FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



lunes, 29 de diciembre de 2014

Brevísimo Resumen del 2014: 360º

Las sorpresas de los años son cosa que no nos encontramos precisamente en esas publicaciones que empiezan a partir de ahora a aparecer en las redes sociales (en serio, a nadie le hace gracia ver esas cosas de "¡2015, sorpréndeme!" o "Página 1 de 365"). Sin embargo, como habrán notado los que aún se pasean por aquí con alguna esperanza de ver algo publicado, este año estuve en relativo silencio porque el mundo exterior consiguió absorberme, pero por suerte también tuve tiempo para expander mis conocimientos en otros lugares. Les explicaré con sumo detalle.

ENERO-MARZO DE 2014: SI YA SABEN CÓMO ME PONGO...
El mes más helado y aburrido de todo el año lo pasé literalmente enrollada en una cobija, con la cruda física y moral de un año pésimo (2013 en donde le perdí la fe a mi carrera, varias mascotas y a mi padre vikingo) y al ritmo de la música que un amable y comprensivo vecino decidió poner... a las 7 de la mañana, hora en que los crudos activos y pasivos de la Nochevieja aún intentábamos dormir. Mis protestas no sirvieron de mucho y seguí con mis asuntos más o menos aburridos hasta principios de febrero cuando volví a la U de L para encontrarme con varias sorpresitas desagradables... entre ellas que mi horario era horroroso, las clases planas y que mi ansiada beca camionera (llegar ahí, actualmente, se ha convertido en una especie de logro desbloqueable del tipo "Maratón", "Tiempo Récord" y "Esquivar Trocas", literalmente) fue rechazada por un proceso burocrático del que jamás fui informada (¿viva el sistema educativo de mi estado?).
Para colmo, una enfermedad rara que ya había padecido antes (pero de un modo menos, digámoslo así, homicida) me atacó y me vi en la necesidad de... *chan chan CHAAAAAAAAAN* abandonar la carrera de abogada del diablo... que igual tiene mucha tela que cortar y que escribiré en su debido momento.
Así, el mes de febrero amenazaba mi integridad mental y emocional al estar en el limbo del aburrimiento, y comenzaba a sospechar que la idea de hacer una maletita y huir a algún país civilizado para sobrevivir del sistema consular era más acertado que rodar por el piso, y la cosa siguió hasta casi marzo cuando, un poco más recuperada de la cruda, comencé una especie de micronegocio: cosmaker.

MARZO-MAYO DE 2014: DOÑA GENOVEVA NO ES UNA ANCIANA PACIENTE.
Doña Genoveva es una dama ya bastante antigua (si nos atenemos a su acta, nació allá por 1926, lo que le da un estatus de sobreviviente al tiempo que nadie que yo conozca posee), y como tal su carcasa está algo arruinada. Para colmo, es de esas viejitas ideáticas que saben cómo conseguir hacer su voluntad aún en contra de su dueña, que en este caso y al término de esta publicación lo soy yo. Pero no se sorprendan, esta anciana en realidad es... una máquina de coser, herencia de mi abuela, con la que comencé a hacer mis primeros y traumáticos trabajos de costura.
Ahí aprendí por las malas cómo acomodar hilos, cómo aceitar máquinas, cómo apretar tornillos de bandas y cambiar agujas (en mi primer trabajo me cargué dos); y mientras tanto, la máquina parecía gozar con mi frustración por tardar más de dos semanas en completar una prenda, hasta que poco a poco comencé a domarla... Por suerte, el sufrimiento comenzó a mermar, pero en plena primavera la idea de sentarme a acabarme las manos y con una rigidez de espalda no era mi idea de cómo quería entrar al mundo de los adultos que había estado esquivando durante tres años.

MAYO-JUNIO DE 2014: Y LO IMPOSIBLE SUCEDIÓ.
Si bien esta historia requiere de mucho más tiempo para explicarla, es justo que sepan un poco del descenlace de la primera parte, y que esta historia realmente comenzó pocos meses antes, allá a finales de enero y principios de febrero con una reunión de negocios en un café de comida japonesa... Aclarado esto, continuemos.
A finales del mes de mayo la idea de algún día asistir a una de esas exóticas reuniones bimestrales llamadas "convenciones" me atrajo de tal modo que decidí improvisar un cosplay (para los desentendidos: cos-costume: disfraz, y play:juego) y usar uno de los escenarios más pintorescos de Lobolandia para probarlo. Para ello reuní un grupo reducido de amigos con quienes debía hacer el tedioso y caluroso camino, y entre los que se contaban a la buena Mi-chan, una especie de "hermana de alma" que fue también la encargada de darme el tour por Ave Costera (espero recuerden ese post inconcluso), un colado al que acá llamaremos simplemente... Míster Puff, y por último pero más relevante... Lupo.
Lupo (como se imaginarán es un alias) es una de esas personas peculiarsísimas que parecen tener una maldición encima, una marca mística o similar que les provoca tanto problemas como buenas suertes. Su talento más peculiar y reconocido se puede eufemismar (¿existe esa palabra?) como "aventurero capitalista de medios discretos", que básicamente se traduce a un devorador de humanos incautos con fines monetarios, algo así como un Monte-Cristo desentendido del sentido de la justicia. Hecho este retrato, empezarán a atar cabos de porqué es relevante en esta historia...
El dichoso viaje fue un poco tortuoso por culpa de Mister Puff, otro de los "locos tristes" de mi haber que se diferencia del resto por su molesta (invasiva) insistencia que terminó por casi sacarme de quicio, a tal punto que, simplemente, esa noche reventé y luego de dos años de silencio dije en voz alta el nombre de la última persona de quien me había quedado prendada. El tiempo continuó su curso y supuse que, como siempre, esa historia iba a irse a otra de esas páginas vacías que a ciertos escritores maldosos les encanta hacer para traumar lectores.
Sin embargo, cierto día de cierto mes veraniego la maldición que había tenido yo encima por años se desvaneció en forma de comida, y lo imposible sucedió: Lupo, que ya les dije que es bastante relevante en esta parte del relato, se pasó por el Arco del Triunfo la ceremonia de la estupidez juvenil, se instaló en la del mizuage sin intercambio carnal y se ofreció voluntario a convertirse en el danna de Lobita.
¿Y Lobita qué dijo? Supongo que eso... ya podrán imaginarlo.

JULIO-OCTUBRE DE 2014: I CAN SHOW YOU THE WORLD...
A partir de la parte anterior, comenzó la etapa de desentendimiento de ese micro/macromundo que es el internet y sus derivados lógicos, pues Lobita se vio inmersa, primero, en el acto de ser menos egoísta y compartir lo que jamás había compartido: tiempo y espacio. Los pasos torpes en el camino de "ser ya dos y no uno solo" comenzaron a rendir frutos, atreviéndose a hacer cosas tales como ir a sitios que no conocía, llegar un poco tarde a casa, comer fuera más seguido y sobre todo aprender a ser más abierto con las personas... o con una, en todo caso.
Algunos de los viajes más relevantes incluyeron un parque bastante lejano pero aún dentro de los límites de la ciudad para que Lupo pudiera tener su regalo de cumpleaños (hecho curioso: este es oficialmente el primer cumpleaños diseñado exclusivamente por mí), un balneario en el que quedó demostrado que no por ser de signo Piscis alguien puede nadar (lo más próximo era tirarse de costado y dar saltitos, estilo Magikarp) y el temido encuentro natural del individuo con la "familia alterna", alias los suegros.
También en estas fechas de manera oficial asistí a mis primeras dos convenciones. La primera fue genial y pude lucir un cosplay un poco más elaborado, la segunda... bien, lo importante fueron los artistas invitados y me reduciré a decir eso.
También para estas fecha ocurrió otra cosa relevante: Lobita por fin consiguió un trabajo. Un trabajo, dicho sea necesario, un tanto desorganizado pero que por lo menos le otorgó el alivio monetario que requería.

NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 2014: ¡Y LO QUE FALTA!
Enfermedades, horarios de trabajo esclavistas, líos con la máquina de coser... Los últimos dos meses fueron especialmente duros, al fin y al cabo la cuesta navideña es una de las más complicadas de alcanzar. En este tiempo pude dedicar algo de tiempo a un viejo pasatiempo: mirar animes y, también, comenzar una maratón de compra de mangas propios en los que lógicamente Lupo (a partir de aquí, Danna-Sama) fue el principal promotor. También tuve el masoquista placer de asistir por fin a una FIL, un evento anual que seguro ya conocen y por el que por falta de plata no había podido visitar jamás.
Enfermarme dos veces seguidas fue una penitencia mínima. Ver desde adentro cómo la gente comenzaba a volverse loca entre más rápido se iban los días por motivos de cualquier índole, una cosa común. Descubrir que la ciudad se estaba volviendo un hormiguero loco en favor del progreso, un dolor de cabeza y una curiosidad infantil. Y así, llegamos hasta el día de hoy.

En resumidas cuentas, 2014 resultó un año más de ganancias que de pérdidas, contrastante con el año pasado. Lobita, de buenas a primeras, se vio hundida en el regalo de un oficio que le gusta, un trabajo relativamente justo, el fin de su maldición amorosa y... Bien, muchas cosas más.

Y a ustedes, querid@s hartit@s, ¿cómo los trató el año? ¿Esperan algo del que viene? ¿Ya están preparados para padecer a sus vecinos ebrios en Fin de Año? ¡Adiosito!

sábado, 25 de octubre de 2014

EL SIGNO DE CAÍN, O DE CÓMO EL PAÍS SE VOLVIÓ LOCO

Tanto si son de México como si no, sabrán que estamos viviendo otra vez uno de nuestros ya populares períodos de conflicto sociopolítico que se dan, más o menos, cada 30 o 40 años. El problema, sin embargo, no radica solamente en lo obvio (o los tristes detonantes de este conflicto), sino la manera en que se lidia con ellos; y es que seamos francos, cuando de problemas ideológicos se tratan, las guerras de odio son más épicas e imposibles de controlar.
Y por épicas me refiero a ver cómo una de las peores pesadillas del siglo XX vuelve en forma de botellas con gasolina, grafittis chafas y muchachos con capuchas: el comunismo. La desesperación por encontrar una solución rápida a un problema sólo hacer que aparezca uno mayor (dicho de otro modo: me queda claro que nadie leyó Rebelión en la Granja) con el que no comulgo ni por accidente. Y claro ese conflicto termina casi siempre más o menos así:

COMUNISTA (alias, "el buey chairo"): ¡Malditos capitalistas apoyadores del imperio! ¡Seguro que cobraron sus 500 pesos y su tortita!
DERECHISTA (alias "cerdo capitalista"): Malditos hippies drogatas y sin nada que hacer, ¡pónganse a trabajar en lugar de estar molestando!
PERSONA NEUTRAL (de las que ya casi no quedan): En vez de estarse gritando, ¿porqué no se sientan y aceptan que hay un problema y le buscan solución sin estar cerrados a sus creencias politicas?
COMUNISTA: ¡¡Tenía que llegar el apático!! ¡Eres un servidor del imperio, con tu silencio provocas la muerteeee! (Nota: en eso último, algo de razón lleva).
DERECHISTA: Otro chairo disfrazado, lárgate mejor a ser productivo y no te metas en cosas que no entiendes.

El problema se vuelve peor cuando la gente no se pone de acuerdo, cosa que la Historia nos viene enseñando desde... siempre o_O no entiendo porqué no cambia el modelo a más de 5000 años de evolución social.
NUNCAMÁS: ¿Y a qué viene todo esto?
A que llevaba rato sin escribir sobre mis ideas políticas y a que me gusta compartir mis ideas retorcidas.

Y seguro más de uno, luego de haberle echado un vistazo a las luchas reales de las calles entre estudiantes vs cuerpos policíacos o... lo que sean (a estas alturas da igual), se preguntarán: ¿es que acaso existe una forma de protesta que sea eficaz, inteligente y que no cause daños colaterales? La buena noticia es que... sí. La mala es que en este mundo ya casi no se aplica, Y así llegamos a la segunda parte.

El signo de Caín. Según la Biblia, luego de que Caín fue desterrado por el asesinato de su hermano, temía que alguien lo matara como venganza; Dios, en uno de esos giros bizarros que le daba por hacer en el Antiguo Testamento, puso sobre él una especie de signo con el que todos quienes lo veían sabían quién era, pero no osaban hacerle daño. Metafóricamente hablando, el signo de Caín se usa para definir a ciertos individuos (sobre todo artistas de cualquier rama) que son "repudiados" por su trabajo pero que, a la vez, no pueden sufrir daño de ningún círculo social (del más bajo al más alto) porque poseen cierta característica que los vuelve, digamos, alienados del resto, como si fueran "flotantes" en la pirámide. 
Las protestas llevadas a cabo por artistas han propiciado cierto impacto anacrónico desde tiempos inmemoriales, pues esa sensación de "respeto" que se le tiene al arte al ser lo único inmortal del hombre (según los griegos, pue') evitó que se perdiera por completo... aunque se intentó. Levantad la mano quien no escuchó hablar de la quema de libros patrocinadas sobre todo por la Iglesia y por algunos dictadorcillos locos...
De la misma manera, el signo de Caín aún persiste, aunque tímido y siempre susceptible a la crítica, y en México se desató hace pocos meses cuando estrenaron esta belleza:
Obediencia Perfecta, un retrato discretísimo (sarcasmo) en que, además de señalar indirectamente los casos de pedofilia en la iglesia, apuntaba a recordarnos (con nombres de protagonistas distintos, claro) una de las historias macabras del país: la orden del padre Maciel y los niños que tuvieron la mala suerte de caerle "demasiado bien". Como tal, la historia relata de manera correcta los testimonios reales de las víctimas pero, repito, con nombres cambiados, al estilo glorioso de Hamlet en su búsqueda de que su tío traidor soltara la sopa. Pero esto apenas fue la punta del iceberg y ahora surgió esto:
Dejando de lado que no le tenemos mucha imaginación todavía a los títulos de las películas, esta sátira es todavía más agresiva que la anterior porque no habla de un solo presidente, sino de varios, a los que se les ridiculiza contando sencillamente verdades que todo el país conoce de antemano (de hecho si ven el cartel, la burla hacia cierto dirigente copetón se nota a leguas). 

¿A qué quiero llegar con todo esto? Hasta ahora no se han registrado represalias contra las personas que participaron en ambas producciones por dos razones: la primera, el sentido de negación, de hacer como que no saben de qué hablan para lavarse las manos, y la segunda, porque una represalia significaría aceptar que lo que se dice es verdad y sólo empeoraría la ya precaria situación de la política nacional y de sus principales cabecillas. El signo de Caín, hartitos y hartitas del mundo, es poderoso, pues la venganza hacia quien ose desafiarlo es, si nos atenemos a la Biblia, siete veces peor de lo que la maldición era originalmente.

Un último consejo en este post: si quieren apoyar pero no desean precisamente ponerse al tiro de algún nieto maligno del batallón Olimpia, usen el poder mediático y, ¿porqué no? introduzcan algo de anarquía en sus vidas. Y no, no hablo de que se pongan a prenderle fuego a los McDonald's (que ya lo intentaron), sino de demostrar que, como individuos y como pueblo, somos superiores. Sean siempre justos, honestos y trabajadores; sean solidarios con sus semejantes, tengan limpia su consciencia de que no promovieron ningún atropello ni ninguna injusticia; exijan sus derechos sabiendo que ustedes jamás afectaron los derechos de otros; respeten espacios públicos, no estacionen en zonas prohibidas, mantengan limpias las calles, los edificios y los transportes públicos para que así puedan exigir que se les respete su casa, su lugar de trabajo o estudio y su tránsito libre por la ciudad. Y si van a protestar les ruego: recuerden que el enemigo se escuda cómodamente en una camionetota rodeada de policías, no en ese cruce peatonal que tapan impidiendo el paso de niños que van a la escuela o dentro de un camión repartidor cuyo chofer está igual de explotado que ustedes. Quedan advertidos; seamos justos y seamos libres. ¡Adiosito!

(Y no pongo eso de "hasta la victoria siempre" porque... bueno... chairos).

sábado, 27 de septiembre de 2014

TERRA FORMARS: LA CUCARACHA, LA CUCARACHA... (8)

Antes que nada, lamento mi tardanza en postear algo aquí pero el Síndrome de Adultividad es casi incombatible, con una incidencia de devastación de casi el 80% (el otro 20 es eso que los legalmente adultos seguimos haciendo y que todos consideran "infantil").
Pero lo importante es que este es el post espartano del blog... ¡Así es, llegamos a los 300 posts! ¡AU AU AU AU...!
NUNCAMÁS: Te tardaste en volver medio año ¿y lo primero que haces es venir a gritar?
Ya pues... tampoco he entrado a alimentar ni a Holmes ni a Helsing así que espero que las visitas lo hicieran por mi.
Lo segundo más importante es que, para conmemorar este 300 post, les traigo las novedades en el mundo del anime. Luego de meses de expectación, notas en Twitter provenientes del otro lado del océano y especulaciones sin ton ni son llega este fin de semana, finalmente... *redoble innecesario de tambores* eeeeeeeeeeeeeel... ANIME DE TERRA FORMARS!!
Si no tienen idea de qué demonios hablo déjenme decirles que... espero tengan una buena excusa, porque estamos delante de uno de los seinen mejor escritos (y más gráficos, también) del año. Lo siento por los fans de SNK, pero he encontrado más emocionante esta historia que la casi irracional explicación de la coexistencia no simbiótica entre humanos y titanes que parecen surgidos de la nada (ni el mismo autor explica de dónde salieron). Pero bueno, vamos a lo que nos atañe.

Terra Formars tiene su base en un miedo muy natural y cada vez más real en el mundo: la Tierra se ha vuelto inhabitable por causa de la sobrepoblación; la NASA, en pleno siglo XXI, decide comenzar un proyecto para poblar Marte y evitar, así, que la vida humana en este planeta se vuelva insostenible, para lo que deciden enviar un par de seres vivientes que tienen buena expectativa de supervivencia aún en un ambiente tan hostil como lo es un planeta sin atmósfera: vil y vulgar musgo y cucarachas. El proyecto se "empolla" durante 500 años, tras los cuales envían ahora a un grupo de personas para exterminar a las cucarachas, estando ya seguros que Marte ha conseguido volverse habitable. Pero el grupo jamás vuelve a la Tierra...
Cuando envían una segunda misión, esta vez con gente marginada que poco les importa perder, descubren qué es lo que impidió la vuelta de la primera misión:
Las mismas cucarachas que enviaron a Marte han superevolucionado en una forma humanoide, pero más grande, más fuerte y más idiota (si es que cabe) que los seres humanos promedio. Su única habilidad parece ser juntarse en grupo, matar personas y decir "johj" pero eso basta para convertir la fumigación en una guerra de mundos por ver quién de las dos especies es más fuerte (o destructiva... como deseen mirarlo).
Si son como yo, la idea de una cucaracha gigante ya da asco de entrada. Ahora imagínense un montón de cucarachas no solo gigantes sino que te pueden matar con sus propias manos... patas... lo que sean mientras mantienen una cara de "._." como si no razonaran; pero lo hacen... las muy desgraciadas lo hacen y aprenden rápido a defenderse de los humanos.
Obviamente la desventaja es tal que la misma NASA (ahora la U-NASA) lleva a cabo otro proyecto, igual de imprudente pero con intenciones distintas: la operación de seres humanos para injertarles genes de insectos o animales en general para que puedan hacerle frente sin problemas a las cucas mutantes. Una idea genial... que hace del baño de sangre algo más brutal y asqueroso.
Entre algunos de los notables están los dos únicos supervivientes del BUGS 2 (el segundo grupo en ser enviado a Marte para la fumigación/matanza y los primeros en darse cuenta que todo había valido gorro), mutados con genes de la avispa gigante asiática y el escarabajo del desierto, respectivamente. De las mujeres mejor ni hablar, la gran mayoría se mueren primero (sospechamos que, más que por misoginia, es porque las cucas son conscientes que con mujeres sus enemigos se pueden "multiplicar"... si ya saben a lo que me refiero). Un grupo variopinto y protagonista estelar del anime compuesto por chinos, japoneses, alemanes, mexicanos y estadounidenses (suponemos que por algún chiste de nacionalidades estilo "entonces estaba un gringo, un alemán y un mexicano en la cocina...") es el encargado de darle matatúz a las ya bien conocidas cucarachas marcianas, por supuesto bien equipados con su violenta transfiguración genética que los vuelve una suerte de digimones matabichos... pero créanme, es mejor de lo que suena, se los aseguro.

Realmente no conozco mucho del manga, sólo he revisado fragmentos de ella y lo que más destaca en su cambio al anime es la censura y el recorte de muchas, MUCHAS escenas que nos podrían ayudar en el desarrollo de personajes (lo cual es bastante triste); sin embargo, apenas llevamos un capítulo, por lo que esperamos que el resto sea igual de bueno (o por lo menos no demasiado terrible) que el manga. Igual si desean adelantar y leer un poco de Cucarachalandia pueden entrar aquí mismo, y si desean comenzar el anime les recomiendo primero ver el OVA y el primer capítulo.
¿Algo más que añadir? Sí... Una recomendación: no se encariñen mucho con los personajes. Es un seinen, señores, es decir que todos, absolutamente todos van a valer madres en algún momento y los escritores de estas historias, a diferencia de George R.R. Martin, no se alimentan de sus lágrimas... aún. ¡Adiosito! Y que viva por siempre la tripulación del Annex I.

sábado, 12 de abril de 2014

EL CAMASUTRA (SÍ, CON "C")

Entre los cuatro placeres básicos del ser humano, algo así como los modernos cuatro humores estudiados por los antiguos griegos, el dormir es uno de los que ocupa los escalones más altos, casi coronándose como el rey del placer. Relajación física y mental, actividad neuronal que durante el día es imposible y que te puede ofrecer el sueño hollywoodense de tu vida o una pesadilla digna de película española de horror, mínimo o nulo interés por la ropa que se viste o el peinado del cabello, y por supuesto, horas largas en las que no escucharás a nadie joderte... a no ser que tus vecinos decidan hacer aparición con ese engendro hijo de rituales célticos y parrandas de pueblo llamadas "tamboras".
Pero el dormir no es una labor tan simple como dejarse caer por ahí, donde sea, y satisfacer tu necesidad onírica. Para esto Lobita ha recorrido lejanas tierras (como Dormimundo, por decir algo...) y os trae el Ultima Thule del sueño, la llave para el descanso perfecto... El CAMASUTRA.
(Sí, con "C", no crean que la RAE sigue con su innecesaria cacería de letras y también ha eliminado la K, como sospecho que desean...)
El Camasutra se compone, como su maquiavélico y pervertido primo, de tres partes principales: La cama, tú y la relación que ambos guardan. Empezando por:

CAPÍTULO 1: LA CAMA Y SUS ADITAMENTOS DE BATALLA.
Lo normal es que una cama se componga de:
*Sábana de cajón (esa cosa con elástico que solo Dios y tu madre saben doblar luego de lavarla).
*Sábana superior (la que te protege de las posibles raspaduras de la colcha o cobija).
*Colcha (normalmente la más llamativa; a veces en invierno se canjea por un edredón o se "duplica" su poder calorífico con una cobija).
*Almohadas (por necesidad médica el mínimo son dos: la almohada gigante, rectangular, que por su tamaño y volumen impide que amanezcas diariamente con una tortícolis asesina, y la pequeña, que puedes abrazar y viene en distintas presentaciones y colores).

Mantenimiento Básico de la Cama:
Una cama es como una novia exigente, hay que darle de todo. Lavar las sábanas y cambiarla a intervalos civilizados (digamos, cada mes para no caer en la suciedad ni en el TOC de la limpieza); aspirar en ese mismo tiempo el colchón para eliminar ácaros, vellos y cualquier micropartícula odiosa y, claro, darle una vestimenta decente, es decir, comprar colchas bonitas que no dañen el honor de tu cama, como seguro lo hace esta:
CAPÍTULO 2: TÚ
Tú como el/la durmiente, el/la amante activo/a de esta relación simbiótica, es quien se debe encargar también de su aspecto y amabilidad para con la camaservidora, algo muy fácil de seguir con estos pasos:
*No te acuestes a dormir con ropa sudada o los zapatos puestos.
*Usa pijamas cómodas, de invierno o verano según la ocasión; si te da por dormir al estilo Génesis (es decir, en total desnudez) cuida que tu cama no se sienta ofendida con lo que verá.
*A ese último punto le sumamos la limpieza; si puedes, date una ducha y lávate los dientes. Recuerda que por la noche babearás seguramente y tu almohada no tiene porqué soportar esa cucharada de bacterias que le echarás en cara, literalmente.
*Si por cuestiones de clima (digamos que parece el caldero del infierno) tienes que trenzarte el cabello, hazlo; además eso evita cabellos no deseados en tus inmaculadas mantas. ¿No es importante? el día que te comas uno lo entenderás...

CAPÍTULO 3: LA CAMA Y TÚ.
Con todos los preparativos hechos lo prudente es recordar algunas de las posturas más cómodas para la siesta o el sueño nocturno, que son:

*LA ESTRELLA: Extendido boca arriba con brazos y piernas estirados.
*LA ESTRELLA INVERTIDA: Lo mismo pero boca arriba.
*EL BEBÉ: De costado, hecho un ovillo, como se ven los bebés en los ecos.
*LA "L" DE SASTRE: De costado, con brazos juntos estirados adelante y las piernas rectas.
*LA DESPARRAMADA: Lo mismo que la anterior, pero brazos y piernas independientes por todos lados.
*EL AHOGADO: Boca abajo, con brazos pegados a los costados.
*EL ATAÚD: En realidad no planeamos dormir así pero es la postura más común al despertar de una pesadilla: el cuerpo está boca arriba totalmente recto y las manos bien pueden estar adheridas a los costados o sobre el pecho, dando la impresión de que de veras estás practicando para tu funeral.
Nota: Si despiertas así y aún sientes la aterradora adrenalina de la pesadilla, por el bien de tu cordura NO ABRAS LOS OJOS. De lo contrario tu cuerpo seguirá paralizado y tú sufrirás de la llamada "Parálisis del sueño", que te puede hacer ver más de cerca que nunca cosas que no querrías ver en tu vida. Si no entiendes la gravedad del asunto (única advertencia seria) mirad esto:

*LA ESVÁSTICA: En realidad tampoco eliges esta postura pero es probable que alguna vez despiertes así. El cuerpo está ladeado en una postura poco anatómica, los codos y las rodillas doblados de modo que cada mano y pie parecen estar apuntando a algún punto cardinal. La postura en sí es dolorosa y bastante cómica de reproducir.
*EL "TITANIC": Llamada así porque estás ladeado sobre la cama de modo que es humanamente imposible que alguien más se suba.
*LA ESCENA DEL CRIMEN: Básicamente es así:
*EL VALIENTE: Todo el cuerpo está dentro del colchón, pero un brazo o una pierna cuelga fuera del perímetro. La razón del nombre deriva del pánico infantil que tienen (tenemos) algunos de pensar que si un miembro nuestro cuelga de la cama, el coco la va a agarrar.
*EL SAN HORACIO: Todo el cuerpo dentro de la cama exceptuando, por quién sabe qué razón, la parte trasera. Normalmente sigue de un crudo despertar porque al girar el cuerpo cae por el... digamos... peso trasero.
*EL TURBANTE: Almohadas y sábanas quedan adheridas a la coronilla de la cabeza. La ciencia no se explica cómo pasa esto.
*EL ROLLO PRIMAVERA: Irónicamente esta se da más en invierno cuando el cuerpo, tenso o más o menos laxo, se "enrolla" dentro de las cobijas. Su desventaja principal es que es imposible recordar hacia dónde rodar cuando de madrugada queremos ir al baño.
*LA BOLITA RELLENA: También común en invierno, el cuerpo hace una especie de círculo mal hecho debajo de las cobijas. El único problema consiste en que, al despertar, la tensión de la columna pasará factura.
*EL AHORCADO DEL TAROT: Una pierna doblada, una pierna estirada y los brazos hacia arriba, formando un 4 mal hecho. Junto con "La Esvástica" y "El San Horacio", no se sabe bien cómo se termina durmiendo así.
*EL CRISTO DE JANEIRO: A excepción de los brazos, extendidos a los lados, todo el cuerpo está recto y boca arriba.
*LA BESTIA: Tan extraña, anormal y antinatural es esta posición que ni siquiera se tiene una imagen documentada de ella. Todo lo que se sabe es que el individuo, al despertar, sentirá que le pasó por encima un tren y tendrá al menos el 30% del cuerpo agarrotado. Para los escolásticos entendidos, esto podría ser una clara señal de posesión. Para nosotros, es un sueño agitado y el resultado de tener un muy mal colchón.
*LA CUCHARA ROMÁNTICA: De costado, abrazado a... tu mascota.
*LA BANDERA DE COREA DEL SUR: Tú, mal enrollado en una especie de J al revés sobre la cama, y del otro lado, en una J normal y de cabeza... tu mascota, también, formando una especie de yinyang.
*LA BANDERA DE POLONIA: Tú, arriba, en horizontal, y a tu lado en la misma postura tu mascota.
Nota: Esta postura puede evolucionar a "La bandera de Cataluña" si tienes más de una mascota.
*LA FRANZ KAFKA: Cualquier postura de las anteriores que, como no es la que usas normalmente, te hace despertar con rigidez muscular y la fea sensación de haberte vuelto un insecto.
*LA ANTI-GRAVEDAD: El 50% del cuerpo cuelga del borde del colchón, pero el individuo ni se cae ni se lastima.
*LA CUCARACHA MUERTA: También llamada, como eufemismo, "El perro regalón": boca arriba con las manos y pies extrañamente encogidos.
*LA PELÍCULA PORNO: No tiene ninguna ciencia, sólo el detalle de amanecer desvestido (probablemente por el calor) con las sábanas censurando lo que se necesita censurar.

He aquí, pues, los conocimientos del Cama Sutra. Espero que tod@s l@s Hartit@s del mundo la utilicen con sabiduría y extiendan su conocimiento a esas pobres almas que aún no conocen el placer del buen sueño. ¡Adiosito!

sábado, 29 de marzo de 2014

¡SANTAS PELÍCULAS, BATM... DIGO, LOBITA!

Entre más sube el calor, más sube también en largo de los pantalones en Lobolandia, antagonizando con la regla general impuesta por Pablo "pos me convierto" de Tarso, alias el apóstol Pablo, alias el robacámaras del Nuevo Testamento si le han echado un vistazo a ese libro que todos tenemos pero que (casi) nadie lee.
Pues sí, regresa esa época especial del año en que los ateos de internet gozan de las vacaciones bisemanales pero se les olvida que son patrocinadas por una regla religiosa, la época en que los balnearios están más allá del límite de su capacidad, en que los gringos dejan sus frías y "muricanas" tierras para reproducir Sodoma y Gomorra en las playas del noroeste del país y claro... la época en que su segura servidora se muere de hambre por causa de la prohibición de comer carne los viernes.
Welcome to... Holy Week 2014 (?)
Admito que de las dos vacaciones religiosas que tenemos al año, esta desde siempre ha sido mi favorita; como buena familia agnóstica, nuestra tirada corresponde a la de llevar a cabo el rito de adoración de una forma poco ortodoxa, respetando la vieja medida de nueve estadios de caminata (porque la casa no mide mucho, se entiende) y comiendo exclusivamente productos permitidos (hasta donde sé, El Vaticano aún no ha legislado nada contra los duritos, churros y papitas de la tienda, a Dios gracias). ¿Y porqué pasar el triste Viernes Santo, el expectante Sábado de Gloria y el magnífico Domindo de Pascua encerrados a piedra y lodo, ignorando a los niños que se mojan en la calle y la procesión del Via Crucis (que una vez se toparon las dos de las iglesias del perímetro y a la hora de la verdad no se sabía quién era el Jesús de cada quien)? Bien, la razón es bastante simple:
Películas.
Pero no películas cualquiera; si nos remontamos a la infancia recordaremos bien esa dulce época en que la televisión a cable era un lujo de los ricos y todas las semanas santas teníamos que chutarnos, a gusto o no, las mismas películas bíblicas en TODOS los canales. Pero no hay que sufrir, a su modo esas películas formaron parte de la memoria colectiva (algunas con más sangre y llagas que otras... -sí, te estoy hablando a ti, Mel Gibson-) y son una tradición, si bien no mexicana, sí muy común para la época. Es por eso que Lobita les trae algunas de sus películas semanasanteras favoritas.

1: JESÚS, EL NIÑO DIOS
En realidad la película no es propia de la fecha, es más adecuada para Navidad pero en el Galavisión suelen pasarla para los dos días (25 de diciembre y... el sábado que caiga). Una producción mexicana que tiene la gracia de incluir en su reparto a Guillermo Murray y... un montón de gente que no recuerdo haber visto en otras películas, pero da igual. La historia se centra en una de las partes apócrifas del Nuevo Testamento, la infancia de Jesús, en este caso en cuerpo y cara de un chibi cachetonsito que goza sacando de quicio a un centurión romano que, entre peras y manzanas, participa en la matanza de los inocentes con tan mal tino que el susodicho niño se le escapa. Entonces le da el síndrome de Javert y se dedica a perseguirlo por todo el desierto con la intención de darle chicharrón.
CALIFICACIÓN: 7. No está para verla cada que la pasan, pero te entretiene, más que nada por la relación de tira y afloje entre Jesusito y el pobre Claudio. Al término de esta edición Lobita no ha podido leer Caballo de Troya 2, por tanto los documentos apócrifos sobre la tierna edad parvularia de Nuestro Señor no está ni confirmada ni desmentida.

2º EL CRISTO DEL OCÉANO:
Esta vez se trata de una producción española que, en el cable, suelen pasar mucho en los canales de cine mexicano pero eso da igual. La historia habla de Pedro, un niño que queda sin madre cuando ésta desaparece un buen día y es criado por un pescador (convenientemente...just sayin'). Un día, una tormenta devora el barco de su protector y el niño, en pleno duelo, pasea por la playa hasta encontrarse un día flotando un Cristo de tamaño iglesia que oculta en una cueva, seguro que el mar se lo ha regalado. Por culpa de un chismoso acólito, le quitan la imagen para llevarla a la iglesia del pueblo, pero la imagen comienza a "emberrincharse" bajando de la cruz en que la colocan. Simultáneamente, Pedro se encuentra con un forastero de barba castaña y ojos claros que se hace llamar "Manuel", y cuya presencia provoca una serie de eventos raros, algunos cuantos milagrosos, en el pueblo.
CALIFICACIÓN: 9. A algunos no les gustará, a otros les parecerá interesante. Esta película, por cierto, es patrocinada por Mamá Loba, considerándola su favorita.

3º LOS DIEZ MANDAMIENTOS:
Quien no haya visto esta película probablemente vive en una roca... o bajo ella. La épica de DeMille es jodidamente famosa, en parte por la fama de los actores que participaron en ella, en parte por los efectos especiales, demasiado adelantados en su época. En todo caso, la historia relata la vida, obras y amores de Moisés, celado por su hermanastro Ramsés (históricamente, Ramsés II, vencedor de los hititas) y mimado por la reina Tuya y el faraón Seti antes de su expulsión de Egipto y su subsecuente encontronazo con cierta zarza ardiente. Por supuesto, es de las películas más largas de la lista y puedo asegurar con orgullo que la he visto completa.
CALIFICACIÓN: 10. Repito, es de esas películas que casi por inercia debes ver una vez en tu vida.

4º EL PRÍNCIPE DE EGIPTO
Básicamente lo mismo que la anterior, pero en versión para... adolescentes. Realmente para el año en que salió estaba avocada a un público no tan infantil (suponemos, por lo crudo de algunas cosas como... la escena de apertura con el "Libéranos" de fondo), y sin embargo las salas se llenaron de chibis como yo. La historia esta vez se avoca más a la relación de hermanos entre Moisés y Ramsés y cómo esta vale gorro cuando el primero vuelve con la novedad de que quiere liberar a los hebreos.
CALIFICACIÓN: 10. Lo mejor, aparte de la animación, son las canciones. Especialmente "Las Plagas" y "Si tienes Fé", famosas por los lugares en internet por aparecer en su edición "multilenguaje".

5º BEN-HUR:
Nos encontramos de nuevo con míster Heston en otra película de duración permanente. Esta vez la historia no tiene mucho que ver con los evangelios, en realidad trata de Judá Ben-Hur, un príncipe israelita al que la envidia de su "amigo" Mesala le juega una mala pasada y lo hace pasar de persona respetada a vil esclavo de galeras (estilo Espartaco, pue). ¿Y entonces qué tiene qué ver con la semana santa? que la historia es paralela con los últimos días de Cristo, y Ben-Hur se ve involucrado de un modo u otro con él. La escena más famosa de la película es, por supuesto, la carrera en el circo donde los bellos caballos árabes de Ben-Hur se ponen su quienvive con los demonios negro de Mesala, que esta vez se enterará de lo que es bueno.
CALIFICACIÓN: 9. En realidad no soy fan de esta película, pero los clásicos se respetan.

6º EL MÁRTIR DEL CALVARIO (alias "Beqcer en película equivocada"):
En realidad poco he visto de esta película, pero lo que sí he podido echar mano es un himno a la exageración: la reproducción (innecesaria) de cuadros sagrados (como La Última Cena) y el estilo predicador/poeta frustrado del Jesús en turno te hace dudar de si la película es autoparódica o no.
CALIFICACIÓN: 7. Lo siento, pero nadie en mi familia ha podido aún reprimir una carcajada viendo esto.
P.D En todo caso, la única reproducción en "live action" de un cuadro sacro que me ha gustado está en la siguiente película:

7º JESUCRISTO SUPER-ESTRELLA:
Vetada en su momento por los amargosos del Vaticano (y creo que medio sigue en la heladera, no me crean mucho) este musical felizmente pasado al cine en su versión más setentera y hippie también se corona como de las favoritas de Mamá Loba, y Lobita llegó a bailar varias de las canciones del musical estando aún en edad de cortar con tijeritas de punta redonda. La película cuenta los últimos días en la vida de Jesús... en edición rockanrolera y con los soldados romanos usando calzas militares, pero eso no es todo; Judas y casi todos los apóstoles llevan el clásico atuendo psicodélico de los setenta, los turbantes de los fariseos parecen más bien arrancados del Taj Mahal y a Herodes le da por bailar charleston en la única escena graciosa de la parte dedicada a la crucifixión. A Jesús lo vemos más norteado (y cabreado) que lo que nos enseñaron en catecismo, pero ahí reside una parte del encanto de la película, en la humanización de los personajes. Llegamos incluso a pensar que Judas, más que traidor, era un pobre idiota.
CALIFICACIÓN: 9. Probablemente no les guste a quienes odian los musicales, pero por lo menos el número más famoso (el que le da nombre a la obra) no se lo pueden perder.

8º LA PASIÓN DE CRISTO.
La más nueva de las producciones aquí presentadas (y causa de muchas bajas en el mundo, según los reportes). También en su momento fue criticada por todo el mundo: cristianos ofendidos por la crudeza de las escenas, judíos ofendidos por ser "antisemitista" y musulmanes ofendidos por... por... en realidad no sé. La querella continuó hasta que Juan Pablo II dijo que estaba bien, pero eso no evitó que se llenara de su propia leyenda negra entre los macetazos que le tocaron al actor en la vida real y las muertes repentinas durante su reproducción en varias partes del mundo. La historia se centra a la medianoche del jueves santo y todo el viernes, con flashbacks de otras escenas de los evangelios y la aparición fantasiosa del demonio buscando "picar" hasta el hartazgo a Jesús para ver si decide hacer mutis antes de que lo crucifiquen o se aguanta. La película, intraducible por órdenes de Mad Mel, está en arameo y latín vulgar, y es un festín gore que a las almas sensibles más le vale no ver.
CALIFICACIÓN: 8. Siempre me ha hecho gracia que la televisión abierta también la pasa en Navidad (en palabras textuales: "¿Apenas está naciendo el niño y los del canal 5 ya me lo están matando? no me jo..."), y como dije, no es película apta para cualquier persona. El chiste privado en casa es llamarla, en formato clave, "Ela-hahay", que en la película (y en arameo, se entiende) significa "El hijo de Dios vivo", pero por su similitud fonética a uno de los mexicanismos más usados para armar broncas (ejemplo textual: "¿Te crees muy ajajay o qué, cab...?") a mi gente le divierte.

9º JESÚS DE NAZARETH:
En realidad no es una película sino una miniserie de 3 capítulos que acostumbrábamos ver en Navidad (de nuevo, con todas las ganas de ironizar, por lo visto). Un poco de amplio espectro, cubriendo varios puntos que las otras presentadas no tocan, su último capítulo es el único dedicado a lo que es la Semana Santa per-sé. Lobita la recuerda con mucho cariño al ser la primera producción bíblica que vio.
CALIFICACIÓN: 8. Al ser miniserie, encontrarla en el mercado es como buscar una aguja en un pajar. A menos que vayas a las librerías San Pablo, probablemente ahí la tengan junto con su gemela "Mateo", otra miniserie con la misma pinta.

Y de este modo, concluyo con mi bastante larga lista de películas pascuales. Por supuesto, otros "clásicos" de la época como "El Manto Sagrado" y "Rey de Reyes" no aparecen, más que nada por no ser dignas de mi calificación, simplemente no son de mi gusto personal por considerarlas más pesadas que mochila de niño de primaria, con todo y Atlas. Así que, hermanos míos, tomad asiento, llenaros de chucherías y gozad con las delicias, a veces graciosas, a veces crudas, que la época religiosa nos trae. Amén y... adiosito.

viernes, 21 de marzo de 2014

LA MALDITA PRIMAVERA: HAMBURGUESAS, CINE Y COMIDA JAPONESA

En estos días he escrito narices (tradúzcase: nada), por lo que las breves notas de hoy se dedicarán a los emocionantes incidentes de finales del invierno, cuando por fin he podido desgusanarme como mariposa de debajo de mis cobijas. Así que he aquí... el recuento de los daños:
*Fui a ver "La gran aventura Lego" y si no les hago reseña ahora es porque ya pasó demasiado tiempo y la euforia ya bajó, pero puedo contarles brevemente lo importante. A pesar de su tono ingenuo, tiene mucho más en profundidad; primero, por hacer tal vez no a propósito una parodia de lo que es el mundo actual, donde para encajar debemos seguir "reglas" sociales que nos dan la falsa sensación de seguridad y alegría, no tanto el sufrimiento es para quienes deciden ver más allá y pelean a diario con las limitantes que la multitud coloca. También el plot twist fue muy extraño, pero íntimo. En resumen, es una buena opción para entretenerse y pensar un poco.

*El mismo día probé ciertas hamburguesas de una cadena famosa pero no tan viral como McDonald's y Burguer King: Carl's Jr. En mi opinión profesional (y hamburguesera, cortesía de las muchas chucherías que me dejaron consumir mi tía y mi abuelo vikingo R.I.P) digo que... son jodidamente caras, pero bien lo valen. Hamburguesas llenas, completas, dispensador de refresco, agua y té según el gusto y atención en la mesa al estilo restaurante común. No soy fan de hacer publicidad pero les recomiendo que vayan... cuando tengan al menos 200$ disponibles, claro.

*Últimamente a Lobita le ha dado por hacer comida del lejano y misterioso coloso de Oriente...
NUNCAMÁS: ¿China?
Ay no, qué asco, hablo de Japón. Cuna de la tecnología en Asia, de los bellos trajes yukata y de los otakus originales (además de un número grande de palabras raras que definen situaciones que normalmente me pasan a mí), Japón solo me gustaba por uno que otro producto importado, pero entre tanto y tanto investigar su comida me abrió el apetito y, como ya imaginarán, me aventuré en sus milenarias páginas para buscar recetas. ¿Resultado?
-Onigiris, o bolitas de arroz. En este caso, rellenas de res y finamente empanizadas para los paladares necesitados de comida. Tres horas en la cocina y varias quemaduras de aceite bien valieron la pena al final. Lobita le da al platillo la calificación de: 10/10
-Mochis, o pastelitos de arroz. Rellenos de chocolate de repostería. El resultado fue un apocalipsis y un insulto; verán, Lobita podría cocinan bullabaise y hacerla bien aunque fuera su primera vez, pero respecto a los postres... el cuento es muy distinto. ¿Y qué pasó? los mochis sabían, literalmente, a engrudo con azúcar. Lobita califica el platillo con un triste: 2/10.
-Calpico, o bebida hecha con yogurt y limón. Cocinar a baño maría y hacerle otras tantas cosas hacen de la bebida un aparente dolor de cabeza, pero bien vale la pena. Lobita le da al calpico la calificación de: 8/10
-Pescado con tempura y cerveza. Con la cuaresma encima los viernes se ha cancelado el llamado "día de riñón" (por el señor ese que se pone a vender riñón y carnitas en el tianguis de los viernes) y lo suplimos por "día de pescado". La gracia de la tempura como Mamá Loba me explicó es rebajarla con cerveza para darle un saborcito especial;sin embargo, a Lobita le ganó ese deseo tan humano por lo prohibido y...
LOBITA: Una para ti... *echa cerveza en el tempura* otra para mi... *bebe un trago* una para ti... *cerveza en el tempura* otra para mi... *bebe un trago*
Entre una Lobinta poco acostumbrada a las bebidas alcohólicas y un tempura muy fuerte, el aceite de la cazuela pasó una buena tarde quemándome en sitios de lo más raros (el ojo, por ejemplo), pero el resultado final fue aceptable. Lobita le da al platillo una calificación de: 9/10.

Y por ahora estos han sido los acontecimientos preprimaverales más relevantes en mi vida. Como dato extra puedo decirles que al menos este año pasé un cumpleaños decente, con pastel, helado y el estómago sano, no como la última vez que entendí el significado de la frase "sentir el trasero como bandera de Japón... imperial". ¡Adiosito!



martes, 4 de febrero de 2014

EL CAMINO HACIA LA POPULARIDAD EN INTERNET

Supongo que esta entrada se las debo luego de deprimirlos con la anterior... de corazón lo siento pero necesitaba soltarlo y, de nuevo, he recordado que tengo un blog donde traumatizar a los cibernautas con mis líos.
El día de hoy les traigo una crónica, esta vez no de algo anunciado sino de un caso peculiar cuyo transporte se considera el idóneo para conquistar el mundo en mayor o menor escala: el internet. Justin "forever a douche" Bieber lo hizo, Germán Garmendia lo hizo y muchos pueden hacerlo, el problema viene en saber cómo hacer que funcione. Como dice un viejo dicho, todos los caminos llevan a Roma. Y este día, como dije, les traigo la...
CRÓNICA DE UNA POPULARIDAD NO ANUNCIADA *permiso SEGOB en proceso*

Todo comenzó un día en que jugando en los submundos de DeviantArt me encontré un juego de dress-up en que se pueden diseñar personajes con apariencia chibi (en japonés, "pequeño", sinónimo en muchos casos de "jodidamente lindo"). En un momento de inspiración diseñé con dicho programa una serie de muñequitos que... bueno.. júzguenlos ustedes mismos:
Lo que están viendo es una edición chibi-humanizada de algunos países (hice una segunda versión con otros países que en ese momento no diseñé, pero les pediré que se concentren de momento en esta). En la cuenta de una servidora en la misma página se subieron los diseños y recibieron críticas, tanto buenas como malas, y hasta ahí todo iba bien.
No auguré que, como Madero, había liberado un tigre. Peor aún: un tigre tierno y a la vez ligeramente controversial en internet.
El resultado fue lento pero imparable porque de súbito todos conocían la existencia de estas versiones. Comenzando en Facebook, donde páginas de diversos tipos subieron la imagen como una curiosidad excéntrica más y que, como plaga, se extendió al puro estilo electrónico llegando a lugares bizarros como... Taringa.
Pero la cosa no se reduce ahí. Ustedes pueden buscar la misma imagen en el eterno reino de Google con sólo escribir "latinoamérica en anime" o "países latinoamericanos hetalia", formando parte de las primeras opciones de respuesta.
Sin embargo, la costumbre empírica nos ha dicho que algo no es popular hasta que recibe el toque "británico estilo siglo XVI", alias "piratería", o también conocido como "extensión popular no electrónica", algo así como el Ultima Thule en este mundo de lo que es popular y lo que no. Pues bien, el tigre se volvió carne y hueso... o porcelana en este caso, cuando en Chile apareció esto:
Lo que están viendo es una taza vendida en un típico puesto de ventas frikis con mi diseño en ella. Conseguí la exclusiva de la foto gracias a una amiga, y así entendí el alcance de mi pequeña y aburrida jugarreta.
Así que, señores y señoritas, señoras y lo-que-sean, Lobita consiguió demostrar que con un simple momento de iluminación se pueden crear maravillas que asombren, desagraden e interesen a todos. Amén por eso.

P.D Irónicamente una imagen de estilo "definición gráfica de Thor 2", que yo quería hacer popular, no ganó tantos adeptos... irónico en verdad.

viernes, 31 de enero de 2014

CAFÉ Y CIGARROS (EPÍSTOLA PÓSTUMA)

Seguro más de uno se preguntará qué pasó conmigo, que dejé de publicar a partir de Octubre para (a todas luces) jamás volver. Más probablemente se preguntarán el tono serio en que estoy escribiendo pero, como ciertas ocasiones contadas, lo amerita. Esta es la historia del último capítulo negro de un calvario que parecía no conocer fin y de cómo, los sobrevivientes, tuvimos que continuar con el peso de la duda y el silencio.

Recordarán que hace ya algún tiempo, cuando el blog estaba igual de vivo que universitario en fiesta, les hablé de un vikingo, un vikingo que se tomó la molestia, en sus últimos días de claridad, el relatarme con pelos y señales los pormenores y fantasías de sus viajes, de su vida en familia, de sus conocimientos aprendidos, como toda criatura del mundo antiguo, por el empirismo de la experiencia y que había visto, con sus propios ojos, la transformación de un país recién librado de las luchas revolucionarias hacia un abismo neoliberal sin freno y aún en sus buenos tiempos, fascinante.

Después de eso todo fue negrura. Un círculo vicioso entre la felicidad y la tristeza, la desesperación y la calma, la enfermedad y la salud que, como era de esperarse, llevaban al descenlace más temido y, a la vez, anhelado. Los vikingos que no mueren en batalla no verán jamás el Valhalla, y tal vez eso le pasó por la cabeza en un último esfuerzo, frustrado obviamente, por retomar las riendas de su drakkar de ruedas y hacerse a la carretera, volviendo aún más intensa su amargura y su temor. Dejó de hablar, al menos de hablar con coherencia, y todos contuvimos la respiración preguntándonos si llegaría el día en que todos despertáramos, menos uno.

Finalmente, una tarde alegre de domingo, o tan alegre como puede ser una tarde otoñal con sus luces doradas y rojizas sobre las hojas que se secan, pasó lo que tenía que pasar. No murió en casa, sino en el lugar más temido por mi persona, la cama de un hospital. Lo único que supe por dos horas fue que había sido una muerte súbita.

-No sufrió. -ese fue el único consuelo cuando nos llegó la noticia, poco antes de las cinco de la tarde. Al principio reí, una de esas risas huecas y extrañas que sueltan los dementes en los asilos; luego grité, un solo grito, y me desplomé en el piso con sentimientos encontrados que todavía no puedo deshilachar correctamente: miedo, alivio, rabia, desesperación, duda. Todo eso junto en tanto los minutos pasaban y el pronto anochecer cubría la casa con su manto de oscuridad. Se venía la noche más larga.

Me culpaba de no haber estado presente, en gran parte movida por el miedo que le tengo a los hospitales y más aquéllos donde se aglomeran los agonizantes, pero al fin me repuse, me vestí de negro y al retorno de Mamá Loba, que trataba de mantenerse en sus cabales, me marché con ella a la capilla de velación, a una hora de distancia de mi cómoda cama donde no me asolaban los susurros de los espíritus pero también lejos de mi culpa.

No dije mucho mientras, a la capilla solitaria, aparecían las siluetas de dos amistades de la viuda, presentando con solemnidad y timidez sus condolencias y permaneciendo ahí mientras mi madre  y yo mirábamos alrededor. La capilla era pequeña, apostada en lo que hace muchas décadas debió ser un saloncito privado en la casona que ahora funge como funeraria. Una ventana estrecha y alta con balcón apostada al lado del serapeum, vigilado por dos altos obeliscos donde se enclavaban las luces que suplían a las velas, tres sillones largos de cuero en cada muro y una araña de cristal pequeña eran nuestra única compañía. Esa noche sin embargo no estábamos solos, en la capilla mayor otra familia (compuesta, como imaginé, por parientes directos, vástagos de cada rama y tal vez familia política y amigos) se conglomeraban haciendo un estruendo mudo de animales caminando. Ninguno de nosotros vivía, estábamos en un limbo extraño, un limbo donde vivos y muertos conviven pero donde no pueden hablarse, pues el velo del silencio sacro separa lo material de lo inmaterial y solo deja una pobre imitación de un recuerdo que se evapora aprisa entre el fuego y la tierra.

Poco después de medianoche y cuando estábamos presentes ya unos pocos familiares más, llegó el féretro. Mi primer impulso fue abrirlo para comprobar con mis propios ojos que el hombre fuerte que me llevara en brazos a las ferias y las tiendas ya no estaba en calidad de hacerlo; mi segundo impulso, cuando se colocó en el serapeum y abrieron la puerta superior, fue desmayarme, pero mi cuerpo no era capaz de tanto y todo lo que pude hacer fue emitir un silbido bajo, dejando que se me escapara todo el aire antes de respirar de nuevo y empezar a llorar, en silencio, buscando unos ojos hermanos que me dijeran que no era la única conmocionada. Una mano amable me tendió una servilleta para limpiarme la cara, y me arrebujé en el sillón más próximo al ataúd murmurando como loca "Lo siento... lo siento tanto..."

Las próximas horas me creí separada, muerta también. Todos, para matar el tiempo, hablaban entre sí tratando de darse ánimos luego del primer y tristón rosario de rigor; yo me dedicaba a levantarme, andar con paso torpe a la cafetería, coger una taza bien cargada y volver a mi sitio, olfateando el aroma común de las zonas ocupadas por la muerte, café y cigarros. Eran parte del limbo, como las voces y el frío que se colaba por la ventana pero yo lo único que sentía era lo último, el frío, el abandono. La proximidad de alguien que está ahí pero no lo está realmente, la impresión de la muerte acariciando con su mano huesuda mi cabeza esperando, esperando, divertida con el revuelo de sus presas esa noche lúgubre.

Dos y media de la mañana. Me acurruqué como pude en uno de los asientos, junto a la ventana y en meridiano con el ataúd, de modo que no podía verlo de frente pero sí por debajo, cerrando mis ojos a pesar del entumecimiento y el frío de la ventana porque no llevaba yo más abrigo que un suetercito negro que cogí al vuelo antes de marcharnos. Dormité, despertando a intervalos de una hora a lo sumo, así hasta que dieron las seis y media de la mañana; me sentía extraña, a esas horas y luego de un sueño reparador debía estar preparándome para la escuela, y sin embargo seguía en ese limbo donde no hay escuela, ni trabajo, ni casa, donde todo lo que hay son susurros inciertos y vivos viviendo entre difuntos antes de morir con ellos en su última despedida.

No morí, como sospeché por supersticiosa antes de quedarme dormida, pero el cuerpo seguía ahí, cada vez más pálido, pero aún humano en todos sus aspectos, con el cabello lacio y deslucido contra la suavidad de los blancos almohadones en que lo habían acostado. Se me ocurrió que el poema estúpido que había aprendido nueve días antes ahora tenía mucho sentido:

Me pareces, oh, piano
Por tu voz lastimera una caja de lágrimas
Y tu oscura madera evoca la visita
Del primer ataúd que recibí en mi casa
En plena juventud...

Antes de que nos alcanzaran las primeras luces llegaron otros familiares, y de nuevo nos pusimos de pie (yo, borracha de frío y café) para rezar. Cuando terminamos un empleado de la funeraria se acercó a dejarnos un cesto de pan dulce. Mordisqueé... la verdad no me acuerdo, pero lo hice más por deber que por gusto, en el limbo, ¿saben ustedes? no se siente hambre. Fue cuando llegó también mi hermano, tan desprendido de la atmósfera de fatalidad que se sentó en la alfombra a parlotear con quien quisiera oírlo y luego pedir unos chicles de menta, también, imagino, para combatir el aburrimiento. Los niños son los únicos exentos del limbo, tal vez porque sus almas son demasiado frágiles todavía o porque la muerte, en su predilección por los pequeños, omite fastidiarlos a menos que decida llevárselos.

Con las primeras luces la viuda se puso de pie. Se le había olvidado la misa, y no íbamos a tirar al vikingo como proscrito sin recibir su última bendición, así que echó a buscar el teléfono de la misma iglesia donde recibí el cuerpo y sangre de Nuestro Señor y luego, juré rectitud en mi juventud acaecida cinco años atrás, apenas cinco años atrás... Mientras esperábamos, sin embargo, otro empleado nos comentó entre murmullos de respeto (la otra familia aún esperaba el coche fúnebre) que en un bendito tino del destino nos correspondía la misa en un templo cercano, uno de los más antiguos de la ciudad y también, de los más hermosos arquitectónicamente hablando, con su estilo gótico francés y sus vitrales intactos y límpidos. Tendríamos que esperar unas horas más, al mediodía, antes de que la comitiva (compuesta a esas alturas por más de diez personas, en contraste con las cinco de la velación) echara a andar al lugar indicado.

El escándalo fue tal que propició una especie de antimilagro que yo no hubiera creído de no haberlo visto, pero la cosa fue que mientras todos seguíamos mirando como hipnotizados el féretro Lobeznito volvió echando voces y gritando que alguien estaba ahí. Ese alguien era imposible tenerlo presente pues, siendo hermana del difunto, llevaba casi dos años con demencia y se le olvidaban hasta los rostros y nombres de sus parientes, pero los chillidos del menor estaban justificados pues la anciana, mucho más enclenque y delicada de lo que yo medio recordaba de otro funeral, apostada en su silla de ruedas y cerrada por una comitiva de dos vástagos, llegaba hasta el ataúd con los ojos vacíos, pero con el alma reconociendo a su sangre tendida en el ataúd plateado. Otro de los hermanos, luego de un estoicismo idéntico al de mi madre, se echó a llorar en ese preciso instante.

Otro milagro extraño ocurrió cuando, de repente, y cuando estábamos apenas tres almas en la capilla mientras el resto se iba a armar escándalo a los jardines, entró un individuo desconocido saludando con un tibio "buenos días" y se acercó al féretro. No supimos quién era hasta que la viuda regresó y se presentó como un colega de trabajo. Del cómo averiguó que estábamos todos ahí, nunca lo supe.

Por fin sonó la hora. Debíamos despedirnos del limbo, pero aún llevar al muerto con nosotros. Me puse de pie tomando la mano de Lobeznito y echamos a andar, en tropel, hacia la salida. El paracaidista amigo del difunto nos llevó hasta la explanada del templo, y entramos en silencio por la entrada lateral hasta la capilla, cóncava como la de cualquier edificio gótico, donde esperábamos por fin la última misa. Me acurruqué en un asiento delantero junto a mi madre y mi hermano mientras esperábamos, inquietas, por la entrada del féretro. Un hombre del templo me miró por unos segundos antes de soltarme:

-¿Quisiera usted hacer la lectura de hoy?

Algo que caracterizó mis años de infancia junto al buen vikingo es que le gustaba tenerme apostada en una esquina de su cama leyendo en voz alta hasta que se dormía, para compensarme luego con el préstamo de su televisor (el más grande de la casa) o con unas chucherías. Acepté, más que nada por cumplir ese mandato tierno y autoimpuesto. Llegado el momento, la música seca del órgano y las voces dolientes de las coristas acabaron con los nervios de Mamá Loba y echó a llorar. Yo también, pero debía aguantar un poco más, no quería oír mi voz quebrada en ese último cuento que podría leerle. No recuerdo bien la lectura, pero hablaba eso sí, de la resurección y el pesar de la muerte en un tono solemne que me parecía vacío, pero alentador. El Valhalla en todo caso no había quedado cerrado, pese a las causas de muerte que le sobrevinieron al durmiente eterno.

En la explanada delantera, donde las columnas de cantera sujetan las imágenes de los apóstoles, hubo que despedirse una última vez. Como todo vikingo, su funeral sería por fuego, no en un barco a la deriva del mar pero sí consumido hasta las cenizas. Madre apretó su mano y dejó un beso tímido en su frente helada, yo me acerqué, mirándolo intensamente y dejando que se desprendieran las últimas gotas de afecto ingenuo de años atrás y murmuré:

-Hasta siempre.

Nos fuimos, saliendo del limbo con rudeza y sintiendo de nuevo el sol sancochándome y el crepitar de las fuentes. Adentro, acompañando hasta el final al vikingo que tantos años habíase dedicado a mí, quedaba la niña pequeña, la infantil Lobeznita que se negó a marchar conmigo, en calidad de fragmento de alma, para aferrarse a su padre y no abandonarlo jamás, muriendo también con él y dejándome a mí en una rivera de desconcierto, de vacío... y de renacer.

R.I.P
J. C. R
abril 26 de 1949 - octubre 13 de 2013