Oficialmente hoy es solsticio de verano... ah sí, y a partir de hoy faltan tres días para el cumpleaños de Mamá Loba, pero ese no es el tema de hoy (quizá luego, pero definitivamente hoy no).
Verano. Esa palabrito mágica que escuchamos en lugares felices: canciones, películas, las voces de los estudiantes hartos de lidiar con profes diabólicos, las voces de los profes que quieren huir de sus alumnos infernales, los gringos que planean su escapadita a las playas de México a ver si logran hacer algo de su S.L.S.C.A.V.V.Y (Súper Lista de Cosas que Arruinar en Verano Versión Yankee, de la que les hablaré más tarde), los vendedores de helados, salvavidas, tejuinos, nieves raspadas, micheladas, cervezas, chanclas y otros productos que se usan cuando el calor está al tope gracias a la posición solar y al calentamiento global (momento para decir ¬¬) y, en fin, en muchos lugares la palabra "verano" tiene el mismo efecto que decir "comida" en una chafa excursión donde llevas tres horas y media caminando en círculos o "excentos" en clase de Cálculo.
Cuando llega verano, todo el mundo avienta por allá los cuadernos, los libros y los trabajos, y salen corriendo como recluso en libertad bajo palabra para gozar de casi dos meses (algunos benditos tienen hasta tres meses de summer breaks, o vacas de verano) de libertad sin límites, fiestas, viajes, paseos y sobre todo: de no soportar la jeta de su profe/jefe y mentársela vía Facebook (lo más habitual) sin temor de que el susodicho se entere, porque seguramente también estará de vacaciones en algún punto lejano de la Tierra hablando pestes de nosotros.
Pero de seguro querrán saber: ¿Y qué hará Lobita en vacaciones? ¡¡Pues lo que yo diario hago en vacaciones!!
TRABAJAR.
Ajá, leyeron bien, trabajar. Trabajar como burro de carga, como judío en campo de concentración, como hormiga en túnel, como Lobeznito que por flojo tiene kilos de tarea vacacional. Trabajar por la paga más triste del mundo, después del sueldo de los que contratan empresas como Technicolor y la siderúrgica: un mísero paseo en el interior de Lobolandia, desayuno incluído, 50% pagado. ¡ASÍ ES! Soy pobre y de familia numerosa, y tengo taaaaaaaanta mala suerte que, como TODOS los veranos, voy a quedarme súper encerradota en mi mugre manicomio (perdón, casa) en vez de conocer los dulces sinsabores de una playa a seis horas de distancia (que es lo más lejos que me queda la playa más, relativamente, cercana).
Siempre he soñado con unas vacaciones así:
Pero normalmente son así:
Lo que pasa es que, como cada verano, llega un visitante indeseado a las costas del Pacífico que se encarga de joderle la vida a los bañistas que planeaban salir pitando de sus prisiones de asfalto a estas encantadoras playas: el huracán.
No, no es un huracán, es EL huracán. Llega una vez cada año a la costa y provoca un desajuste climático que provoca... ajá, lluvia. Si mi situación no era ya deprimente, descubro que mi "Primavera en la Toscana" se volvió "Halloween en Londres" y de ahí a trabajar doble turno porque hay que salir a lavar la ropa, meterla debajo de un conveniente techo cuando llueva, volverla a sacar para que se medio seque, meterla de nuevo, sacarla otra vez, rezar para que la lluvia no caiga en la madrugada porque si eso ocurre habrá que reiniciar el proceso y ufff!!! olvídate de los paseos bajo el tierno sol veraniego, habrá que fingir que vivimos en Baltimore o algo similar si queremos ser felices (es raro, solo a mí parecen gustarme los paseos bajo la lluvia, excepto claro cuando son TOOOOOOOODOS los días, que es justo lo que pasa por culpa de EL huracán).
La última vez que fui a la playa, todo resultó hermoso: un mar alborotado por el efecto de la luna llena, un hotel modesto pero civilizado, comida italiana y bebidas sin límite, que se traduce a: PEPSI, PEPSI, PEPSI, PEPSI... y más Pepsi hasta reventar. NO ES de humanos ir a lugares como Acapulco en Semana Santa, a eso yo le llamo suicidio, en verano es taaaaaan relajante ir, porque auque haya un gordo bañista por metro cuadrado, siempre habrá lugar para tu lugar (valga la redundancia).
Se los juro, solo he ido dos veces al mar, y de la primera vez ni me acuerdo porque estaba yo en pañales (Mamá Loba me aseguró que mi primera ida al mar fue también mi primer envenenamiento etílico, por culpa de mi tío contrabandista que no halló mal en ponerme seis onzas de cerveza en el biberón), así que soy muy pobre respecto a experiencias "oceánicas". Mamá Loba asegura que esa actitud anti-pro-verano es normal en mi, porque soy signo Piscis y los Piscis no soportan estar alejados del agua, razón por la cual estoy hasta el copete de artículos de procedencia marina, o en su defecto, que lo aluden, como figuras de delfines y un paquete entero de conchas.
Lo injusto en todo caso es que hay gente que va cada tres meses al mar, y a estas alturas ya no sé si van solo por costumbre o porque aplican el dicho ese de "a comer y chupar que el mundo se va a acabar", pero yo, que ni siquiera deseo unas vacaciones V.I.P, sino solo un pedazo de océano para jugar, me tengo que pasar la existencia en Lobolandia y con un futuro incierto. Una vez mi mamá se ganó un viaje VTP a cualquier playa nacional para dos adultos y dos niños, pero no quiso cobrarlo siquiera, sin darme un motivo claro (¡¡por amor de Dios si era VTP a donde se nos diera la regalada gana!!), y desde ese día la nostalgia me gana más fácilmente.
Ya dije que no quiero un gran viaje a Cancún (aunque sería buena idea, para visitar el templo de la diosa Ix'Chel), ni un Acapulco por dos semanas. Solo ruego por un par de días en la playa más triste del mundo para llorar y luego reírme, y jugar hasta que el ocaso llame a las gaviotas a dormir y yo también me vaya a despertar de ese hermoso sueño que es la vida y volver a la dura realidad.
4 comentarios:
Lástima, esta es una gran época para mí, me encantan las lluvias tipo Londinenses y en el df es bonito caminar bajo la lluvia; si eso fuera todos los días, toda la semana siempre andaría contenta.
¿Feliz verano?
Oye tranquila, las vacaciones se las da uno solo intenta organizarte unos minutos al día para ti (: y las lluvias no son tan molestas son la melancolia en una expresion muy grande o de muchos Litros jaja, y si todo fuera siempre calor y sudor también sería molesto. Disfruta el verano!
Como hay gente que ama el verano hay gente que lo odiamos, prefiero la llegada del otoño porque es la temporada de lluvias, pero gracias a los huracanes aquí en el sur ha estado lloviendo y sin nada de calor.
Tengo una amiga que viene de una playa que se llama Mazunte y luego nos invita a ir pero como odio el calor no voy nada más, ironías de la vida no?
Por cierto me dio mucha risa las imágenes
Lo que me gusta del verano es poder comer helado, es tan dulce y refrescante sin el no hay nadie que aguante, Uff! Lobita, lamento mucho no haberme pasado aqui antes, ni aqui ni a ningun otro lugar de la web, estaba en un suicidio cuantico, pero pues ya regrese, o más bien, hoy me hicierón regresar XD, comentare lo que hay m{as arriba y de nuevo a la actividad bloggera, porque hay mucho que contar n_n Sonrisas!!
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