FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.
martes, 28 de septiembre de 2010
SEGUNDA PARTE DEL CUENTO DE TERROR
Dentro de Mis Sueños
Pasaron los años. Margot y yo permanecimos en Coventry largamente, mirando el ir y venir de la gente y las estaciones, sin diferenciar una de otra. Eran, al fin y al cabo, iguales. Vimos pasar el tiempo apoyadas contra la pared del edificio, protegidas por un seto lleno de flores diminutas y blancas que Margot tanto adoraba. Vimos cientos de inviernos rudos y veranos divinos, sin importarnos lo que fuera a suceder al minuto siguiente, el día siguiente, el próximo mes, el próximo año…
Margot se volvió el dibujo ideal que un artista usaría para un cuadro campestre. Era una niña hermosa, con sus mejillas rojas como dos manzanas, el pelo negro y rizado largo hasta la espalda, los ojos enormes, grises y brillantes. Ella sabía que era preciosa, y como niña vanidosa que siempre fue, lo aceptaba con gusto, y le encantaba hacer gestos tiernos frente a otros para ganarse así su aprobación y hasta su corazón. Muchas parejas que llegaban al orfanato desearon adoptarla, pero al enterarse de mi existencia, menos adorable y tierna que la de Margot, desollaron la idea de inmediato. Ella siempre me aseguró con tal sinceridad que prefería quedarse ahí conmigo a marcharse con una familia de extraños, que mi culpabilidad por negarle un futuro mejor se borraba de inmediato. Era imposible no enamorarse de su candidez y su algarabía.
Por fin, llegó el otoño. Yo no tenía ni un mes de haber cumplido los diecisiete, y Margot apenas había llegado a los nueve años. Las dos seguíamos disfrutando de nuestros ratos a solas, jugando, riendo como si el tiempo no hubiera pasado nunca. A veces, discretamente, corríamos al muro trasero y, con ayuda de un manzano, subíamos y nos asomábamos a ver el bosque. Era cuando yo le contaba relatos de criaturas bondadosas que habitaban más allá de aquélla pared, y Margot, inocentemente, los escuchaba con profundo interés. Imaginé que una parte de su mente recordaba los cuentos y las canciones que usé en su más tierna infancia para endulzarle la vida, cuando los gritos eran lo único audible en toda la casa, y que aún gozaba oyéndome relatarle falsedades para alejarla de la triste realidad.
Pero eso no fue lo único impresionante aquél otoño. De la nada, Margot comenzó a relatarles cuentos febriles a las niñas más pequeñas. Yo adoraba escucharla, era una narradora nata, que se sentaba en medio del patio y, con aspecto de político frente a una congregación, contaba sus historias a todas quienes desearan oírla, y siendo sinceros, todos deseaban escucharla, verla reír o bailar. Así era el aura de ése pequeño ángel que se refugiaba en mis brazos por temor a la oscuridad, una oscuridad que parecía perseguirla desde el momento de su nacimiento.
Una tarde, luego de contarles sus inventos a las pequeñas, me acerqué a ella y le pregunté:
-Margot, ¿de dónde sacas tantas historias?
Ella sonrió visiblemente y dijo, sonrojándose:
-No puedo contártelo, es un secreto.
-¿Desde cuándo guardas secretos para mí? –le cuestioné burlonamente, poniendo mis manos sobre las caderas.
-Bueno… -Margot comenzó a jugar con su falda, como hacía siempre que se atemorizaba. –Quizá, más tarde, te lo diga.
Por supuesto, no lo hizo. Tardó dos días en explicarme la situación, y fue porque otra chica le preguntó de dónde sacaba los cuentos, y ella replicó en un tono feroz:
-¿A ti qué te importa? Si deseas oírlos te puedes quedar, si no, márchate.
Ésa misma noche, mientras yo estaba sentada en el alféizar de mi ventana, oí mi puerta abrirse. Apareció en ella Margot, ataviada con su pijama a cuadros de color blanco y rosa. Sonreí, contenta por su visita, y la invité a sentarse en la cama. De inmediato me acerqué a ella.
-¿Pasa algo, Margot?
-No. Es solo que… -guardó un silencio avergonzado, y comprendí de golpe lo que sucedía.
-¿Otra vez sientes miedo? –ella asintió. –No te angusties. Nada te hará daño nunca.
-¿Cómo puedes saberlo? –me cuestionó con sus hermosos ojos llenos de duda. –Tú no puedes saber qué pasa cuando está muy oscuro, cuando es de noche y todos están callados.
-Pues no lo sé. –dije. –Pero quiero que te quede esto claro, Margot: nadie podrá lastimarte jamás mientras yo esté contigo. No voy a permitirlo.
-Pero… tú no estás conmigo cuando duermo…
No pude refutar ése hecho. Entonces se me ocurrió una idea, y me acerqué a la mesita de noche. Abrí el cajón y sustraje un objeto pequeño de color deslucido. Se trataba de una cadena de plata que yo utilizaba de pequeña como collar. Se lo coloqué a Margot y le dije:
-Mientras tengas ésta cadena, no podrá pasarte nada. Mi amor te cuidará siempre. ¿Lo has entendido?
Ella sonrió y me abrazó, musitando:
-Te quiero mucho, Alessa.
Besé su frente y la abracé, rememorando el pequeño bulto que alguna vez fue y que traté de proteger de aquélla miseria humana en la que vivíamos.
Margot se separó de mí, sonriendo dulcemente, y musitó:
-¿Quieres que te diga un secreto?
-Claro. –dije. –Te prometo que nunca le diré nada a nadie.
-¿Sí? –asentí. Margot echó una mirada significativa a la puerta, como si le preocupara que alguien fuera a escucharla, y se acercó a mí. -¿Quieres saber de dónde saco los cuentos?
-Sí.
-Pues… -bajó más la voz. –Alguien me los cuenta.
-¿De verdad? ¿Y quién? –pregunté, suponiendo que se trataba de un amigo imaginario.
-No sé cómo se llama. Nunca me dice. –explicó. –Pero él es muy buena persona.
-¿“Él”? –dije. Margot asintió. -¿Quién es él? ¿Dónde lo has visto?
-¡En mis sueños, claro está! –replicó. –A veces sueño con él, y siempre es lo mismo. Sueño que camino por el bosque a través de una larga vereda franqueada por muchos árboles, y entonces llego a un sitio donde hay árboles llenos de manzanas. Ahí lo encuentro, y él me regala una manzana y me dice que iremos a jugar a su casa.
-¿Y cómo es él? –pregunté, sintiéndome perturbada por la clara descripción.
-No estoy muy segura. Es más alto que yo, eso lo sé, pero habla como si fuera un niño. –Margot se pasó los dedos por el cabello, como intentando recordar. –He visto sus ojos. Son grandes y azules. Como los de…
-Como los de un niño. –dije. Ella asintió. –De acuerdo.
-Creo que es real. –dijo. –Creo que hay una vereda de árboles en el bosque y que ahí debe estar. Siempre me dice que quiere que vaya a jugar con él, y me cuenta historias.
-Vaya… -tragué saliva, asustada por la claridad de los sueños de mi hermana. Ella se marchó al poco rato, dejándome dudosa de la situación. ¿De verdad podía una niña soñar con tales cosas y recordarlas claramente aún muchos días después?
Entonces concluí con gran placer que Margot estaba inventándolo. De pronto, había descubierto dentro de ella un nuevo talento y al no poder explicármelo decidió inventarse una historia donde un misterioso niño u hombre en sus sueños le relataba cuentos fantásticos que recordaba vivamente al amanecer.
Poco a poco, la situación comenzó a descontrolarse. Margot dejó paulatinamente de contar sus historias a las niñas del orfanato, y usualmente la encontraba trepada al manzano mirando con gran ilusión el bosque. Una parte de mí temía sinceramente que quisiera fugarse a buscar el lugar onírico que tanto anhelaba, y fue tal mi preocupación que decidí hablar con la señora Castle, la directora del orfanato.
La señora Castle era una mujer gruesa, de temperamento fuerte, con el pelo lacio y castaño apenas ribeteado con una que otra cana. Gustaba del tejido, y en sus ratos encerrada en su despacho hacía pequeñas prendas para las niñas más pequeñas, que les regalaba en Navidad o en su cumpleaños, si es que nacían en pleno invierno.
Al verme pasar, sonrió con la misma indulgencia con la que lo hizo la primera vez que nos vimos.
-Alessa, querida muchacha. –me saludó. -¿Qué te trae por aquí?
-Señora Castle… se trata de mi hermana. –dije, tomando asiento.
-¿Se encuentra bien? –preguntó.
-De maravilla, pero últimamente… -tragué saliva. No deseaba volver a ése lugar y reproducir la conversación acontecida dos años atrás, el sólo hacerlo me dolía mucho. –Ella está actuando de una forma muy peculiar.
-No te entiendo, Alessa.
-Sí. Ella tuvo un sueño, o por lo menos eso me contó, sobre un lugar en el bosque donde hay cientos de manzanos, y últimamente la veo distraída, como si soñara con ir a ése lugar.
-¿Un sueño? Alessa, los sueños no son peligrosos.
-Lo sé, señora Castle, pero me preocupa.
-¿Te preocupa que tu hermana sueñe?
Guardé silencio. La cuestión no era el sueño, sino algo más. Algo que me inquietaba desde que noté su cambio de personalidad. La señora Castle guardó un amable silencio, esperando que yo hablara lo que necesitaba decir.
-Señora Castle… ¿cree que los sueños de Margot tengan algo que ver con… con lo que pasó hace dos años?
La mujer sonrió con indulgencia.
-Crees que es culpa tuya, ¿no es así? –suspiré.
-¿Qué más podría ser? –me lamenté. –Yo a veces no puedo dormir tranquilamente pensando en… en eso.
-Comprendo tu posición, Alessa, pero dime tú, ¿qué puedes hacer ahora? El daño ya está hecho.
-Lo sé, y eso es lo peor. ¡Fui tan cruel! –dije. –Si no hubiera sido por mi tonto egoísmo…
-Alessa, Alessa. –me rogó la buena mujer. –Te culpas por un error que ya ha pasado. Seguramente, Margot ya ni siquiera recuerda lo acontecido. ¿Porqué te empeñas en pensar que el sueño tiene algo que ver con eso?
-Creo que Margot aún lo guarda en su inconsciente, señora Castle. Dentro de ella, aún añora eso.
La mujer sonrió.
-Siempre fuiste muy curiosa, Alessa. Tu mente trabaja de una manera distinta a la de muchas chicas de tu edad. Piensas demasiado, diría yo, en cosas de las cuales no estás segura. No te tortures más, piensa que Margot, como cualquier niña aquí, sueña con encontrar un mundo mejor allá afuera. Quizá no sueña con ser una princesa, como muchas de sus amigas aquí, pero también se ilusiona con lo que hay más allá.
-¿Entonces usted no cree que esto pueda ser culpa mía? –pregunté, esperanzada.
-Lo dudo, Alessa. –la señora Castle se acercó a mí. –Nada es seguro en esta vida. Margot y tú lo saben muy bien. Así que deja de darle vueltas al asunto y sé feliz. Y haz feliz a Margot.
-Lo he hecho toda mi vida. Y creo que he fallado. –acepté.
-Ella te ama, y eso es lo importante. Que nunca le fallaste cuando más te necesitó. –y con esas palabras, me despidió.
domingo, 26 de septiembre de 2010
MI PEOR ENEMIGO
BAÑO ASESINOOOOOOOO!!!
Lo que pasa es que, una vez al mes, debo subir acompañada de mis intrumentos de guerra y los buenos deseos de mi familia (nadie ahí tiene el valor de enfrentarse al baño de arriba) y a hacer la peor labor:
Lavar el baño del segundo piso.
Verán, el baño de abajo es bien portado y adorable, limpio, blanco y fresco como lechuga. El de arriba... es otra historia :S se tapa constantemente, está lleno de un moho negro extraño que creo algún día aprenderá a caminar y lo peor: pelos. Pelos rizados, lacios, largos, asquerosos, atorados en la coladera de la regadera. Y eso es solo el principio.
Debo lavar los azulejos, matar al hongo con cloro (y solo cloro, no tengo patito purific ni harppic... una vez intenté usar Downy, y terminó oliendo muy rico, pero de limpiar, ¡nada!), lavar la taza por dentro y por fuera, barrer y trapear el piso del baño, quitar los pelos de la coladera (asco!!!) y, de estar tapado, destapar el WC, tarea que por poco me cuesta la vida.
Total que me subí con todo mi arsenal: bomba manual, cloro, muuuuuuucho cloro, agua, esponja, cepillo de metal (literalmente), lentes y cubrebocas lleno de perfume, y entré al baño no sin antes persignarme, no fuera a ser que no volviera con vida. Entré y lo vi... normal, callado, menos sucio que otras veces, pero en la guerra no debes confiar en nadie, y cuando lavaba los azulejos encontré:
YO: Weeeeeeeeeeeeeeeeeeeey!!!!!!
Un nido de ARAÑAS!!! Pequeñas, negras, saltarinas y horrorosas, ¡escondidas en el hueco ente la regadera y la pared! Quise huir como las cobardes, pero me armé de valor y les dí con todos los productos químicos que tenía a la mano (alias jabón Escudo, champoo Ricitos de Oro para mi hermano, Fructis, Garbier, Head &Shoulders) hasta que las exterminé.
Luego, con todo el asco del mundo, tuve que sacar los cabellos de la coladera. Y no sólo me salió eso, sino tambien:
YO:.... NO MA.... UNA RATA????!!
P.D No era una rata, era una masa gigante de cabellos que quien sabe como terminó ahi que parecía una ratota. :S
Y por fin, a lavar la taza. Al principio limpié con gusto, cantando a Lady Gaga, hasta que noté que el agua no bajaba. Fui a meter la bomba y... PUM!!! Hubieran visto: el contenido de casi una semana salió disparada, ¿porqué? ¡por culpa de mi hermano que había echado ahí una pelotita de goma!
Luego de la traumática experiencia, terminé mi labor, me eché desinfectante en todo el cuerpo y bajé tipo héroe de guerra en Afganistán y me recibieron con la única condecoración que tenían a la mano: una medalla de pez (o sea, un plato con tostadas de ceviche).
Misión cumplida. Hasta Tom Cruise estaría orgulloso de mí.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
COSAS DE MUJERES... ALELUYA!!
sábado, 18 de septiembre de 2010
¿LOBITA TIENE AMIGOS IMAGINARIOS? Hmm...
Y ya entrados en gastos...
Hay una película llamada "Heart and Souls" (osea, "Corazón y Almas") que habla de cuatro personas que murieron en un accidente de autobús, y quedan ligadas a un recién nacido, llamado Thomas, con quien permanecen unidos por 30 años hasta que, gracias a él, logran terminar sus asuntos inclonclusos y marcharse al cielo, y todos terminan felices (y Tom termina un poco mareado, por aquello de las posesiones).
Entonces, interesada en el tema, investigué en cualquier fuente posible: libros, internet, otras personas, Mamá Loba, la mujer más anciana de la localidad (tiene como noventa y tantos años ¡y todavía espanta a los niños a escobazo limpio!), la fuente de la estación Juárez... en fin, muchas fuentes, y por fin di con una explicación lógica.
Aparentemente, hay casos en que los fantasmas (que no son precisamente las sábanas que hacen "buuuu!") quedan apresadas a un lugar, una casa o una persona (claro, en casos muuuuuuuuuy especiales) por distintas razones. Hay, por lo tanto, espíritus buenos y espíritus malos, y a los buenos es costumbre encenderles una veladora para que hallen la luz (evento del que somos testigos en noviembre) y a los malos, pues lo mejor es espantarlos porque pueden hacer mil averías, desde tumbarte cosas (llámese el jarrón de la dinastía Chin que cuando vez roto en el suelo gritas "Pues chin.... a su... el que lo rompió!!!") hasta hacerte cosas más federicas como treparse a tu cama mientras tratas de dormir (ahora ya sabes de dónde viene la expresión "Se te subió el muerto") hasta... sí, intento de homicidio o ataque frontal (llámese también "WEEEEEEEEEEEEEEEY" porque es lo único que alcanzas a gritar... ¡como Juanito Sacatripas que solo te deja gritar AAAAAH...!!).
Así que ya saben. Por experiencia les digo que NO TODOS los fantasmas son malos, aunque eso no les quita lo fastidiosos, ¿eh? Gustan de rondar por las noches y si bien no todos hacen ruido, ah cómo les gusta fregar a los del Más Acá. Pero en fin.
Sí, hoy es de esos días...
jueves, 16 de septiembre de 2010
PRIMER CAPÍTULO DEL CUENTO DE TERROR...
1
Unknow Hill
Todavía recuerdo, de noche, los horrorosos gritos que tuve que soportar valientemente desde que tenía seis años. Fueron años largos, terribles, angustiantes. Hay noches que aún me cuesta conciliar el sueño al rememorar ése viento frío y cruel azotando la ventana, ésos lamentos atrapados en el fondo de mi garganta, rogando por salir de un momento a otro… Ésas pesadillas que sufría dormida o despierta, ésas súplicas que hacía en silencio con mi mirada.
¿Cómo logré sobrevivir al trance, sin pasar por el doloroso trauma por el que muchos niños antes y después que yo se ven forzados a pasar? Quién sabe. Poseo, pues, mis teorías al respecto, pero están tan difusas, como cuando miras desde una ventana empañada por la lluvia un paisaje urbano, lleno de autos y de gente cubriéndose con los paraguas. Algo dentro de mí me afirma, no sin mucha preocupación, que se debe, en gran parte, a que yo quería que pasara. ¿Eso me hace ser mala? Desearía saberlo, que alguien me explicara. ¿Es malo desear que alguien muera, cuando ése alguien te ha hecho tanto daño que te ha matado por dentro, lentamente, como si le gustara torturarte?
Esos pensamientos, por cierto, siempre los resguardé para mí. Nunca le dije a Margot lo que yo pensaba; tenía miedo que ella tuviera que sufrir lo mismo, que su mente infantil guardara eternamente ésos recuerdos espantosos. Quiso el cielo librarla de tal mal y, por fortuna, poco recordaba lo que sucedía. Ella nació cuando yo tenía ocho años. La recuerdo, recuerdo el gran pesar que sentí cuando, al verla, comprendí que pasaría por lo mismo que yo llevaba sufriendo dos años. Dos horrendos años de soledad, de gritos, de miedo…
Sus primeras memorias siempre fueron las mismas: nosotras dos juntas, nada más. Nadie más a nuestro lado; ella era, afortunadamente, muy pequeña para recordar los sucesos que sufrimos juntas. Pero, por si las dudas, yo siempre cuidé de ella; tenía miedo que algo le fuera a ocurrir allá afuera. Nuestro santuario, era pues, mi habitación. Ahí, cobijadas por las cuatro paredes azules y el edredón descolorido, nos refugiábamos, para no escuchar los insultos y los golpes. Yo la abrazaba, le acercaba su biberón y sus juguetes, procuraba mantenerla lejos de todo el horror con el que viví dos años sola.
Era frustrante, sí, pero así era. Jamás logré entender porqué ellos peleaban tanto. Antes de nuestra partida de la gran ciudad, éramos muy felices. Conservo una fotografía donde yo aparezco con unos cuatro años de edad; ahí estoy con mis padres, cuando aún no empezaban las peleas ni el abandono. Le guardé amorosamente, como una memoria de la única cosa bella que me quedaría por siempre de ellos, pues mis últimas memorias se desfiguraron por culpa de la violencia.
Que yo recuerde, nunca me maltrataron a mí. Me gritaron muchas veces, alguna vez me dieron una bofetada, pero, no sé porqué, jamás se me pasó por la mente que todo lo que sucedía en casa era culpa mía. La mayoría de los niños se culpan, quién sabe la razón, pero yo no. En el orfanato me dijeron que mi mente era distinta, era como un cerebro de una persona de veinte años en la cabeza de una persona de diez. No sobresalí en los estudios, pero a todos les impresionaba, y en secreto, les aterraba mi bizarra manera de concebir el mundo, con sus dichas y sus desgracias. Ni siquiera Margot era capaz de comprender por entero lo que me pasaba.
Margot, mi querida niña de cabello negro y rizado. Pobre Margot, ella no tuvo la culpa. Ella sufrió, en cierto modo, más que yo. Porque a mí sí me quisieron alguna vez. A ella no. Una vez, cuando mamá estaba embarazada, dijeron una palabra que me sonó un poco ruda, fría, cruel: abortar. En ése tiempo no entendía su significado, pero cuando lo supe, entendí que Margot había llegado a éste mundo por obra de un milagro. Y cuando nació, decidí hacerme, por naturaleza, cargo de ella, como si supiera que al lado de mi madre, de mi propia madre, no podría sobrevivir. Y así fue como se formó nuestro vínculo.
Yo vi aquella violencia sin sentido con los ojos muy abiertos. No iba a la escuela. Creo recordar que llamaron un par de veces para averiguar la razón de mi desaparición. Al principio, dejaron evasivas respecto a mi salud, dotándome de mil padecimientos; luego, dieron un ultimátum en la escuela, explicando que me habían transferido a otra. Eso no pareció convencerlos, pero seguramente decidieron dejar de investigar. Qué pena, de haberse dado cuenta antes, muchas cosas se hubieran evitado.
Finalmente en destino se cansó de vigilar a mi hermana y a mí, y una triste noche de invierno, cuando yo tenía diez años y Margot solamente dos, todo acabó de manera brusca. Recuerdo ése instante de una manera tan clara como una película en el cine: Margot, quejándose en mis brazos por el frío que se colaba en la habitación, y yo intentando que guardara silencio, por miedo; ésa noche, ellos estaban más furiosos que nunca. Hubo tantos gritos e insultos que temí que mis oídos estallaran. De pronto, mientras Margot había alcanzado un estado de letargo, hubo un grito desgarrador de mi madre. Luego, un silencio temporal, como el de la calma antes de la tormenta, unos sollozos y luego… nada.
Ni Margot ni yo vimos lo sucedido, y cuando yo me enteré a los once años de los hechos tal y como fueron, decidí no contarle ni media palabra a mi hermana. Pero durante ésos minutos de silencio, Margot se echó a llorar, como si dentro de ella supiera el suceso que acababa de desatarse en el piso de abajo, y no pudiera contener más la frustración padecida tanto tiempo. Yo también lloré, dejando fluir mis penas y mis dudas, rezando desesperadamente; mi alma ya no deseaba luchar, había acabado con todas mis fuerzas y me sentía morir, con mi pobre e inocente hermana gimiendo en mis brazos.
Fue casi una hora de angustia, hasta que unos hombres uniformados entraron por la fuerza en la habitación y nos rescataron. Nos sacaron por la puerta delantera, para no ver los cuerpos desangrados de nuestros padres que yacían en la cocina. Cuando salimos, mis ojos se posaron en la luna. Grande, redonda y amarilla como un queso; oculté mi rostro en el hombro del policía que me llevaba, y supe en ése magnífico instante, que por fin éramos libres.
¿Todavía creen que soy mala? Yo a veces lo creo así. Pero al mismo tiempo, siento que equivoco brutalmente el camino. Ellos eran mis padres, y los amaba, de hecho, aún los amo. Pero cuando comenzaron los pleitos, debí dejar de quererlos, pues algo en mí me hizo saber que ésos seres dentro del cuerpo de mis progenitores no eran mis padres; ellos habían muerto en el momento que ésos monstruos llegaron y acabaron con nuestra dicha. Su muerte significó una oportunidad para Margot y para mí. Fuimos llevadas al Orfanato de Coventry, que se encontraba cerca del bosque de Bath, en aquél lindo pueblito en el que vivíamos, llamado Unknow Hill.
Unknow Hill era un pueblo asentado al lado de un bosque. Era una zona pacífica donde vivían varios ingleses de sangre pura y algunos cuyos antepasados eran meramente europeos. El bosque, que se extendía hasta llegar a un río, tenía todo el aspecto de un islote frío en medio del mar del Norte, de no ser porque se echaban de menos las ballenas y los icebergs; Coventry estaba asentado a pocos metros del bosque.
El orfanato era un edificio muy peculiar. Compuesto por un edificio de tres pisos, estaba rodeado por tres lados con un muro, y por el frente, con una cerca que nos dejaba mirar el camino que nos llevaba directamente al pueblo. Estaba atendido por varias mujeres de distintas edades que cuidaban de niñas tan pequeñas como Margot y más mayores que yo. Todas usaban un uniforme parecido, que se componía de un vestido como de muñeca de porcelana de color azul pizarra, una blusa blanca de manga larga y en vez de zapatillas de colegial usaban botines.
Cuando mi hermana y yo fuimos llevadas a Coventry, nos separaron de inmediato. Pero no fue suficiente para quebrar el lazo que nos unía, más poderoso que ningún otro. Y por las noches, Margot se escabullía de su habitación para buscarme, y que le contara en voz baja historias que inventaba para ella, y le cantaba, antes de enviarla a dormir, una canción de cuna que inventé para ella durante ésos días de terror en la casa.
Margot, con todo y sus buenos tres años de edad, recordaba la letra de la canción, y escucharla le resultaba tan familiar y tan apreciado, que me confesó que jamás la olvidaba, y que en sus sueños era capaz de seguirme oyendo cantarla.
Yo sonreía, la acurrucaba contra mi pecho y le cantaba:
Duerme, mi luna
Duerme, mi sol
Hoy las estrellas contigo irán
No tengas miedo
El cielo te cuida
Duerme mi hermosa
Flor…
miércoles, 15 de septiembre de 2010
VIVA LOBOLANDIA!! (o lo que es lo mismo...) VIVA MÉXICO, HIJOS DE...!!!
sábado, 11 de septiembre de 2010
LOBITA LA CAZAVAMPIROS (Y NO OLVIDEN LEER LA POSTDATA!!)
Primero, hallé un bonito post en el inter donde ponen a Babas Swan (alias "la chica más idiota del mundo, pero sólo después de Miley Cyrus") como la peor influencia femenina del momento, desbancando a las chicas de la vida alegre que vemos día a día en el programa de Girls of the Playboy Mansion. Woooooooow.
Aparte, Bobo Pattason... perdón, Robert Pattinson, con todo y que es defendido a capa y espada por sus fans, es el ser mas bruto del planeta!!! De actor no tiene nada, de cantante... un segundo, canta? Y mil cosas que, ustedes dirán, es puro coraje por su fama.
Bien, me desharé de mis prejuicios y hablaré con claridad...
La saga solo nos muestra que el amor eterno es una idealización en cualquier edad y situación, pero la verdad, el amor es algo más profundo, más complejo que la burrada que escriben ahí. Y bueno, hasta Edgar Allan Poe y el marqués de Sade lo retrataron mejor. Si, dije "Sade", si leen el libro de Juliet (recomendado para quienes no sean mojigatos ni se impresionen con facilidad) verán que en medio de tanta obsenidad y mafufadas había una historia de amor bien oculta, un amor que superó hasta a la crueldad de la prota y de quien de verdad la quería.
Y en segunda nos hallamos con lo obvio: el tema vampírico-licántropo. Me pregunto, ¿de veras esta mujer sabe algo sobre el tema? Yo no creo. Si de veras desean saber lo que es un libro del género de terror sobrenatural de vampiros, mejor léanse Festín de Sangre, Drácula, o ya de plano el de Vlad de Carlos Fuentes. (También pueden aventarse Entrevista con el Vampiro pero no vean Vampire Diaries o True Blood o Blood Ties, por favor!!!)
Ahora, pasemos a Pattinson y Stewart.
Stewart, para ser estrella de Hollywood, es más fresa y payasa que las Divinas de esa chafada llamada "Patito feo" : Porque a sabiendas que la saga iba a recaudar muuuuuuuuucho dinero y muuuuuuuuuchas fans, desea seguirc con una vida cualquiera y ODIA con letras mayúsculas a sus fans. No soporta dar autógrafos ni fotos, ¡ah pero eso sí! No le vayan a pedir entrevistas y apariciones las grandes revistas o programas porque ahí va con su hipócrita sonrisa. De Pattisno mejor ni hablar... bueno sí, ya que estoy en mood Steven Schwimmer (el crítico teatral del que les hablé una vez, de la película Game 6).
Pattinson no es tan cruel con sus fans como la chavita ésta, pero de nivel actoral... deja mucho que desear. Recordémoslo en Harry Potter 4: papel secundario que le quedó bien porque ¡era secundario! y de ahí en adelante películas que NADIE VIO como Little Ashes o la chafísima Remember Me, que era copia chafa de Diario de una Pasión (de por sí el escritor ése sólo sabe hablar de la guerra y el amor). Y en Crepúsculo, haciendo de heroico galán inmortal... francamente prefiero en una fiesta platicar con el nerd más nerd que con Edward Cullen (al menos el nerd hablará de cosas trascendentales como el espacio y los descubrimientos científicos, no que el otro se debatirá entre comerme y el gran "amor" que siente por mí... ¬¬).
Y finalmente, el orgullo de fan: no puedo soportar que coloquen a Pattinson y Stewart por sobre verdaderos artistas como Johnny Depp o Natalie Portman. O SEA POR FAVOR!!! ¿Tan estúpidos son los adolescentes de hoy? ¡Detengan al mundo, me quiero bajar! Como diría Mafalda.
Una vez, cuando fue el concurso de E! del rey del verano, pusieron a Pattinson versus MI Robert Downey Jr. Adivinen quién ganó...
Pero aparte de la humillante derrota, me chocó una tipeja que dijo (y pongo la traducción libre, porque me da tanto coraje...):
"RDJ es un drogo redomado, glorificado por su estupidez. Robert Pattinson es precioso, y sí, un GRAN actor, spolo porque las películas en que ha actuado son grandes producciones de todos los tiempos. Él no tiene miedo de hacer actuaciones que no "estén de acuerdo" con su cara bonita, como Little Ashes, Bad Mother's Handbook, etc. Además él NO usa drogas. Es mucho más inteligente, moral y agradable. Creo que es un gran ejemplo de Hollywood que los chicos y grandes deberían seguir. Yo creo que cada artista de Hollywood que use drogas o hagan actividades ilegales deben ser señalados y vetados de trabajar para siempre. Cuando el país dee de glorificar las acciones ilegales, entonces veremos adolescentes y gente impresionante llegarm muy lejos. En este momento, políticos, estrellas de rock, actores y figuras del deporte son admirados por sus pobres éticas, el país está jodido."
Sólo atiné a decir: ¿QUÉ ONDA CON LA HITLER? Osea que, según ella, porque alguien fue alguna vez drogadicto, no merece una segunda oportunidad O.o wow, qué barbaridad. Y encima va y dice que Pattinson es un gran actor... pff, qué buen chiste!! ¡QUE SE SALGA DE ÉSA SAGA ASQUEROSA Y ENTONCES YA VEREMOS! Dudo mucho que pueda interpretar correctamente a un asesino, a un gay, a un débil mental o cualquier papel medianamente fuerte ¬¬ y repito: ¿Downey es peor actor y ser humano sólo porque hubo un tiempo que USÓ DROGAS? O sea, por favooooooor!!! Increíble que diga esto hablando de Hollywood, pero INFORMENSE, LEAN, ora sí que como dice la canción:
Si supieran que eres mucho más que eso...
O ya de plano:
Si pudieran saber lo que yo sé de tí...
Porque a su modo salió solito de la bronca cuando se le prendió el foco y vio que iba mal y que la calaca estaba a punto de llevárselo, porque está en contra de cualquier acción que dañe a la gente, porque odia tener que acordarse de todo eso, porque aunque anduvo en el acáaa, NUNCA pero NUNCA dejó que eso afectara a su hijo, y porque actualmente es único por su forma de ser y porque es buena persona. No daré los detalles (como dice una canción suya) de lo que ha hecho, como subastarse a sí mismo por una causa ambientalista o el haberse ido a visitar a niños con cáncer y quedarse a jugar con ellos largo rato, sólo les digo que uno no es mejor que otro, y mucho menos por una tarugada como la que la Hitler de los Drogos mencionó, sino por la calidad de humanidad que poseen cada uno. Caso cerrado.
Fiu!!! Creo que tengo madera de abogada, ¿qué opinan ustedes?
Así que la Lobita irá a cazar vampiros, acompañada de Sherlock Holmes y Van Helsing y, usando como último recurso, a Juanito Sacatripas al cual logré domesticar y tengo de mascota junto con mi cachorro de cerbero. Chao!!!
P.D Oigan, comenzaré a escribir una historia de terror, ¿les gustaría que la subiera al blog po prefieren que les dé la reseña en cuanto lo acabe? Bye.
lunes, 6 de septiembre de 2010
SUEÑOS DE UN ASESINO: FAVOR DE NO VER ANTES DE DORMIR
Y bueno, que tiene de interesante esto de la peli. Porque mas de uno aqui me va a decir "ay, osea, han hecho muchas veces la misma trama", ok, si, pero es que si la vieran se darían cuenta que esto no es ni Hannibal Lecter ni La Masacre de Texas. Olvídense del asesino, olvídense de la sufrida madre, concéntrense en en ambiente de la película, porque está dominado por una cosita muy importante: el color rojo. Rojo, el color de la sangre, de la ira, de la pasión, el color rojo dominando todo el paisaje del otoño, el color rojo en las manzanas, el labial rojo de Claire, el pelo rojo del asesino... todo es rojo. Y lo azul es lo contrario: el lago que esconde un secreto es azul, el azul es una falsa sensación de seguridad porque ahí, nadie está seguro, ni en su propia cabeza. Y cuando por fin vemos al homicida tal y como es, un psicópata redomado, aterrador, inteligente y seductor, entonces debemos tomar una desición. Porque aunque apoyamos incondicionalmente a la pobre víctima (osea Claire) al tipo éste no puedes ignorarlo. Una de dos: o lo odias o lo amas. Yo le tuve compasión, porque cuando acabé de ver la peli (o sea, como cinco ataques cardíacos después) me dije a mí misma que nada de eso hubiera pasado de no ser por culpa de personas estúpidas y crueles que le arruinaron la vida. Ellos mismos cavaron su propia tumba al ignorar la compasión y la ternura, al ignorar el cariño y la comprensión, y construyeron a un maníaco tan peligroso que solamente teme a alguien en el planeta: a sí mismo.
sábado, 4 de septiembre de 2010
EL SOLISTA Y ESCUCHA TU DESTINO: MÚSICA, LOCOS Y GRANDES ESTRELLAS, ¿QUÉ MÁS QUIERES?
viernes, 3 de septiembre de 2010
BIENVENIDOS AL NEO HOLOCAUSTO!! FAVOR DE PASAR A SUS CÁMARAS DE GASES Y ESPERAR LA LLEGADA DEL FÜRER.
¿Porqué lo digo? Llevamos tres semanas (sí, tres) y TODOS sin piedad nos pidieron libros, papeles, memorias, cuadernos, fólders, recopiladores, exposiciones más lo que se acumule la próxima semana. Y encima de todo ya viene la fiesta del 15 de septiembre y ¿adivinen qué? ¡Van a tumbarnos dinero para hacer su pseudo kermesse!
Y como siempre, los principales colaboradores de nuestra desgracia son los profes. He aquí un cuadro de la Infamia, los futuros Hitlers de nuestra sufrida generación:
1. Oli: Profesora de Arte, ex maestra de pseudo Teatro de mí solita (todos los de mi salón me dejaron morir sola ¬¬). Maníaco-depresiva con transtorno obsesivo compulsivo, ganarte su corazón (o mínimo su indiferencia respecto a tus casi invisibles errores gramaticales) está más difícil que hacer maestría en Vietnam. Imagínate.
2. David Moriarty: El Moriarty no es literalmente, ¿eh? es porque enseña... sí, Matemáticas. O bueno, más que darnos mate nos da lástima, pero ces't la vié. En un promedio de año y medio JAMÁS logré entender nada de lo que intentó explicarnos, y ahora ¡ps menos!
3. Mr. Computación: Cuando creí que no existía nadie peor que Oli... Némesis de la Lobita desde la epidemia del verano del año pasado, la silenciosa batalla de la semana pasada culminó en dos reportes de conducta, pero como dicen por ahí, la tercera es la vencida y si no, no hay quinto malo.
4. Administraman: Por más atención que le presto, no entiendo NI MEDIA PALABRA de lo que explica. Al final de la primera semaa se rindió y prefirió dejarnos mil ensayos todas las clases. Gracias ¬¬
5. Víctor: En el pasado, nos torturaba poniéndonos a correr ocho vueltas cada clase de deportes. Ahora, nos tortura mostrándonos fístulas, tumores, llagas, pus y cualquier otra cosa que pueda tener el cuerpo humano (próxima semana: clase de soriasis y un voluntario con ántrax ¬¬, ok, no tanto, pero está así de cerca de hacer mis peores pesadillas realidad).
Pero no todos son archivillanos. También hay profes buena onda que nos hacen el día más o menos llevadero, sobre todo:
1. Karo: De Biología. Entre otras cosas explica como se supone que nos deberían explicar y de vez en cuando bromea con nosotros.
2. (Por irónico que suene) la maestra Nazi-comunista: Estará chiflada, pero no es mala. La otra vez nos dejó ver una película con Jude Law ^^.
3. Martha: Buenooooo... quizá no sea de las preferidas, pero hasta la fecha no nos hemos podido quejar. Nos dio Redacción un lindo semestre completito (el mejor semestre en todo ese campo de con... ¡perdón! en esa escuela).
Sip, no hay muchos que sean buenos, pero... ah.
Así que este es mi campo de concentración no-judío en el que paso 32 horas y media a la semana, ¿qué les parece?
P.D Felicidades a Nel y Noé que se casaron frente al glorioso altar de la mesa de expocisiones hoy!!! ^^