FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



sábado, 29 de marzo de 2014

¡SANTAS PELÍCULAS, BATM... DIGO, LOBITA!

Entre más sube el calor, más sube también en largo de los pantalones en Lobolandia, antagonizando con la regla general impuesta por Pablo "pos me convierto" de Tarso, alias el apóstol Pablo, alias el robacámaras del Nuevo Testamento si le han echado un vistazo a ese libro que todos tenemos pero que (casi) nadie lee.
Pues sí, regresa esa época especial del año en que los ateos de internet gozan de las vacaciones bisemanales pero se les olvida que son patrocinadas por una regla religiosa, la época en que los balnearios están más allá del límite de su capacidad, en que los gringos dejan sus frías y "muricanas" tierras para reproducir Sodoma y Gomorra en las playas del noroeste del país y claro... la época en que su segura servidora se muere de hambre por causa de la prohibición de comer carne los viernes.
Welcome to... Holy Week 2014 (?)
Admito que de las dos vacaciones religiosas que tenemos al año, esta desde siempre ha sido mi favorita; como buena familia agnóstica, nuestra tirada corresponde a la de llevar a cabo el rito de adoración de una forma poco ortodoxa, respetando la vieja medida de nueve estadios de caminata (porque la casa no mide mucho, se entiende) y comiendo exclusivamente productos permitidos (hasta donde sé, El Vaticano aún no ha legislado nada contra los duritos, churros y papitas de la tienda, a Dios gracias). ¿Y porqué pasar el triste Viernes Santo, el expectante Sábado de Gloria y el magnífico Domindo de Pascua encerrados a piedra y lodo, ignorando a los niños que se mojan en la calle y la procesión del Via Crucis (que una vez se toparon las dos de las iglesias del perímetro y a la hora de la verdad no se sabía quién era el Jesús de cada quien)? Bien, la razón es bastante simple:
Películas.
Pero no películas cualquiera; si nos remontamos a la infancia recordaremos bien esa dulce época en que la televisión a cable era un lujo de los ricos y todas las semanas santas teníamos que chutarnos, a gusto o no, las mismas películas bíblicas en TODOS los canales. Pero no hay que sufrir, a su modo esas películas formaron parte de la memoria colectiva (algunas con más sangre y llagas que otras... -sí, te estoy hablando a ti, Mel Gibson-) y son una tradición, si bien no mexicana, sí muy común para la época. Es por eso que Lobita les trae algunas de sus películas semanasanteras favoritas.

1: JESÚS, EL NIÑO DIOS
En realidad la película no es propia de la fecha, es más adecuada para Navidad pero en el Galavisión suelen pasarla para los dos días (25 de diciembre y... el sábado que caiga). Una producción mexicana que tiene la gracia de incluir en su reparto a Guillermo Murray y... un montón de gente que no recuerdo haber visto en otras películas, pero da igual. La historia se centra en una de las partes apócrifas del Nuevo Testamento, la infancia de Jesús, en este caso en cuerpo y cara de un chibi cachetonsito que goza sacando de quicio a un centurión romano que, entre peras y manzanas, participa en la matanza de los inocentes con tan mal tino que el susodicho niño se le escapa. Entonces le da el síndrome de Javert y se dedica a perseguirlo por todo el desierto con la intención de darle chicharrón.
CALIFICACIÓN: 7. No está para verla cada que la pasan, pero te entretiene, más que nada por la relación de tira y afloje entre Jesusito y el pobre Claudio. Al término de esta edición Lobita no ha podido leer Caballo de Troya 2, por tanto los documentos apócrifos sobre la tierna edad parvularia de Nuestro Señor no está ni confirmada ni desmentida.

2º EL CRISTO DEL OCÉANO:
Esta vez se trata de una producción española que, en el cable, suelen pasar mucho en los canales de cine mexicano pero eso da igual. La historia habla de Pedro, un niño que queda sin madre cuando ésta desaparece un buen día y es criado por un pescador (convenientemente...just sayin'). Un día, una tormenta devora el barco de su protector y el niño, en pleno duelo, pasea por la playa hasta encontrarse un día flotando un Cristo de tamaño iglesia que oculta en una cueva, seguro que el mar se lo ha regalado. Por culpa de un chismoso acólito, le quitan la imagen para llevarla a la iglesia del pueblo, pero la imagen comienza a "emberrincharse" bajando de la cruz en que la colocan. Simultáneamente, Pedro se encuentra con un forastero de barba castaña y ojos claros que se hace llamar "Manuel", y cuya presencia provoca una serie de eventos raros, algunos cuantos milagrosos, en el pueblo.
CALIFICACIÓN: 9. A algunos no les gustará, a otros les parecerá interesante. Esta película, por cierto, es patrocinada por Mamá Loba, considerándola su favorita.

3º LOS DIEZ MANDAMIENTOS:
Quien no haya visto esta película probablemente vive en una roca... o bajo ella. La épica de DeMille es jodidamente famosa, en parte por la fama de los actores que participaron en ella, en parte por los efectos especiales, demasiado adelantados en su época. En todo caso, la historia relata la vida, obras y amores de Moisés, celado por su hermanastro Ramsés (históricamente, Ramsés II, vencedor de los hititas) y mimado por la reina Tuya y el faraón Seti antes de su expulsión de Egipto y su subsecuente encontronazo con cierta zarza ardiente. Por supuesto, es de las películas más largas de la lista y puedo asegurar con orgullo que la he visto completa.
CALIFICACIÓN: 10. Repito, es de esas películas que casi por inercia debes ver una vez en tu vida.

4º EL PRÍNCIPE DE EGIPTO
Básicamente lo mismo que la anterior, pero en versión para... adolescentes. Realmente para el año en que salió estaba avocada a un público no tan infantil (suponemos, por lo crudo de algunas cosas como... la escena de apertura con el "Libéranos" de fondo), y sin embargo las salas se llenaron de chibis como yo. La historia esta vez se avoca más a la relación de hermanos entre Moisés y Ramsés y cómo esta vale gorro cuando el primero vuelve con la novedad de que quiere liberar a los hebreos.
CALIFICACIÓN: 10. Lo mejor, aparte de la animación, son las canciones. Especialmente "Las Plagas" y "Si tienes Fé", famosas por los lugares en internet por aparecer en su edición "multilenguaje".

5º BEN-HUR:
Nos encontramos de nuevo con míster Heston en otra película de duración permanente. Esta vez la historia no tiene mucho que ver con los evangelios, en realidad trata de Judá Ben-Hur, un príncipe israelita al que la envidia de su "amigo" Mesala le juega una mala pasada y lo hace pasar de persona respetada a vil esclavo de galeras (estilo Espartaco, pue). ¿Y entonces qué tiene qué ver con la semana santa? que la historia es paralela con los últimos días de Cristo, y Ben-Hur se ve involucrado de un modo u otro con él. La escena más famosa de la película es, por supuesto, la carrera en el circo donde los bellos caballos árabes de Ben-Hur se ponen su quienvive con los demonios negro de Mesala, que esta vez se enterará de lo que es bueno.
CALIFICACIÓN: 9. En realidad no soy fan de esta película, pero los clásicos se respetan.

6º EL MÁRTIR DEL CALVARIO (alias "Beqcer en película equivocada"):
En realidad poco he visto de esta película, pero lo que sí he podido echar mano es un himno a la exageración: la reproducción (innecesaria) de cuadros sagrados (como La Última Cena) y el estilo predicador/poeta frustrado del Jesús en turno te hace dudar de si la película es autoparódica o no.
CALIFICACIÓN: 7. Lo siento, pero nadie en mi familia ha podido aún reprimir una carcajada viendo esto.
P.D En todo caso, la única reproducción en "live action" de un cuadro sacro que me ha gustado está en la siguiente película:

7º JESUCRISTO SUPER-ESTRELLA:
Vetada en su momento por los amargosos del Vaticano (y creo que medio sigue en la heladera, no me crean mucho) este musical felizmente pasado al cine en su versión más setentera y hippie también se corona como de las favoritas de Mamá Loba, y Lobita llegó a bailar varias de las canciones del musical estando aún en edad de cortar con tijeritas de punta redonda. La película cuenta los últimos días en la vida de Jesús... en edición rockanrolera y con los soldados romanos usando calzas militares, pero eso no es todo; Judas y casi todos los apóstoles llevan el clásico atuendo psicodélico de los setenta, los turbantes de los fariseos parecen más bien arrancados del Taj Mahal y a Herodes le da por bailar charleston en la única escena graciosa de la parte dedicada a la crucifixión. A Jesús lo vemos más norteado (y cabreado) que lo que nos enseñaron en catecismo, pero ahí reside una parte del encanto de la película, en la humanización de los personajes. Llegamos incluso a pensar que Judas, más que traidor, era un pobre idiota.
CALIFICACIÓN: 9. Probablemente no les guste a quienes odian los musicales, pero por lo menos el número más famoso (el que le da nombre a la obra) no se lo pueden perder.

8º LA PASIÓN DE CRISTO.
La más nueva de las producciones aquí presentadas (y causa de muchas bajas en el mundo, según los reportes). También en su momento fue criticada por todo el mundo: cristianos ofendidos por la crudeza de las escenas, judíos ofendidos por ser "antisemitista" y musulmanes ofendidos por... por... en realidad no sé. La querella continuó hasta que Juan Pablo II dijo que estaba bien, pero eso no evitó que se llenara de su propia leyenda negra entre los macetazos que le tocaron al actor en la vida real y las muertes repentinas durante su reproducción en varias partes del mundo. La historia se centra a la medianoche del jueves santo y todo el viernes, con flashbacks de otras escenas de los evangelios y la aparición fantasiosa del demonio buscando "picar" hasta el hartazgo a Jesús para ver si decide hacer mutis antes de que lo crucifiquen o se aguanta. La película, intraducible por órdenes de Mad Mel, está en arameo y latín vulgar, y es un festín gore que a las almas sensibles más le vale no ver.
CALIFICACIÓN: 8. Siempre me ha hecho gracia que la televisión abierta también la pasa en Navidad (en palabras textuales: "¿Apenas está naciendo el niño y los del canal 5 ya me lo están matando? no me jo..."), y como dije, no es película apta para cualquier persona. El chiste privado en casa es llamarla, en formato clave, "Ela-hahay", que en la película (y en arameo, se entiende) significa "El hijo de Dios vivo", pero por su similitud fonética a uno de los mexicanismos más usados para armar broncas (ejemplo textual: "¿Te crees muy ajajay o qué, cab...?") a mi gente le divierte.

9º JESÚS DE NAZARETH:
En realidad no es una película sino una miniserie de 3 capítulos que acostumbrábamos ver en Navidad (de nuevo, con todas las ganas de ironizar, por lo visto). Un poco de amplio espectro, cubriendo varios puntos que las otras presentadas no tocan, su último capítulo es el único dedicado a lo que es la Semana Santa per-sé. Lobita la recuerda con mucho cariño al ser la primera producción bíblica que vio.
CALIFICACIÓN: 8. Al ser miniserie, encontrarla en el mercado es como buscar una aguja en un pajar. A menos que vayas a las librerías San Pablo, probablemente ahí la tengan junto con su gemela "Mateo", otra miniserie con la misma pinta.

Y de este modo, concluyo con mi bastante larga lista de películas pascuales. Por supuesto, otros "clásicos" de la época como "El Manto Sagrado" y "Rey de Reyes" no aparecen, más que nada por no ser dignas de mi calificación, simplemente no son de mi gusto personal por considerarlas más pesadas que mochila de niño de primaria, con todo y Atlas. Así que, hermanos míos, tomad asiento, llenaros de chucherías y gozad con las delicias, a veces graciosas, a veces crudas, que la época religiosa nos trae. Amén y... adiosito.

viernes, 21 de marzo de 2014

LA MALDITA PRIMAVERA: HAMBURGUESAS, CINE Y COMIDA JAPONESA

En estos días he escrito narices (tradúzcase: nada), por lo que las breves notas de hoy se dedicarán a los emocionantes incidentes de finales del invierno, cuando por fin he podido desgusanarme como mariposa de debajo de mis cobijas. Así que he aquí... el recuento de los daños:
*Fui a ver "La gran aventura Lego" y si no les hago reseña ahora es porque ya pasó demasiado tiempo y la euforia ya bajó, pero puedo contarles brevemente lo importante. A pesar de su tono ingenuo, tiene mucho más en profundidad; primero, por hacer tal vez no a propósito una parodia de lo que es el mundo actual, donde para encajar debemos seguir "reglas" sociales que nos dan la falsa sensación de seguridad y alegría, no tanto el sufrimiento es para quienes deciden ver más allá y pelean a diario con las limitantes que la multitud coloca. También el plot twist fue muy extraño, pero íntimo. En resumen, es una buena opción para entretenerse y pensar un poco.

*El mismo día probé ciertas hamburguesas de una cadena famosa pero no tan viral como McDonald's y Burguer King: Carl's Jr. En mi opinión profesional (y hamburguesera, cortesía de las muchas chucherías que me dejaron consumir mi tía y mi abuelo vikingo R.I.P) digo que... son jodidamente caras, pero bien lo valen. Hamburguesas llenas, completas, dispensador de refresco, agua y té según el gusto y atención en la mesa al estilo restaurante común. No soy fan de hacer publicidad pero les recomiendo que vayan... cuando tengan al menos 200$ disponibles, claro.

*Últimamente a Lobita le ha dado por hacer comida del lejano y misterioso coloso de Oriente...
NUNCAMÁS: ¿China?
Ay no, qué asco, hablo de Japón. Cuna de la tecnología en Asia, de los bellos trajes yukata y de los otakus originales (además de un número grande de palabras raras que definen situaciones que normalmente me pasan a mí), Japón solo me gustaba por uno que otro producto importado, pero entre tanto y tanto investigar su comida me abrió el apetito y, como ya imaginarán, me aventuré en sus milenarias páginas para buscar recetas. ¿Resultado?
-Onigiris, o bolitas de arroz. En este caso, rellenas de res y finamente empanizadas para los paladares necesitados de comida. Tres horas en la cocina y varias quemaduras de aceite bien valieron la pena al final. Lobita le da al platillo la calificación de: 10/10
-Mochis, o pastelitos de arroz. Rellenos de chocolate de repostería. El resultado fue un apocalipsis y un insulto; verán, Lobita podría cocinan bullabaise y hacerla bien aunque fuera su primera vez, pero respecto a los postres... el cuento es muy distinto. ¿Y qué pasó? los mochis sabían, literalmente, a engrudo con azúcar. Lobita califica el platillo con un triste: 2/10.
-Calpico, o bebida hecha con yogurt y limón. Cocinar a baño maría y hacerle otras tantas cosas hacen de la bebida un aparente dolor de cabeza, pero bien vale la pena. Lobita le da al calpico la calificación de: 8/10
-Pescado con tempura y cerveza. Con la cuaresma encima los viernes se ha cancelado el llamado "día de riñón" (por el señor ese que se pone a vender riñón y carnitas en el tianguis de los viernes) y lo suplimos por "día de pescado". La gracia de la tempura como Mamá Loba me explicó es rebajarla con cerveza para darle un saborcito especial;sin embargo, a Lobita le ganó ese deseo tan humano por lo prohibido y...
LOBITA: Una para ti... *echa cerveza en el tempura* otra para mi... *bebe un trago* una para ti... *cerveza en el tempura* otra para mi... *bebe un trago*
Entre una Lobinta poco acostumbrada a las bebidas alcohólicas y un tempura muy fuerte, el aceite de la cazuela pasó una buena tarde quemándome en sitios de lo más raros (el ojo, por ejemplo), pero el resultado final fue aceptable. Lobita le da al platillo una calificación de: 9/10.

Y por ahora estos han sido los acontecimientos preprimaverales más relevantes en mi vida. Como dato extra puedo decirles que al menos este año pasé un cumpleaños decente, con pastel, helado y el estómago sano, no como la última vez que entendí el significado de la frase "sentir el trasero como bandera de Japón... imperial". ¡Adiosito!