FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



domingo, 14 de agosto de 2011

UN CANTO FÚNEBRE PARA ELLA, LA DUDOSA MUERTE EN QUE MURIÓ TAN JOVEN

Creo que es el momento justo para hacerme una limpia con huevo o sumergirme en el lago Estigia o cualquier otra cosita similar, porque cada 5 minutos me pasan desgracias. El problema es que el turno hoy fue de...
Ajá... para ella:
Lamento mucho informarles que el pasado viernes 12 de agosto mi pequeña y esponjosa Maya murió por complicaciones post operatorias. :'(
Así que hoy honramos la memoria de mi gata (el único gato que he tenido y que me ha gustado de verdad, porque siempre he dicho que los gatos son de las mascotas menos agraciadas del mundo mundano) con dos obras. La primera es cortesía de MAK, que escribió este cuento hace muchos ayeres para el post 200 (y que por culpa de los Lobi Awards no se pudo publicar).

La Luna, Lobita.


Quizás era por sus grandes ojos redondos y negros, quizás por su incomparable costumbre de mirar la Luna por las noches (cuando podía), quizás era por su extraña manera de comportarse o por su cabello que se acomodaba de esa manera dotándole de un cierto aire libre, pero es que al verla a los ojos siempre se evocaba la imagen de un lobo mirándote, es por eso que todos la llamaban Lobita.


Extraña composición se apreciaba al ver a Lobita pasear a todos lados con Maya, una pequeña gatita con una gran mancha alrededor del ojo izquierdo como si tuviese un parche en él. La extrañeza sería la misma al observar un perro cuidando a un gato, o un gato protegiendo a un ratón. No imposible pero sí muy poco común.


Ambas caminaban a paso lento y acompasado cuando recién el día había muerto y era muy temprano para observar la luna, cuya aparición Lobita esperaba como si fuese un fenómeno natural maravilloso, y de cierto modo, siempre lo era.


Después de unos cuantos minutos llegaron a aquella conocida banca del pequeño parque, aquella banca única por su ubicación ya que ningún árbol con sus ramas invadía la visión de un cielo familiarmente estrellado. Tomaron asiento, Lobita recargando su cabeza en el metalico respaldo mientras Maya acomodaba su cabeza en la pierna de su compañera; ambas mirando sin ver, perdiéndose en la mar de sus ideas, las de Lobita siempre enfocadas a esa extrañeza que le parecía todo, como si viviera en un mundo que no era el suyo, sin identificarse completamente en él, sintiendo cada día el abismo que la separaba entre aquella raza y ella misma preguntándose si no se sentiría mejor siendo alguien más... o algo más.


Pasaron los minutos hasta que la Luna se alzó sobre el firmamento implantando su reinado entre sombras y luces; tan grande, tan hermosa y tan inmensa, aquella a la que Lobita tenía por el mejor tranquilizante para su alma se presentaba majestuosamente frente a ella, como si pidiera que Lobita le contase sus penas, como una bondadosa reina escuchando a sus súbditos para poder ayudarlos.


Lobita murmuró una petición desde el rincón de su mente, una petición de la que ella no fue totalmente consciente pero que deseaba de verdad y suspiro tranquilamente. Se sentía tan liviana que un suave sopor la invadió lentamente relajando su cuerpo y su mente, hasta que sus ojos se cerraron sin que lo notara.


La mitad. La visión siempre llegaba a mitades pero ya estaba acostumbrada, incluso ya no le incomodaba. Había momentos en que se olvidaba de aquella limitante visual (hacía años había perdido la vista del ojo izquierdo), Maya se levantó bostezando ruidosamente extendiendo al máximo sus miembros.


-Ay Lobita- dijo Maya acariciando al pequeño cachorro de lobo a los pies de su cama- soñé que era un gato; de hecho era tu gata.


Salió de la cama con un ágil salto posando ambos pies sobre el suelo al mismo tiempo tan sigilosamente como un gato.

Gracias a MAK por ese cuento tan lindo. Ahora sí, viene mi "canto fúnebre".

SWEET MAYA'S LULLABY
Y aquí yace, durmiente
Sus ojos azules de hielo y de mar
Cerrados, en vano queriendo mirar
Aquél Paraíso que ha ido a buscar.

Aquí duerme, callada
Su pelo de seda que no limpiará
Sus patas veloces que no correrán
Si no es hacia el cielo que quiere encontrar.

Ahí muere, soñando
Sin más alboroto la noche cruzar
Sin dulces canciones que me iba a cantar
Sin ver más mi llanto de horrible pesar.

Descansa, gatita
No sientes más frío, no sientes pesar
Por un suelo duro que te hizo jugar
Y un alma que siempre, siempre te amará.

Despierta, tesoro
En ese gran cielo que tú cruzarás
Antes de que un ángel te logre adoptar
Y antes de que yo te pueda olvidar

Olvidar, mi vida
¡Jamás!

Bueno, así las cosas. Esta de plano no ha sido mi mejor fin de semana pero... ya qué :/ adiosito!!!

2 comentarios:

Reinhardt Langerhans dijo...

Lobita u.u
En paz descanse vuestra amada mascota Frau Maya. No es el mejor momento para un pérdida, pero la muerte es de esas cosas que hacen que valores más a la vida. "Carpe Vitam" es lo que a veces digo.

Y bueno, te puedo decir que no hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo aguante.
Seguro te viene una temporada buena :)

Paz, buena vibra y mucha suerte.
Saludos.

Guerrero dijo...

Oh no, que malas noticias tengo que recibir en estos días también... Que en paz descance, realmente me habia encariñado con ella aunque no la conocía =(