FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



jueves, 10 de febrero de 2011

CREO QUE HITCHCOCK ESTÁ JUGANDO CONMIGO (POE Y KING LO APOYAN)

Jamás imaginé que esas películas de terror americanas en que al protagonista en cuestión lo persigue un fantasma maldito fuera real, pero aparentemente sí lo es. Y creo que el fantasma en cuestión es Alfred Hitchcock, el que traumatizó a toda una generación de almas con la famosa escenita en la regadera de Psicosis (la musiquita es simplemente la más terrorífica que jamás he escuchado jejeje), quien halló en su segura servidora un hermoso juguetito. Y no es todo, al parecer Stephen King (que aún no ha pasado a la gloria) está en total acuerdo con el espíritu de su mentor y tal parece haber escrito el guión de mis desgracias. Poe, como siempre, se mete al ruedo, pero en lugar de torturarme como este par, parece querer enfocarse al único lazo viviente que poseemos: los gatos.
Les explico mi macabra situación: aún no acaba la semana y ya me pasaron cosas horripilantes que parecen sacadas de algún relato de horror de este singular trío de sociópatas. Por ejemplo:
El otro día la maestra de Ecología nos sacó a jugar algo que se parecía al "pato ganso" (si no saben lo que es vean Los Simpson, una vez lo jugaron ahí), y en una de esas, uno de los "patos" me dio una tremenda patada accidental en la rodilla y ahora... siiiiiiiii... tengo un moretón del tamaño de Marruecos (y si lo ven de cerca, TIENE LA MISMA FORMA QUE MARRUECOS). Lo peor es que por la forma en que duermo siempre termino tocándome ése lado de la rodilla y el dolor es insoportable. Auch.
Pero las desgracias no se detienen aquí, ¡hasta creen! Incluso el payaso Eso temblaría de pánico (o quizá no, dado que vive en una alcantarilla) al ver lo que pasó en el baño de mujeres de mi escuela. Resulta que el agua de los baños no bajaba ni por error, y cuando yo entré al dichoso WC para hacer lo que debía hacer, ¡horror! TODAS las tazas tenían un "lindo regalito" flotando cual submarino espía ruso en medio de un inmenso océano amarillo, bueno, menos el baño del fondo que era algo así como el Mar Naranja (guácala). Pues ni modo, busqué el que tenía el "mini submarinito" por ser el más decente, me senté con los ojos cerrados y recé a San Amadeus para que no me pasara un asqueroso efecto secundario que dejara aún peor los baños, y salí viva de la experiencia. Oh sí, luego de tantos baños públicos a lo largo de casi dos décadas de vida (bueno, menos de dos décadas) uno se vuelve un Survivor nivel 5.
Y sin embargo ¡la pesadilla no acaba aquí! Por si esto fuera poco, mi pequeña y extraña gata lleva ya dos noches haciendo un ritual por demás fastidioso: primero, antes de dormir, se acicala largamente cual diva de cine clásico, luego me lame los dedos hasta haberlos "bañado" y cuando apago la luz se baja de mi cama a tomar un poco más de comida y luego vuelve a su sitio habitual a dormir. Pero ¡oh! eso sólo dura unas dos o tres horas, porque luego se despierta y... ¡empieza el espectáculo!
Entre las tres y las cuatro de la mañana, mi gatita se levanta, se acicala vigorosamente, y luego se acuesta lo más cerca posible de mi cara ¡a sacarse las uñas sobre mis brazos! bueno, mínimo los cubro con sábanas para evitar futuros accidentes, pero aún así su violento ronroneo y su terca necedad de sacarse las uñas sobre piel humana me hartan y termino empujándola a los pies de la cama. ERROR, la gata muy orgullosa baja y sube de la cama varias veces, maullando como histérica, y no sólo eso, noooooooo, ella tiene un repertorio completo de sonidos: maullidos, gemidos, suspiros, ronroneos que suenan como "brrrrrrrr!!", lloriqueos, bufidos y sabrá Dios qué tanto más, y mientras tanto salta de un lado a otro haciendo un ruido de los mil demonios, y no importa cuántas veces me salga yo de la cama para aplacarla, ella volverá... Y anoche justamente su extraña curiosidad nocturna la hizo tumbar un adorno de porcelana blanca, regalo de mi abuelita, y dio con él hasta el suelo. Total que me levanté muuuuy harta de su actitud, y luego de meterle dos o tres nalgadas, recogí los humildes restos de mi pobre adornito y echando a la felina sobre un edredón para que se durmiera de una buena mugrosa vez.
Encima de todo, ayer hubo para comer verduras al vapor (fuchi) y tuve un desengaño amoroso tipo programa chafa de adolescentes norteamericanos qur ni la pena vale contar, también ya tengo dos trabajos encima y tengo un aterrador presagio sobre mi amada Salieri... ¡perdón!, quise decir mi querida maestra de Artes. ¬¬
Yo creo que las personas tenemos almas gemelas provenientes de un pasado remoto, y de ser así, el alma gemela de mi maestra debe ser nada menos que Anton Schindler, el inútil biógrafo que era medio transa, falso amigo de Ludwig Van Beethoven. Sí, es uno de esos días en que quisiera ser Annabel Lee y tirarme al mar a ver si cambia un poquito la situación.
Hablando de Annabel Lee (cinco minutos de cultura), ODIO ese poema. Estará muy romántico y todo eso pero la verdad, un poema de ésa índole viniendo de un escritor de relatos macabros resulta tan grotesco como un luchador de la WWE comiéndose una paleta de corazón. De veras, leánlo, ese poema EMPALAGA, lo cual está bien si recordamos que viene el día de San Valentín (la que me parió... ¬¬), y lo único que vale la pena es saber lo que sucedió luego de ser escrito.
Usemos la IMAGINACIOOOOOOOOOOOOOOOOOON:
Estamos en el año de 1849, Poe acaba de morir, su cuerpo está en el féretro y en el cementerio nomás está él y uno que otro amigo suyo. Entonces aparecen no una, ni dos, sino tres mujeres a pelearse. Una de ellas, Sarah Withman, poetisa con narices de tucán, asegura que Poe escribió el poema de Annabel Lee pensando en ella; otra, Elmira Royster, novia de su juventud y con la que estuvo así de casarse, llega también y dice que es suyo; luego, llega Anna Lewis (que también está más fea que las arpías griegas) llega y dice que ni se ilusionen las bitches, porque el poema es suyo. Ahora, las tres están peleándose el mugroso escrito sobre el ataúd de Poe, que de seguro miraba la escena desde fuera en forma de fantasma y se quería suicidar, claro, no podía porque ya estaba muerto, pero de haber podido, se suicida porque se suicida.
A esas señoras yo les diría: ¿para qué pelearse por eso? No hay nada más vergonzoso que alguien te dedique un poema o una canción. A mí me dedicaron un poema cuando tenía doce años, que iba más o menos así:
Lobita y sus ojos egipcios
Su piel del color de la arena
Su amplia voz se disparse
Por el desierto que la rodea
Y seguía así... por largo rato. Unas dos o tres estrofas más, pero solo me acuerdo de eso (gracias al cielo).
Los dejo con un consejo: de nada sirve querer espiar a los vecinos terroríficos de la cuadra, en primera porque con sus escándalos diarios no es necesario, te enteras hasta de su infancia en el rancho de San Atotonilco de Jujutla, y en segundo porque con lo astutos que son es probable que te estén espiando ellos antes de que tú hagas algo siquiera.

4 comentarios:

Ale-chan dijo...

lol

San Atotonilco de Jujutla

XD Que gacho vivir en un lugar que se llama así.

Ánimo! Me cae que necesitas una limpia!

Guerrero dijo...

Ánimo que ya es viernes jaja
Pues que mal lo de tu gata, ponle algo en su leche para que duerma todo el día...

saludos

Mar dijo...

Deberíamos fundar una asociación de personas con moretones de formas geográficas.

Mala semana, a todos nos pasa y a otros nunca nos termina de pasar.

Saludos.

Michell Cerón dijo...

Bueno una cosa es un poema mal escrito de alguien sin talento literario y otra cosa uno de un verdadero poeta, vaya te han pasado muchas cosas aterradoras, seguramente podrian ser muy utiles como fuente de inspiración para una novela o un cuento :/, cerca de donde vivo existe un lugar llamado Atotonilco de Tula XD.

Sonrisas!