Figúrense que la idea de este post se me vino
ELECCIONES PRESIDENCIALES 2012
Donde ya sabemos cual fue el resultado y lo que éste desató. Independientemente de que ustedes hartit@s de la comunidad, estén de acuerdo con el veredicto o no, es algo irrelevante en este momento. De lo que quiero discutir aquí, si bien está relacionado, tiene mucho más que ver con el cómo estamos actuando -como pueblo- que como situación política y partidista.
Si como yo son forever alone's y se la viven en las redes sociales, ya saben la guerra que existe en éstos medios; hay opiniones divididas, la controversia es aún peor que la de la película Filadelfia y ni hablemos de los pleitos que existen entre los opuestos (al cual tristemente diario termino entrada a los golpes con niños de entre 16 y 17 años...que legalmente todavía ni votan). Entonces luego de ocho discusiones vía Twitter, dos mesas redondas en el grupo de la U de L (Universidad de Lobolandia para los neófitos o los distraídos) y una golpiza digna de lucha en lodo con un compadre que aquí no mencionaré, tomé la decisión de discutir conmigo misma al respecto (esperando que mi otro yo no fuera ultraderechista o, en su defecto, asidua al YoSoy132 porque entonces no llegaríamos a nada neutral).
Total que el resultado de mi larga cavilación, acompañada del soundtrack de El Perfume y unos Takis con Pepsi (la comida oficial) llegué a la conclusión de que, como pueblo, estamos en un momento crítico, y no necesariamente gracias a los polacos, que de todos modos mucho muerto cargan ya, sino por nuestra propia naturaleza. ¿Les estoy hablando en mandarín? Déjenme ilustrarlos más concretamente, queriditos, retrocediendo en el tiempo, a una época donde no me dormía a la 1:00 a.m haciendo tarea ni tenía que lidiar con camiones 1/10 (de esos en donde, por cada persona que se baja, se suben otras diez), una época donde no conocía el sinsabor de los exámenes extraordinarios (ah, no les dije?? Reprobe Teoria Civil!! Y cuando hice el extraordinario saqué 100 *fuck yeah*), una época más simple llamada...el bachillerato.
Como recordarán, llevé durante un semestre Filosofía, y en una de nuestras clases discutimos dos teorías completamente opuestas sobre un tema importantísimo: la identidad como raza. Por un lado, teníamos a Vasconcelos, que afirmaba que los mexicanos éramos la "raza cósmica" pues en nuestro código genético llevamos el ADN de muchas pero muchas razas humanas, siendo la azteca y la española la principal, y que por esta razón nuestro nivel cultural era (o más bien debería ser) el más alto y enriquecido.
Pero digamos que las teorías de Octavio Paz (cuyo poema de Escrito con Tinta Verde fui obligada a memorizar en segundo de primaria) eran un tanto diferentes.
En su libro titulado El Laberinto de la Soledad, nos expone una visión de la identidad mexicana que roza con todo, menos con el paraíso suprahumano que nos mostró Vasconcelos; para Paz, nuestro máximo error como raza no es propiamente nuestra culpa, pues somos, para fines prácticos, hijos de la chingada. Osease, producto de una violación (o "cariñitos a la fuerza") cometida hacia las mujeres aztecas por parte de los conquistadores españoles. Y si la Historia nos ha enseñado algo, es que un pueblo se jode cuando se joden -valga la redundancia- a sus mujeres (verdad, Sabinas??). Cuando ocurrió esto, la subyugación del pueblo mexicano se dio a favor del conquistador extranjero, y no solo eso, sino que nosotros, el producto de dicha dominación, los mestizos, adoptamos una costumbre rara, la de negar a la madre azteca (es decir, renegar de nuestros orígenes) y tratar de imitar al padre español (adoptar otras culturas y sellos de otras partes en búsqueda de una identidad "más digna"). Un ejemplo que Paz pone desde el principio son los "pachucos", mexicanos que viven en el extranjero y aunque en apariencia aún guardan las costumbres de la tierra madre, tratan por todos los medios de no parecer lo que son.
Bueno, a estas alturas ya han de estar diciéndome, ¿y este rollo qué tiene que ver? Pues fácil. Imaginen una raza que ha sido sometida, corrompida, obligada a tomar el ejemplo de una nación extranjera sin posibilidades de defenderse, cuyo nuevo código genético les indica que no son ni una cosa ni otra y son rechazados por ambos grupos puros, y que encima sólo poseen valor mundial porque de sus tierras se extraen cosas de valor. El resultado es, psicológicamente hablando, la sensación de estar "en la nada", o sease, no ser "nada" excepto una apariencia, una reliquia robada (ja, perdón, me acordé de Thor) que sólo sirve como tapete o regalo de otras naciones, en apariencia, más poderosas. Ningún símbolo basta para unificarlas, simplemente porque reniegan de éste y de su condición, y es de éste modo que las personas comienzan a volverse mediocres, al negar lo que es suyo y exigir lo que no les pertenece. ¿Ya entendieron?
En resumidas cuentas y para no hacerles el cuento más largo, nos sentimos peor que Loki en Jotunheim (los fans de Marvel me van a entender), sentimos que estamos en un lugar que no nos pertenece y buscamos algo más que no tiene nada que ver con nosotros, y en ésa búsqueda descuidamos lo que de verdad es importante y protestamos contra otros que, para fines prácticos, no tienen nada que ver con nosotros. Ojo, no digo que las protestas sean todas malas, pero llega un punto en que la cosa se vuelve extrema y seguimos gritando para que otros, a quienes consideramos irónicamente iguales a nosotros pero diferentes (porque "pueden más") hagan lo que nosotros quisiéramos que se hiciera para avanzar, para sentirnos mejor, para tener una identidad; y mientras tanto descuidamos estudios, trabajo y ética y suspiramos de envidia deseando ser como otros países "más evolucionados" y "mejor estructurados". Ojo que así empezó el comunismo en Rusia, ¿saben?
Si mi breve (ja si como no) resumen y explicación les picó de curiosidad, acá les dejo un link para que se lean el librito de Paz, y ya después sacarán sus propias conclusiones y me dirán qué prefieren ser, si la raza cósmica de Vasconcelos, más evolucionada y mejor educada que otras, o seguir siendo los hijos de la chingada, que pelean entre ellos cual cocodrilitos hambrientos sin saber ni porqué. Adiosito!!
Link: http://www.hacer.org/pdf/Paz00.pdf
3 comentarios:
Bueno, la idea sería ir a militar en las marchas sin descuidar a los estudios y demás actividades relevantes y necesarias de la vida.
No hay que caer en la idea que todo el que va a las marchas es un vago, nini que se la vive molestando y haciendo bulla, pues hay gente que aún trabajando y manteniendo familias asiste a marchas y ese rollo porque sienten que deben hacerlo.
Claro, que siempre estará ahí el que ni idea de lo que es el 132, Peña Nieto, los votos comprados, el fraude y etcéterá.
Venga, nunca está de más luchar por lo que creemos justo, Lobita :)
Y bueno, saludos, paz, buena vibra, muchos takis fuego (oh, sí <3) y que te vaya excelente en la Uni.
Yo comenzaré a estudiar medicina en la Universidad Autónoma de Lobolandia, campus Reinburgo xD, en menos de un mes :3
pues me recuerda un chiste, están dos cubetas en una pescadería, una esta tapada y la otra no, la que está tapada tiene cangrejos digamos alemanes, y si se destapa todos los cangrejos se ayudan a salir, la cubeta de cangrejos mexicanos está destapada porque nunca se salen porque los mismos cangrejos ven la forma de que el otro no avance, mientras no cambie la sociedad en su conjunto todo va a seguir igual
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