro Histórico hecho papilla, nosotros seguimos aquí dándole la bienvenida al primer día de diciembre, algunos pensando que nos quedan 20 días de vida, otros tantos pensando que son menos porque los exámenes prevacacionales son más terroríficos que cualquier profecía apocalíptica. Pero hoy, entre principios de mes y finales de un sexenio bastante bruto, platicaremos de otro tipo de disturbio que afecta a la población, una especie de daño causado por una enfermedad mortal y contagiosa mejor conocida como... enamoramiento.
Pero hoy no vengo a reiterarles lo que les vengo diciendo (que el amor apesta), sino a hacer una beve litografía de todos esos locos tristes que vieron en mi rara cara una posibilidad de yo no sé qué rayos y terminaron de un modo u otro chocando de nariz, o en su defecto, la que se rompió todo el osito bimbo fui yo. Repasemos esta tragicomedia de la vida, desde el más reciente al más antiguo, para que veamos que en estos negocios del corazón no hay nada nuevo bajo el sol. (Rayos, eso fue un verso).
EL LOCO TRISTE CONFUNDIDO:
Se da el caso que alguien te mira y de inmediato siente un "algo" por ti, mientras tú... bueno... lo miras y sientes otra cosa, pero ese "algo" definitivamente no. Tal fue la historia de alguien a quien llamaremos simplemente Sr. L. Sr. L vio ese algo en la Lobita que, para desgracia suya, jamás fue compartido, y creyó fácil pegarse cual pez payaso a anémona pensando que la teoría familiarista (ésa que dice que entre más tiempo pasas con alguien mejor se adapta a tí) podría funcionar con alguien que está a punto de pedir por correo a Japón una caparazón gigante para ausentarse del mundo y abstraerse en paz. El resultado de tan bizarra experiencia fue el equivocado, pues la Lobita se dio cuenta de que no estaba en posición de aceptar tal galanteo y, con la mayor sutileza posible, lo hizo retazos. Triste, pero necesario.
EL LOCO TRISTE ATRABANCADO:
Corría el mes de febrero. Lobita paseaba asustada entre varios tipos altos, rubios y de ojos azules (¡No, les juro que no es una fantasía adolescente, esta fue real!) que hablaban un feo idioma mejor conocido como alemán y que hacían muro humano entre la pobre servidora y una mesa llena a reventar de deliciosos canapés y trufas de chocolate que yo tanto ansiaba. En mi camino por obtener el codiciado tesoro se me cruzó alguien, a quien llamaremos simplemente Who (porque jamás supe su nombre) quien, con un marcado acento chilango, dijo:
-¡Ay, perdóname por atravesarme! Oye...¿tú eres de aquí?
Y la Lobita, con su acento de lobolondiana, le contestó lo obvio. A esot siguió una serie de preguntas dignas del FBI (¿dónde vives? ¿qué haces? ¿vas a estar aquí toda la noche?) y otras tantas más que corté del modo más sencillo y frío posible, es decir, escabulléndome entre los germanos para desaparecer de su vista y, de paso, robarme las trufas. Así terminó esa fugaz historia, pero no es la peor...
EL LOCO TRISTE DESESPERADO:
Una alegre (jaja) mañana en Lobolandia. Lobita, un museo móvil de dinosaurios...¿qué podía salir mal? Pues que un sujeto a quien llamaremos Sr. R se le atravesara y, con sus aires de hipster/hippie/punk comenzara a seguirla cual vil sombra y a murmurar en voz pausada palabras "dulces" y "halagadoras". La cosa se hubiera acabado ahí de no ser porque al atrevido Sr. R se le ocurrió tomar de la mano a la Lobita e intentó plantarle un beso. Lo que terminó plantado en su cara fue un gancho izquierdo que lo dejó viendo la constelación completa mientras Lobita, muy ofendida y riendo por dentro, desaparecía contoneándose cual dominatriz en su ambiente natural. Así concluyó esta trágica historia de amor frustrado.
EL LOCO TRISTE TÍMIDO:
Era el triste año de 2008. Mientras el silencio dominaba la escena, con el cantar estival de principios de verano y fin del ciclo de educación media, Lobita recibió una carta de amor (con despreciables faltas de ortografía) de un confeso anónimo quien, de manera atropellada, le confesó su devoción, admiración y exhaltación (o lo que fuera que todos aquéllos garabatos significaran). Buscando el origen de tan lamentable Romeo, Lobita se enteró que el susodicho era un muchacho de un salón contiguo, de mejillas hundidas y ojos aletargados que palidecía al verla pasar. Su actitud doble de enamorado fervoroso y llorón asustado terminaron por cansarla y, un buen día, Lobita no aguantó la tensión y le gritó:
-¡¿Deja de hacer eso, quieres?!
Y así fue.
EL LOCO TRISTE EXTRANJERO:
Esta historia ya se la conocen de cabo a rabo, excepto por unos minúsculos detalles: lo incluyo en la lista de mis locos tristes porque, años más tarde y analizando la situación fríamente, me di cuenta (con mucho pesar) que daba visos de enamoramiento hacia mi bizarra persona, rasgos que no se dieron a conocer en primera, porque los británicos son la gente más fría de todo ése lado del Atlántico, y en segunda, porque por las imposiciones del director, que comenzó a ver un superávit en el uso de maquillaje, escotes, minifaldas y ropa interior a la francesa desde que el fuereño apareció, amenazó con enviarlo en caja sellada de vuelta a Gran Bretaña si lo encontraba al lado de alguna de las alumnas, por lo que las visitas diarias se volvieron tema de romance prohibido digno de Shakespeare.
EL LOCO TRISTE INOCENTE:
Tal vez la historia más lamentable y melancólica sea la primera, originada cuando la Lobita tenía apenas once años. En una época donde apenas estaba conociendo los sinsabores de tener un hermano pequeño y llorón y de conocer el verdadero significado de la palabra "acné", su noviazgo fugaz con un compañero de clases resultó en falacia. Además de que es bien sabido que las mujeres maduran psicológicamente mucho antes que los hombres, el pobre muchacho, a quien llamaremos Sr. A, no tomó en cuenta el alcance del compromiso y a las dos semanas terminamos envueltos en una relación hermano-hermana que, al menos, produjo un desasociego en el corazón de quienes lo vivieron. Porque el primer noviazgo es una bobada, mas el primer amor...es un cuento muy diferente.
Así concluímos con esta historia breve y ridícula de los kamikazes que intentaron galantear a la princesa Turandot región 4 y sólo consiguieron quedar en los anales de la historia como valientes exploradores.
Pues ahora los dejo y espero poder publicar más, aunque ciertas calificaciones me dicen que quizá eso no será posible muy pronto...¡¡Adiosito!!