FAVOR DE ALIMENTAR A HOLMES Y A HELSING, GRACIAS.



sábado, 13 de marzo de 2010

CAPÍTULO 10: LA SIGUIENTE AVENTURA

Pasó casi una semana. En ese transcurso, la calma en Londres no superaba en ningún momento a la que reinaba en Baker Street; hasta la señora Hudson parecía estar de mejor humor y, según decía, sus jaquecas se habían reducido bastante.

Mientras tanto, aquélla alegre tarde nublada, Watson se encargaba de su perro, Sherlock hacía quién sabe qué tantas notas tomadas al azar de cuanto libro tomaba a la mano, y Renata se arrancaba, triunfante, la última bandita de la frente. Le había costado al menos cinco días sanar completamente de sus heridas, y ahora los moretones se habían desvanecido, los cortes ya eran solamente pequeñas cicatrices blancas, y sus costillas habían sanado bastante bien. Aún le dolía pasarse el cepillo por la nuca, pero eso, según Watson, desaparecería en una semana más.

-Qué tarde tan bella. -admitió Watson, dejando ir a su mascota. -¿No les parece?

-Lo único bueno es que ya me pude quitar ésta tontería. -dijo Renata. -Por cierto, señor Holmes...

-¿Hmm?

-Ya zurcí sus calcetines. Los azules.

-Excelente. ¿Y cuándo?

-Ayer.

-Bien.

Watson miró a sus espaldas y oyó un ladrido. Su perro lo miraba con desdén, ladrándole.

-Debe salir. Vuelvo en un momento. -tomó del collar a su mascota y echó a andar fuera del edificio. Renata miró con los ojos desorbitados hacia el frente. Era la primera vez que se quedaba sola con Sherlock desde que se le salió sin querer decirle lo que sentía. Y tenía miedo que él volviera a relucir el tema.

Como si su mente fuera fácilmente leída, Sherlock la miró de soslayo y preguntó:

-Hace ya bastantes días que nos hablamos por última vez. ¿No?

-Ah... sí.

-¿Y porqué? ¿Acaso te desagrada charlar conmigo?

-No, señor Holmes.

-No te creo, hablas todo el tiempo con Watson. ¿Podrías decirme porqué?

Renata vio que Sherlock la observaba fijamente. Desesperada y nerviosa por ese escrutinio se puso de pie, y caminó hasta la ventana dándole la espalda a Sherlock.

-Simplemente no quiero...

-¿No quieres hablarme?

Renata cerró los ojos, tenía los labios crispados.

-Señor Holmes, yo... ¡Ay! Dije muchas tonterías el otro día... creo que me di muy fuerte en la... la cabeza o... Yo quería decir que... bueno yo...

De pronto, sintió un par de manos sobre sus hombros. Sherlock estaba justo detrás de ella.

-Eres muy mala mintiendo. -le susurró él. Renata sintió ganas de llorar, pero no se apartó.

-¡Usted nunca quiere creerme!

-De acuerdo. Diré... que te creo. Que fue un error, que no querías decir eso... ¿te sientes mejor?

Odiaba cuando Sherlock hablaba así, era muy astuto.

-No lo sé. ¡Ay!

Sherlock le dio la vuelta para mirarla a los ojos.

-¿Porqué estás llorando?

-¡Porque odio que la gente juegue con mis sentimientos! ¡Seré torpe, pero también siento, igual que usted, igual que Watson, igual que todos!

-Estás enfadada, pero no conmigo...

-¡Lo estoy conmigo misma! Mi familia tenía razón. -la voz se le quebró. -Soy como un libro abierto, todo el mundo se entera de qué me pasa. ¡Cómo lo detesto!

-No tienes otra opción, Renata. Así naciste.

-¡Deje ya de sacar deducciones de mí, Holmes!

-Sólo puedo deducir una cosa. -Renata lo miró con rencor. -Creo que yo también me he encariñado contigo.

Los ojos de Renata brillaron como nunca. Sus labios se entreabrieron y, volviendo a tragar saliva, preguntó, con una leve sonrisa:

-Sherlock, ¿tú me... me amas?

Él no contestó. Simplemente se inclinó y le dio un beso. No un beso en la mejilla, sino apenas rozando sus labios. Luego la abrazó con fuerza, y Renata ocultó el rostro en su pecho, tal y como había querido hacerlo hacía tanto tiempo atrás. Le daba igual todo, en ése momento, sólo le importaba ése gesto de cariño. El primer gesto de cariño que Sherlock le profesaba.

Lentamente, se soltaron y se miraron a los ojos. Renata de verdad deseaba conocer la respuesta, pero Sherlock tenía el rostro impasible.

-¿Entonces? -le preguntó. Él no contestó.

Ella, por dentro, se sintió feliz. Tanto si la amaba como si no, tanto si solamente le agradaba como si no, al menos estaban en paz uno con el otro. Y eso era lo que importaba ahí.

La puerta se abrió de pronto. Watson entró acompañado de Lestrade.

-¡Señor Lestrade! -saludó Sherlock. -¿A qué debo ésta encantadora visita?

-Señor Holmes, yo... -Lestrade miró a Renata, que lo saludó discretamente. -¿Y ésta niña?

-Ah, es una compañera nuestra, se llama Renata.

-Me doy cuenta, Holmes. Ésta chiquilla fue hace casi una semana a contarnos un chiste de que tú estabas en la mansión Black.

-En efecto, Watson y yo estuvimos ahí como rehenes de Moriarty.

-¿Mo-Moriarty? -preguntó Lestrade. Miró a Renata otra vez y luego recuperó la compostura. -Ah, bien... eso...

-¿Ocurre algo malo?

-Pues es que... ¿qué pasó con Moriarty?

-Él... el murió, ¿no? -preguntó Watson.

-No hayamos su cadáver.

-¡Pero si estaba a los pies del Big Ben! -protestó Renata.

-Re, shhh. -le ordenó Sherlock.

-Bueno, bueno, el caso es que... -dijo Lestrade, recuperando el hilo de la conversación. -acaba de haber un robo. En el Palacio de Cristal. Desaparecieron varias piezas de valor del señor Manthell. Y, para ser francos, no tenemos idea de cómo ocurrió.

-Supongo, señor Lestrade -dijo Sherlock, sacando su pipa y encendiéndola. -que quiere que investiguemos. ¿Y volverá a llevarse toda la gloria de mi trabajo?

-Holmes, bien sabe usted que...

-Ya, ya, he escuchado el discurso de lo de Scottland Yard mil veces. -lo atajó Sherlock. -Tomaré el caso, siempre y cuando Wstson...

-CLaro que sí. Aunque Mary me matará. -dijo el aludido. Luego Sherlock miró a Renata.

-Renata, te ganaste mi confianza. -ella sonrió, radiante. -¿Estás dispuesta a seguir por este camino, o prefieres volver a tu hogar?

-Ah... pues... ¡Oh! Aquí en Londres me he vuelto más valiente... y más tonta, quizá, porque digo que sí. A donde vaya usted iré yo, Sherlock.

-¡Excelente! Entonces sí, Lestrade. Caso abierto.

Los tres amigos se miraron, preparados para la siguiente batalla.


FIN




3 comentarios:

DigiL-Matt dijo...

me quede en el capitulo 5
he tenido tiempo para leerlos ya que los publicas muy rapido y muy largo
luego los leere
hasta luego

Guerrero dijo...

Bueno el final era lógico pero eese Moriarty debería haber muerto...
Estuvo genial, de verdad debería hacer otro, pero unas recomendaciones, deberías escribir un poco más detalladas unas cosas, separar más algunos párrafos, te lo digo como crítica constructiva pero de ahí en fuera fue genial todo, felicidades!!

DigiL-Matt dijo...

por fin acabe tu fanfic
ahora solo me falta leer el de tu otro blog