OTRO vs: DEAD FISH y GAME 6

En definitiva estas dos películas son como el agua y el aceite, la Lobita y las Matemáticas, la borrachera y la resaca, el "subidón" y el "bajón", el "momento borrado de tu cabeza de la fiesta de hace un mes" y... las ronchitas ésas raras que te salieron en salva sea la parte. En resumen: son todo lo opuesto.

Una, es de Inglaterra. Otra, de Estados Unidos. Una, trata de un crimen curioso y un intento de salvación. La otra, habla de un juego importantísimo y un intento de homicidio. Una, tiene rostros ajenos; la otra, rostros conocidos. Una tiene revueltos criminales encantadores y adolescentes alocados; la otra, actores desesperados y deportistas detestados. Entonces, ¿qué tienen de común?

¿El director? ¿Algún actor o actriz? ¿La banda sonora? ¿El chavo que lleva los cafés?

No, no, no y no que yo sepa son las respuestas (respectivamente). Entonces me van a decir: bueno, y cuál es la mugre similitud? Ah, bien fácil: pasando por alto el hecho de que ambas las ví (sino ps como para qué las comento, ¿no?), es que las dos son, a su modo: TOTAL E IRREVOCABLEMENTE BIZARRAS.

La verdad, es que he visto películas medio marcianas antes, pero estas dos las he decidido enfrentar por lo... hilarantes, frikis, ligeramente misteriosas y sobre todo, "callejeras" que resultan.

DEAD FISH
Creo que también le llamaron Deuda de sangre o algo así. Bueno, a lo importante. Esta peli, en la que salen Gary Oldman (por mucho, mi Drácula cinematográfico preferido y mi londinense friki más consentido) y Elena Anaya, es una trama rapidísima que ocurre en un promedio de 20 horas o quizá hasta menos.

El show va así: un asesino a sueldo, mitad asesino mitad gigoló (o algo así :/) pierde su celular al confundirlo con el de un chico que pelea con su novia. Bueno, nuestro "asesino" se da cuenta no sólo del cambio, sino del interés (algo enfermo, por cierto) que le ha despertado la novia del chico, la cual, por cierto, pelea con él porque tendrán... ¡un bebé! El chico y un amigo suyo (un hippie psicodélico adicto a la hierba y algo retarado... leyeron bien, dije retarado) se encuentran hasta el cuello con una deuda monetaria que han tomado con un dueño de un club sin escrúpulos y que adereza TODAS sus conversaciones con la palabra "fuck" y derivados verbales. Al mismo tiempo, con el celular erróneo se enteran de que un tal Samuel Fish es el blanco del asesino, y mientras tartan de salvar sus propias vidas, un amigo del asesino (otro asesino, pero más torpe que Rupert Everett en todo caso) es enviado a investigar el porqué su compañero parece no estar cumpliendo su deber, y en el proceso debe ser atendido por un tal Dragan, un criminal extranjero que, harto de él y de su forma de hablar, termina matándolo mientras van en unas bicicletas en una carrera a toda velocidad (les dije que era bizarra, ¿no?) y, posteriormente, muere él mismo.

El descenlace consiste en que al asesino (quien de hecho secuestró a la novia de nuestro patético héroe) muere cuando el hombre a quien el chico y su amigo deben dinero le dispara, y, ya que le salvaron la vida al tal sr. Fish, él paga la deuda pendiente de los muchachos y... ¡todos contentos! Sí, lo sé, sonó muy anormal.

Si les sonó rara la trama, espérense a ver lo que sigue a continuación:
GAME 6



A primera vista, la película suena a la típica historia gringa de weyes adictos al beis, ¿no? pero tiene sus puntos psicóticos (que adoro) que la vuelven una historia mitad chafa mitad extraña. Así que es cuestión de que nos devanemos (un poquitín) los sesos (si tenemos) y nos sumerjamos en su loca trama. Aquí sale como gran protagonista mi Batman favorito: Michael Keaton, que a todo me parece un buen actor poco valorado y, la verdad, desde que ví la película que hizo con Nicole Kidman (creo que se llama "lo mejor de mi vida") está entre mis favoritos.

Ok, la película habla de un escritor de obras teatrales en la pequeña Nueva York que tiene la gran premiere de su obra justo la misma noche en que los Red Socks jugarán contra los yo-no-me-acuerdo. Pues bien, aparte de su vena fanática a los red, el escritor se ve plagado de broncas: su precoz hija (¡tiene mi edad la mocosa! ya les contaré de mi descontento más adelante) no aguanta la idea del divorcio de sus padres y le joroba la vida, su esposa intenta sacarle el mayor dinero posible, su actor principal tiene un parásito en la cabeza que le hace olvidar sus líneas y, para acabarla de amolar, el crítico de teatro más poca abuela de toda la ciudad será el encargado de criticar su obra. El misterioso sujeto cuida tanto de sí que nadie sabe donde vive (porque si supieran, le harían la hurracarrana entre todos los escritores y directores de dramas a quienes les dio en toda la madrecita sus carreras), pero en el proceso nos enteramos que de verdad es friki por excelencia. Total que el escritor este (creo que se llamaba Nicky) recibe de todos sus seres queridos un consejo: que mate al crítico, idea que desolla al instante, y prefiere perderse su debut (a sabiendas que su debut será también su despedida por culpa del tipo ése) y termina viendo con una taxista el juego de beisbol en un restaurant-bar.
¿La mala noticia? Que los red pierden y, como todo buen bruto... perdón, como todo buen hombre, decide vengarse del único modo que se le ocurre: ¡matando al crítico! ¿La peor noticia? Que cuando da con él tiene un motivo extra para mandarlo a mejor vida: ¡se lo encuentra con su hijita! (Pausa para decir: ¿así o más mustia transa la chica?). Pero nuestro odioso personaje se salva de las garras de la muerte (o de las garras del papá furioso, mejor dicho) porque ¡ambos le van al mismo equipo de beis! Hombres, tomen nota de ésto si los papás de sus novias los cachan "con las manos en la masa", ¿ok? jajajaja. Y... fin.
No son precisamente cine independiente, pero estos dos filmes me atrajeron por su alto índice de locura natural. Un mundo totalmente de cabeza donde todo es posible a la luz de una noche de apasionamiento o peligro es siempre un buen modo de finalizar el día, aderezado con acción, riesgos, un toque de romance y ¿porqué no? chistes irónicos y asuntos callejeros que bien podrían pasarnos a nosotros... este mundo dac para mucho, ¿saben?
Así que... díganme, ¿cuál de las dos les sonó más bizarra? ¿Creen que esos finales fueron los correctos en cada caso? Si les dieran a elegir, ¿qué preferirían, ser perseguidos por un asesino muy divertido o cazar a un crítico molestón luego de un partido de fútbol fallido? Nos vemos!