FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



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miércoles, 18 de mayo de 2011

J'ADORE CHOCOLAT








ADVERTENCIA: Recomiendo que antes de leer el post se me traigan a un lado una cubeta de unos cinco litros, porque es probable que babeen. Las siguientes imágenes no son aptas para público sensible y antojadizo. ¿Viene?


Como diría Enrique "canto sentado en el WC" Iglesias:

Pueden pasar tres mil años

Pero nunca te olvidaré...

Es verdad, puedo yo tener 80 años de edad y nunca dejaré de amarlo. Es perfecto, dulce, suave pero firme, tiene un peculiar aroma que me enloquece y está ahí cuando es invierno para darme calor y en primavera para refrescar mis días.

Oh, te amo tanto.... ¡¡chocolate!! Si fueras hombre me casaría contigo. Y el 70% de las mujeres en el planeta también.

Ok, tal vez he exagerado (soné como maniática de metroflog o algo así) pero es la realidad. ¿Quién no ha sentido un placer equivalente (según dicen) a las relaciones sexuales o a la adrenalina de subirse a un juego mecánico ultra veloz? El que diga que odia el chocolate seguramente es un drogadicto sociópata sin papilas gustativas y gravemente enfermo de la cabeza con el Transtorno de Personalidad Limítrofe o algo parecido.

Si hay algo con lo cual pueden envenenarme es con un chocolate. ¿Qué tipo? ¡El que sea, vénganos el reino chocolatoso! Chocolate amargo, con leche, blanco, con nueces, almendras y otras tantas graciosadas, en tableta, en trufa, en helado, para beber... el chocolate podría bien marcar el final de Lobita el día que ascienda al asiento presidencial del país y los pejistas quieran matarme (o en todo caso los Antilobianos), pero hasta que ese día llegue, deleitémonos con este regalo de los dioses.

He aquí la imagen de Lobita con una experiencia extracorpórea: persiguiendo conejos de chocolate mientras agoniza por exceso de chocolate en la parte de atrás de una ambulancia.

El choco nació del árbol del cacao, procedente del Nuevo Mundo, principalmente Mesoamérica. En la época de mis ilustres ancestros, el chocolate era una bebida sagrada, destinada solo a los dioses y al tlatoani (emperador para los extranjeros). Las semillitas además servían como moneda, y era incluso de mayor valor que el oro, y eso que oro y otras preciosuras de esta índole abundaban como cucarachas en los puestos de tacos a dos pesos (hmm... aún tengo mis dudas de si esos tacos tienen carne de perro... o porqué se ubican a pocos metros de la morgue...).

Cuando el choco llegó a Europa, se volvió muy popular por su peculiar sabor, que desde ese entonces compite ferozmente contra el café por ser el amo supremo del amor de los habitantes del mundo (algo así como si MAK y yo nos peleáramos por... hmm... no sé, ¿unas vacaciones todo pagadas?). La historia del chocolate es vasta y rica como el chocolate mismo, y junto a su fama de superstar también llegan los paparazzis y las revistas de chismes que le culpan de cosas tan inverosímiles como la obesidad, el acné y la adicción. Aunque claro, conozco a una chica que si le dan café, o chocolate, o aspirinas, se pone como loca.

Algunas curiosidades curiosas sobre el chocolate:

-En el siglo XVIII el chocolate se vendía en las farmacias con diversasw combinaciones de otros productos propios de la Medicina para usarlos en caso de jaquecas, convalecencia y hasta antídotos contra ciertos venenos.

-Durante la primera y la segunda guerra mundial, el chocolate era alimento de primera necesidad para las tropas, y recibía el nombre de "Ración D".

-Se puede usar el chocolate en más de 500 recetas mundiales, algunas de ellas combinaciones raras como esa que hicieron en Londres donde es choco... con bichos. >.<

Pero el chocolate es más que una estadística, así que, para deleite y que tengan un exquisito orgasmo mental le dejo deliciosas imágenes. ¡Gózenlo mientras puedan!

Adiosito!!