FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



jueves, 3 de febrero de 2011

"Y EL CUERVO DIJO... CÓMETE MIS PANTALONES!!"

Oh sí, otro misceláneo, o más bien pseudo misceláneo, porque el día de hoy tiene tema: lso promenores de ser yo en una ciudad como Lobolandia.
Pero antes de lo importante (jajaja...) Lobita contestará algunas dudas, por ejemplo:
P: ¿Porqué cambió el blog?
R: Porque ya estaba aburrida de lo mismo.
P: ¿Porqué, si te gusta tanto Poe, no tienes un cuervo de mascota?
R: Busqué uno en funny lab y no había (sniff).
P: ¿Qué hay del título?
R: Mis decires y haberes, con pinturas de Dalí y Van Gogh, Julio Verne, Beethoven, Edgar Allan Poe, Robert Downey Jr., la diosa maya Ixchel y Mamá Loba junto a Lobeznito. ¡Oh! y yo también.
P:...
R: Gracias por los 5 minutos de cultura.
Bueno ya, volviendo a lo verdaderamente importante, déjenme contarles lo que Lobolandia viene a ofrecerle a la gente normal.
Lobolandia, ubicada en algún punto centro-occidental de nuestro México lindo y querido es una urbe más bien pequeña en la que es normal que se combinen los monumentos antiguos, con su respectiva carga de leyendas y melancolías, y los mega edificos modernos que la hacen lucir como una maqueta de Nueva York. Lobolandia cuenta con más kínderes que ningún otro sitio en el país (creo) y las oficinas del gobierno están atestadas de secretarias inútiles y campesinos queumbrosos. Hay calles que están hasta el cuerno de gente, y otras más solitarias que Whitechapple en 1888 (para mayor informes, consulte la Wikipedia buscando "Jack el Destripador", pero por favor no vea las fotografías), y por cierto, ¡TENEMOS NUESTRA PROPIA WHITECHAPPLE! unas cuadras de mala muerte que durante 20 horas al día tiene señoritas de la vida galante, pero si de veras quieres sentirte en ambiente, ve allá a partir de las 8:00 p.m. ohhh, sí. También tenemos dos o tres bibliotecas con libros enpolvados (el año pasado el encargado de la Biblioteca Pública se cansó de sacarle brillo a los volúmenes porque casi nadie los toca... sniff...) y en su mayoría desiertas, excepto de 2:00 a 4:00 p.m, cuando algunos estudiantes universitarios visitan el lugar por orden extricta (buuu...); hay un promedio muy alto de librerías que exhiben los relatos de Stephanie Meyer y Paulo Coehlo, excepto una que es la librería más hermosa del mundo, pero eso les cuento más adelante. Cantidades enormes de restaurantes cantoneses (guácala!!) un teatro enorme y otros tres o cuatro chiquititos, varios templos coloniales y uno que otro estilo newyorkino (sin las negras que cantan gospell), incontables bares y tiendas de licor, supermercados, mercados normales, tianguis ambulantes y un callejón misterioso que, como oasis en el desierto, guarda en su interior a los artistas lobolandinos, que todos los días se la pasan ahí bailando, pintando y actuando.
Sinceramente yo me acoplo fácil a la ciudad, y mi gran placer es visitar los restaurantes, las plazas y claro, las librerías. Me enferma ver ahí las horribles caras de australopitechus de los luchadores de la WWE en libros de colorear, pero qué se les va a hacer. Hay biografías gigantes de pintores y escultores, libros de interés general, los de Dummies, libros religiosos y escolares... y habitualmente, al fondo de este salón que marea con su océano de pseudo ciencia y falsa felicidad literaria, están los antiguos clásicos que yo tanto quiero; ahí, de buenas a primeras me conpré el de Drácula de Stoker, a Maquiavelo, y hasta el Marqués de Sade (oh sí, leí a Sade). No me haré la santa, también he leído los de Narnia y Harry Potter, pero seamos francos, ¿qué prefieren, una escuela de magia o una adolescente enamorada de un vampiro? al menos Dios aún es justo y no he visto nada de Justin Bieber ahí, pero esperen y verán...
Total que viene a mi memoria cierto día que me lancé a la ciudad a buscar unos libros de la escuela. En la librería de siempre no lo tuvieron (ahh, cómo me pesó no haberme comprado El Sabueso de los Baskerville en lugar de la lacrimógena y deprimente Memorias de África...), y tuve que caminar varias calles río abajo, por decirlo de cierto modo, y llegar a otra librería que nunca había visitado. Señores, no tienen idea de lo que era eso... un paraíso terrenal. Libros y libros por todos lados, y no libracos inútiles, sino clásicos verdaderos que me miraban seductoramente desde estantes y mesas a lo largo y ancho; y más adentro (¡Dios mio!) un salón circular al aire libre con cómodos sofás y divanes y una cafetería incluída donde uno podía sentarse a leer, beber un frapuccino y escuchar a Chopin, ¡oh, bendita librería! ahí los clásicos no cuestan más de 80 pesos, y es Meyer la que se llena de polvo en los estantes en lugar de Baudelaire, ¡oh qué belleza!
Pero bueno, todo lo maravilloso tiene que acabar, y comprado mi libro regresé a mi casita, soñando despierta con ése hermoso lugar. Algún día volveré... cuando me pidan volúmenes nuevos en la escuela.
Para finalizar, los invito a mi boda.
Nuncamás: (dejando de espulgarse las alas) ¿Tú, casarte? ¡Jajajajajajajaja!
Pues aunque no lo crean, hmm. Bueno, no precisamente casarme de blanco en una iglesia con un montón de "artistas invitados" y del brazo de algún inepto, sino que me casaré emocionalmente con cuatro hombres...
Nuncamás: ¡POLÍGAMA!
Cállate ¬¬. Los afortunados novios son nada más y nada menos que:
Charles Chaplin.
Wolfgang A. Mozart
Robert Downey Jr. (contrato prenupcial adquirido, por si las moscas)
Edgar Allan Poe.
¿Y porqué? En un mundo donde evidentemente la raza humana comienza a caminar en retroceso debido a las nuevas tendencias de la cultura de masas, las nuevas tecnologías que nos dicen que blah blah blah... en resumen: PORQUE SE ME DA LA GANA.
Y como estos cuatro caballeros son mi ideal de hombre desde cualquier sentido... pues... me buscaré algún Chaplin o un Poe entre mis semejantes. Si los hallo, Lobita será mamá de uno o dos lobeznitos, si no, viviré soltera y despreocupada.
Adiosito, y recuerden, coman pizzas y tamales.

4 comentarios:

El Ser Supremo dijo...

Jajaja elemental mi querida lobita jaja me gusta esa frase, y a cuantos de esos conoces?

Mar dijo...

Ejem, ejem.

No hay matrimonio más conveniente en el que el marido esté muerto, así no hay defectos qué descubrir, o bien uno que se muera lo suficientemente rápido para no llegar a la desilusión.

Se ve bonito Lobolandia, aunque no creo dejar de lado mis queridas bibliotecas que tengo a la mano, aunque aquel paraíso que describes se ve realmente acogedor.

¿Coehlo?, ¿Es broma? Jebús, hasta me da escalofríos de tan solo imaginarlo.

Saludos, Lobita.

Guerrero dijo...

Por lo menos las bibliotecas de Lobolandia tienen libros no que aquí puro polvo encuentras... ah y libros de Crepúsculo.
Mira que con esos 4 estarías más que satisfecha...

saludos

DigiL-Matt dijo...

tengo que encontrar dichosa biblioteca
suena como un paraiso terrenal


y por cierto este 1 de febrero se cumplen 54 años de la muerte de Buster Keaton (rival de Chaplin y director, guionista y protagonista en Sherlock Jr. tambien conocida como el moderno Sherlock Holmes)
iba a hacer un especial de el pero se me olvido y pasare la fecha para octubre