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martes, 28 de junio de 2016

Historia (triste) de modas imbéciles

Antes que nada... *se levanta como Mu-shu* ¡ESTOY VIVAAAAAA!
Honestamente he olvidado hace cuánto exactamente me largué de este sitio y lo lamento profundamente (traducción: amo leer tarugadas, y escribirlas mucho más), pero dos demonios incontrolables que se fusionan en uno solo me hicieron una batalla épica de como dos años de la cual me libré gracias a la Espada del Empleo Juvenil y del Escudo Universitario respectivamente.

Sip, ya soy bastante mayor (eso no implica menos idiota... creo) que cuando empecé esta vaina, pero afortunadamente para ustedes mi acidez mental ha crecido con ello y ahora pueden tenerme más amargada y criticona que nunca :D
NUNCAMÁS: ...¿Hurra?
Sí, hurra, porque hoy paseándome por Wordpress encontré un blog genial que me hizo recordar esos felices tiempos en que tenía que proteger mi cabeza y mi trasero de los bullys y los profes... en ese orden; tiempos en que todo valía gorro en mi vida y hacía estupideces de adolescente, porque sí, contrario a la creencia popular yo no nací adulta y amargada, noooo señor, yo fui un moquito alguna vez.
¿Y qué eran esas cosas terribles que pasaban a mi alrededor? Pues como leyeron en el título son... *prrprrprrprrprprprrrr*... ¡MODAS PENDEJÍSIMAS!
Porque sí, damas y caballeros, TODOS fuimos víctimas, directas o indirectas, de las modas pendejas, esas cosas que a todos les gustaban pero, en el fondo, sabían que eran una ridiculez. Y hoy les traigo un recuento de las modas más tristes, repetitivas y populares que Lobita tuvo que padecer... quisiera o no.
MODA 1: IIIH ZOI REVELDEEEEH.
Curiosamente fue la menos usada, dado que mi escuela secundaria era, literalmente, Cholotlán, con todo lo que eso implicaba; un submundo lleno de pantalones a medio bajar, signos que le provocarían un orgasmo a cualquier presidiario, y profes que habían evolucionado del "Chavorruco genérico" al "Hommie posser". La presencia de las "rebelditas" o como demonios se definiera el fandom era a cuentagotas, pero se caracterizaban todas por una sola cosa: la cosmovisión fresi-pop de la amistad, el amor y... un montón de cosas más; eran sueños guajiros de Mía's y Roberta's (ni Lupita's ni mucho menos la tipa obesa que no me acuerdo su nombre... no, todas aspiraban a ser las wapers mamonas) que buscaban a sus "ni-chuchas-recuerdo-cómo-se-llamaban-los-hombres" en una escuela llena de parodias de Daddy Yankee. Más de una intentó llevarse botas para emular los uniformes de la telenovela (por cierto, ¿qué pinche escuela "de élite" deja que las chicas se vistan como... como actriz americana de porno? duda existencial) y eso les costó un respectivo regaño y una razón más para odiar su desafortunado ghetto. Yo, personalmente, sentía cierto cariño por el primer CD que salió, pero fuera de ello nada del merchadising ni mucho menos la historia en sí me interesó.
MODA 2: EL DEATH NOTE NORTEÑO.
El reggaeton jamás ha sido de mi gusto, JAMÁS, ni siquiera ahora que Enrique "gemidos locos" Iglesias ha ingresado al mundillo dándole un toque menos sexoso y más fiestero, pero aprendí bien pronto que había algo peor: banda. Esa mezcla de instrumentos de viento que conocen aproximadamente sólo 7 u 8 notas, esas voces aguardientosas, esas temáticas dignas de Freud y... la parafernalia general estaba elevando la punta de su rudo iceberg en aquellos tiempos, y aún no era el monstruo metafórico de la primaria trunca y los memes que es hoy en día, pero ya se aproximaba mucho. La banda era de mucho más gusto femenino que masculino, quienes a esas alturas ya competían por saber quién era el macho alfa dándose golpes de pecho y descubriendo a sus "amigos inseparables" con quienes hacían experimentos dignos de Harry Potter (accio penne!), lo que significaba HORAS de sana diversión (ujum...) con chicas que encontraban en las profundísimas letras de Valentín el Gallo (o algo así se llamaba, no me acuerdo) y la Tres Veces Heroica Banda Cítrico Verde para expresar su vida romántica. Lo "mejor" era ver grupitos de tres o cuatro dudettes llorando a moco tendido mientras pitaban:
-¡Ay kemosión, mi kanzión! ¡Me ase yorar!
Sí, a mí también me hacían llorar... de dolor, principalmente.
(Por cierto que en este tiempo empezaron a morirse varios de los miembros de las bandas de... de banda, valga la redundacia).
MODA 3: EL GÉNESIS DE LAS MOXXITAS.
Metroflog. Sí. Esa "red social" que consistía en un imbécil (habitualmente tú) subiendo una fotografía (habitualmente de ti si estabas más o menos waper y si no, una de tu perrito o de un hombre/mujer buenón/a) para recibir "firmas"; era el Holocausto de la RAE, el suicidio colectivo de cualquier precursor de la fotografía, el... el infierno. Si eres demasiado peque para conocer a este monstruo, te explico que básicamente, Metroflog era la prima choni de cualquier otra red social que conozcas, un lugar mágico lleno de brillitos y fondos feos, donde podías modificar tu nombre para que se volviera un título moxxito y donde probablemente nació el "ziiighemeh y teh ziigoh".
Aquí sí debo admitir que yo tuve uno... y sí, le puse brishitos a mi título (shame *bell rings*... shame *bell rings*), PEEEEERO como yo en ese entonces era "Lobita gótica-burtoniana" imaginarán que todo se sostenía en fondo negro con tonos púrpuras y de vez en cuando rojos... y como mi cara era una cosa parecida al Ecce Homo post-restauración, subía otra de esas modas extrañas que surgieron para finales de la primer década del 2000...
MODA 4: AAAAAAAAIIIII KOMO ZUFROOOOOH~
"Que se mueran los emos" era el nuevo lema nazi de América Latina, y se hicieron mil parodias mientras la mercancía, la moda, la música y todo lo que termine con M (de muerte porque... emos...) no se daba abasto. Sí, para ese tiempo lo más peculiar y abusado no eran los otakus kawaiis, sino los emos; los peinados turbo lacios, el maquillaje corrido a drede, las camisetas de grupos como My Chemical Romance, Panic! at the Disco, The Rasmus y Green Day, las pulseritas con motivos cuadriculados, los mini moñitos que no te sujetaban ni 5 centímetros de cabello y por supuesto, la cereza del pastel, las imágenes dramáticas, pululaban un poco clandestinamente por miedo a que Cholo Man (es decir, el ganador del concurso fálico que mencioné unos párrafos atrás) decidiera ponerle fin a tu dramática vida con un buen "reta" donde habría "esquina" y todo lo que contribuye a explicar que la selección natural aún es vigente.

En general, las modas imbéciles han ido y venido a lo largo de la historia de la Humanidad (como esa costumbre de posar como idiotas para las pinturas apoyándose "así casuales" sobre escritorios desordenados, por ejemplo), y lo importante no es la lucha constante entre seguirlas o no, sino saber cuándo han ido demasiado lejos y cambiarlas a algo mejor... o peor.
Por cierto, les dejo el adorable post que me inspiró a escribir esta noche.
https://alcoronelmastersnotienequienlalea.wordpress.com/2014/07/20/sho-no-zigo-modaz/

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