Pues el sábado quiso la amada hija de Salieri, sobrina de Jack el Destripador y alumna predilecta de Rufus Griswoold (o sea, mi maestra de Artes) ponernos todo el trabajo posible, y ante esta situación fui con mis amigas al corazón mismo de Lobolandia para hacer una exhaustiva investigación artístico-cultural. ¿Y qué pasó?
La pregunta clave sería QUÉ NO PASÓ. Hubo de todo: libros hermosos, ídolos de la velocidad, católicos con gays y hasta vestidos de ensueño, pasando por la comida china y una camioneta cuyos amortiguadores no servían. Resulta que caminamos frente a una librería y fisgoneamos desde afuera los ejemplares, y además de la saga Chafapúsculo y otro dichoso libro de Ghostgirl, encontré una joya: La Cara del Miedo, de Nikolaj Frobenius, en cuya portada era visible un enorme y espantoso cuervo, hórrido, vetusto y amenazador, y un daguerrotipo de mi queridísimo Poe. Naturalmente mi reacción fue...
LOBITA: AAAAAAAAAAAAAAAH!!! (inserte aquí grito de jonática desquiciada) POE!!! ES POE!!
AMIGA DE LOBITA: Eh... ¿qué es un poe?
L: EDGAR ALLAN POE!!!!!! AAAAAAAAH!!! DEBO COMPRAR ESE LIBRO!!
Tuvieron que sujetarme entre todas y llevarme a rastras a la acera de enfrente antes que que despilfarrara el dinero de los camiones en dicho libro, y aún lo extraño sniff, se veía tan bonito en el estante, y se vería aún mejor en mi mesita de noche... en fin...
Al cruzar, sin embargo, vimos a una masa gigantesca de gente que venía con todo. Al principio pensé que por fin el Peje había hecho su "entrada triunfal" y deseaba huir como vil cobarde (me dan miedo las manifestaciones), pero una amiga me calmó diciéndome:
-Tranquila, vienen a ver a Checo Pérez.
-¿Y ése qué vende?
Giró los ojos y prefirió no contestarme; así me enteré que ella conocía al tal Pérez por culpa de su hermano mayor, quien tiene pase gratis a cualquier celebridad por trabajar en un hotel de ésos muy caros (un Fiesta Americana o un Hilton, no supe bien cuál). Luego, nos ganó la hambre y buscamos un restaurant. Por decisión unánime (menos la mía) todas quisieron... CHAN CHAN CHAN... COMIDA CHINA!!!! >.<
Lo primero que pensé fue "Noooooo, Dios, ¿porqué yo?", pero no tuve más opción que comerme los típicos rollitos primavera y la desabrida sopa. Guácala. Mi deseo era sacarme ese sabor de la boca con un frapuccino pero descubrí (wooooooooooow) que YA NO TENÍA DINERO NI PARA EL CAMIÓN. ¬¬ Por suerte, un primo de una amiga (¡no, se los juro!) quedó de llevarnos de regreso, y mientras caminamos a una tienda de vestidos para ver las garritas para la graduación que yo con gran placer cambiaría por lo que fuera con tal de no ver a un montón de brutos bebiendo y fumando como trenes en marcha. Pero accedí (ya saben, vanidad de mujer) a probarme un vestido y el resultado fue el menos esperado: me encantó!!! el color, el estilo, la manera en que se me veía... era perfecto.
Al salir de la tienda ¡cuaz! se nos atravesó una marcha en pro a los derechos gay y, al doblar en la esquina...
LOBITA: No manchen, ¿es en serio?
Otra manifestación, esta vez, de católicos... ¿qué querían? no supe bien, todo tenía la pinta de pertenecer al Día Local de los Chiflados. Y por fin, luego de casi dos horas de espera, el primo de la amiga nos subió a su camioneta... en la parte de atrás (¡ataque de pánicooooooooo!) y nos llevó por las calles más hermosas (nótese el sarcasmo) donde descubrimos que sus amortiguadores estaban para el arrastre, aunque por su manera tan peculiar de rebotar casi juré que mi tío contrabandista era el responsable de aquél daño.
Y por fin, al día siguiente, otra tarea: ver los óscares. No miento, yo quería verlos, pero por razones personales...
Nuncamás: Déjame adivinar... Robert Downey Jr, ¿no?
A wiwi!!! Así que desde las 6:30 vi la alfombra roja, donde chuleé los vestidos de algunas actrices como Nicole Kidman, recé para que Natalie Portman ganara el óscar a Mejor Actriz, y claro... ví a Robert!!! Con un traje más formal de lo acostumbrado (tomando en cuenta que diario trae lentes de cristales rojos o algo parecido) y bien sujeto a las caderas de su esposita, que según algunos amigos míos está "sabrosa" (así dijeron, no son palabras mías) y yo les contesté:
-¡Se las regalo! ¿La quieren envuelta o en caja?
Por cierto, ella llevaba un vestido negro medio X con joyería ¡de oro! diseñada por Angelina Jolie (y creí que era yo la que no tenía buen gusto... ¡ups! hablé de más).
De la ceremonia ni hablar: floja, patética... Red Social se encargó de darle en su mauser a El Discurso del Rey y a Inception, el viejito ése me mató de risa cuando presentó el premio a mejor actriz de reparto, quería bajar de los pelos a Platrow cuando cantó y, luego de angustiantes casi dos horas... apareció, por fin, como un ángel caído del cielo... ROBERT!!! Grité, salté, casi lloré, y cuando salió de escena... me sentí extrañamente vacía, como si toda la emoción contenida por casi un mes hubiera desaparecido. En fin.
Robert y Jude. Cuando los vi en esta parte, hubiera jurado que estaban a punto de besarse, ¡en serio! (estoy bien mal, ¿verdad?)
Y ahora hablaremos... del amor... (Mr. Hyde y su último post me inspiraron para hacerlo). Creo que me he enamorado otra vez... Pero esta vez, es muy distinto.
Mi historia en el amor es una tragedia griega mezclada con "La Vida es Bella", porque siempre que me enamoro, el objeto (o individuo) a quien le dirijo ése cariño parece ser un tarado que prefiere un par de bubis reggaetoneras a un cerebro civilizado... con bonitos ojos (sí, me considero bonita pese a todo). El penúltimo tuvo la "decencia" de retirarse antes de que las cosas se pusieran peor, y del último... uf!!! Además de hacerme creer por un mes que había esperanza, tuvo el "buen gusto" de coquetear con otra chica... ¡delante mío, a sabiendas que yo estaba recuperándome de un problema psicofísico producto de muchas tensiones, incluída la de su rechazo! Obvio, como todo buen bruto, le valió cheese (o sea, queso) y no tuvo el valor civil de decirme "sabes qué, ésta chica con la que coqueteo me gusta y vamos a salir", ¡ni eso! Pero bien visto, no valía la pena decantarme por él, pues de fuentes fidedignas me enteré que a la pobre inocente que agarró de novia la trata como se le da la gana (quizá también por eso no quería nada conmigo, porque donde me llegara a decir una burrada yo sí lo dejo en Terapia Intensiva... y Mamá Loba me ayuda).
Todos han tenido un amor inalcanzable, sublime, igual al aire, que se percibe aunque no se pueda ver ni tocar. Dante Alighieri tenía a Beatriz, Adolfo Béquer tenía a una misteriosa dama cuyo nombre nunca se reveló, Allan Poe tenía a Elmira Royster, Rossetti tenía a su musa que lo inspiró para el cuadro de "La Pía de Tolomei"... Yo no puedo afirmar que sea como ellos (para empezar porque no soy hombre) pero sí siento empatía, y hasta cierto cariño por dicha persona, mas no amor, ni apasionamiento. Ya saben lo que dicen, "el amor es ciego y la locura lo acompaña", así que al menos hoy aseguro que no estoy ni ciega ni loca, pero sí muy dolida y hasta extrañada por el futuro, porque yo no veo quién tendría el valor de mirarme a los ojos y no asustarse, o hacerse el tonto, y que de verdad se atreva a ver un poco más lejos.
Si al menos... si al menos...