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sábado, 14 de abril de 2012

EL PROFUNDISIMO MAR AZUL (O "DE LO QUE TE PIERDES POR NO VER CINE RARO")

Las vacaciones de Lobita han tocado su fin (esperen, ¿tuve vacaciones?) y como siempre, finalicé esta extraña y medio truculenta jornada viendo lo que los críticos llaman habitualmente "cine de arte" pero que la gente común llama "películas raras que nomás los nerdazos ven". Pues bueno, no seré nerdaza, pero la cinta que vi sí me pareció muy distinta al contexto acostumbrado y por eso me fascinó. Bueno, por eso y por otras razones que les contaré... más adelante.
The Deep Blue Sea (o sease El Profundo Mar Azul, o más gramáticamente correcto, El Mar Azul Profundo) es una cinta del 2011 de ésas que hacen los cines experimentales más allá del Atlántico y que habitualmente los cines de éste otro lado del océano se pasan por el arco del triunfo, hecha por un tal Terrence Davies y en el que participan como personajes principales Rachel Weisz (Evey O'Connell en La Momia) y Tom Hiddleston (mejor conocido como Loki en Los Vengadores). Pero bueno, vamos a lo importante.
Ésta historia, ambientada muy convenientemente en el escenario más deprimente posible...
NUNCAMÁS: Clase de Derecho Procesal??
Aaaaah... no, no taaaaaaaan deprimente... Se trata de Londres allá por los años 50's. Bueno, ésta historia comienza con una chica llamada Hester Collyer Dios, que nombre más feo (Rachel Weisz) quien se siente deprimida e intenta suicidarse tomándose unas pastillas. Luego de eso tenemos un breve flashback en el que nos explican su historia: Hester está infelizmente casada con un juez más ruco que cualquier profesor que ustedes tengan, que además de todo padece mamitis aguda y, aunque le da una vida aparentemente cómoda a su mujer, ella simplemente no es feliz. Entonces conoce al adorable pero infantil Freddie Page (Tom Hiddleston... sí, ya se que su apellido parece trabalenguas pero ni modo), un ex piloto militar con sueños guajiros de vida idílica, que naturalmente con su encanto y magníficos ojos bicolor (a veces verdes, a veces azules...dependiendo de la luz) la hizo caer redondita y a los 7 minutos de película ya nos estaban protagonizando una escena de... ejem... hacer bebés.
Naturalmente al poco tiempo el esposo se entera de la infidelidad de su mujer y toma la extraña resolución de dejarla largarse con el ex piloto, pero no le da el divorcio. Aqui se nos acaba el flashback y volvemos a la bizarra realidad, donde entre otras cosas asistimos a un montón de discusiones entre amantes, súplicas del esposo, cartas y cartas arruinavidas y ataque psicologicos que finalizan de la manera más deprimente posible. No les contaré el final (muajajaja) pero sí puedo adelantarles algo: creyentes leales de las Brontë y Shakespeare, favor de alejarse de esta película.
Ahora sí, la crítica: ¿Qué es lo bueno? Pues como dije, es una película medianamente rara, y muy poco conocida en estos lados del mundo (es británica), y por lo tanto no hay una mega producción hollywoodense tratando de hacerla comercial. Conserva un aire más bien melancólico todo el tiempo, con pequeños brotes de esperanza (no, no felicidad); la iluminación, tan propia del clima londinense, acentúa todavía más la sensación de intimidad en la atmósfera, como si fuéramos espectadores de un pleito novelesco entre vecinos. Lo más impactante es ver una historia de amor que, por más que odiemos admitirlo, parece el Titanic dirigiéndose a máxima velocidad al iceberg; los personajes tienen una estructura única, más humana y por lo tanto más incomprensible, desde el esposo aparentemente cobarde y masoquista, hasta la chica con problemas de bipolaridad, y el galán que es más sensible que imán a medio centímetro del refrigerador. La música también ayuda, un concierto de violín que a ratos te anima y a ratos te da el bajón, sin grandes soundtracks, tal y como hace una obra independiente.
¿Qué es lo malo? A lo mejor, como no pasa nada especialmente excitante (caso aparte la escena del minuto 7:15) puedes sentir que le pierdes las ganas a la historia, hasta puedes llegar a decir "esto ya valio mauser, mejor ni la sigo viendo". También, como dije, no es apta para ese público acostumbrado a que todo sea miel sobre hojuelas, o que al menos haya final feliz; es básicamente hora y media de agonía visual y emocional, así que a los que no les guste, o les enfade el cine de arte, mejor absténganse.
¿Y con cuánto la calificará Lobita? Fácil, con un 9.6, pues tuvo una que otra fallita menor, pero lo importante fueron las actuaciones de la Weisz y claro, del nuevo producto importado, o sease Tom Hiddleston.
Ah, y hablando de Hiddleston...
Este señorito de acá arriba viajó del noveno círculo del infierno hasta el séptimo cielo de Alighieri en un solo año. Producto importado de Gran Bretaña y apenas doce años mayor que la Lobita, este muchachito que estudió en la ultra reconocida universidad de Cambridge (y terminó sus estudios) era hasta hace poco conocido solo en sus tierras por trabajos en la T.V como la empalagosa Return to Crawford, o la estrambótica Suburban Shootouts o la serie policiaca Wallander, además de otras pelis como Archipielago y Unrelated. Pero saltó a la fama mundial haciéndola de Loki, el hermanastro de la rubia dorada Thor; sus ojitos de cachorro abandonado a la interperie le valieron las babas y lágrimas de miles de féminas alrededor del mundo, aún más que los bien torneados músculos de Chris Hemsworth, y próximamente amenaza con provocar un revuelo irónico en el cine gracias a su participación como villano principal de Los Vengadores (adivinen quién piensa asistir a la premiere aunque se quede pobre y tenga que empeñar sus libros). Pero ustedes seguro se preguntarán, y eso qué relevancia tiene para este blog??
NUNCAMÁS: Aquí viene Capitán Obvio...
Sí. Lobita ha rememorado su amor (casi parafílico) por Inglaterra y por todo lo que viene de ella (té, detectives, asesinos psicópatas, la monarquía, la ropa de la época de los Tudor...), incluyendo a los actores. No es la primera vez que me fijo en un actor británico (inserten flashback donde aparecen las caras de Daniel Radcliffe, Gary Oldman, David Thewlis y Ralph Fiennes mientras se oye de fondo una cancioncita de los Bee Gees), pero la novedad es que este no solo es el primer actor que me agrada que terminó felizmente la universidad, sino que entre su estuche de monerías sabe hablar francés (inserten cara de pedobear...no pregunten porqué), sabe bailar, conoce de memoria sonetos de Shakespeare y su mayor amor en el mundo son Los Muppets y el pudding (una especie de postre británico). ¿Lo mejor para las fans? El tipo es soltero. ¿Lo malo? Su extraño manager, que parece mirar con ojos homicidas a las fans cuando se acercan demasiado.
Si quieren ver más del trabajo de éste muchacho, chequense sin pérdida de tiempo War Horse (la película más lacrimógena de los óscares), Medianoche en París (otra joya bizarra de Woody Allen), Thor (si no les convence por ser una pelicula de superheroes, piensen que ahí verán a la hermosa Natalie Portman y a juay de rito... perdón, a Anthony Hopkins dándole con tubo a la historia) y claro, ésta última que les mencioné. Seguro que no se arrepentirán.
Adiosito!! Y preparémosnos para el próximo mugriento lunes en que volvemos al estrés escolar y/o laboral.

1 comentario:

Alexander Strauffon dijo...

¡Los nerdazos! Jaja, me hizo reír.

Me agrada David Lynch, en cuestion de peliculas de dicha categoría. :)